El mundo está en deuda con Estados Unidos.

Por todos es sabido que hay un antiamericanismo creciente en el mundo. Yo, por contra, pienso que el mundo está en deuda con Estados Unidos (EEUU). Fueron los americanos los que salvaron a Europa de caer en las garras del fascismo, del comunismo o del nazismo. Sin ellos, los dictadores Adolf Hitler y Josip Stalin habrían acabado con las democracias occidentales. Y quizás sean los americanos quienes nos tengan que salvar (otra vez más) del islamofascismo y la Eurabia que vienen.

EEUU históricamente ha colaborado en la liberación de naciones oprimidas: que se lo pregunten a Venezuela, Filipinas, Kuwait, Liberia o Kosovo. No hay un solo continente en el mundo donde los norteamericanos no hayan luchado por la libertad. Como con Israel, el pueblo elegido por Dios. El apoyo de Washington a los israelíes ha hecho que Dios bendiga a EEUU cumpliendo su promesa bíblica: «Bendeciré  a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré»  (Génesis 12:3).

Muchos europeos dicen despectivamente que EEUU no tiene historia. Y es falso. Porque una cosa es ser una nación joven y otra carecer de historia. Aunque EEUU desapareciese de la faz de la Tierra mañana mismo, no podría entenderse el siglo XX sin él. Solamente por la ingente cantidad de dinero que invierte en la ciencia (de lo cual nos beneficiamos todos), por su elevadísimo número de premios Nobel, por el viaje a la Luna o el cine de Hollywood ya han pasado sobradamente a la historia.

Otros muchos antiamericanos se quejan del supuesto imperialismo de los Estados Unidos. Pero todos sabemos que los imperios de España, Francia o Gran Bretaña se comportaron mucho peor. ¿Alguien puede imaginar siquiera lo terrorífico que sería el mundo si la primera superpotencia fuese hoy la Alemania nazi, la Unión Soviética o la China comunista? Muchos critican públicamente a los estadounidenses, pero luego en privado admiten sin ellos el mundo sería mucho peor.

EEUU se ha destacado como una nación receptora de inmigrantes, es más, como un auténtico país de las oportunidades donde si vales, puedes conseguir tus sueños sin que a nadie importe tu raza, nacionalidad o condición social. Un país que ya desde el siglo XVII ha sido un refugio para millones de cristianos que eran perseguidos por la Iglesia Católica en toda Europa. Una patria que ha enviado todo un sinfín de misioneros a predicar el Evangelio por los cuatro rincones de la Tierra.

El mundo está en deuda con los Estados Unidos de América. Y quizás una buena forma de comenzar a agradecer lo mucho de positivo que han hecho sea empezar a enviar millones y millones de misioneros a aquel bendito país. La sociedad norteamericana se está secularizando, descristianizando, ateizando, perdiendo poco a poco su identidad y su espíritu. El pueblo estadounidense nos necesita. Y porque es de bien nacidos ser agradecidos ha llegado el momento de salir en su ayuda.

Homenaje a Salvador Ferrer Esteve.

Soy rojo. Vengo de una familia de izquierdas. Mi abuelo, Salvador Ferrer Esteve, combatió en la Guerra Civil (1936-1939) en el bando republicano. Él era un buen hombre que luchó en defensa de la libertad. Sé bien que la izquierda ejecutó a muchas personas inocentes. Pero mi abuelo no era de los de gatillo fácil. De hecho, salvó a mucha gente de derechas de ser fusilada a manos del ejército rojo.

Uno de ellos era un rico hombre de negocios de Alzira. Tenía una empresa de camiones de transporte. Los republicanos querían matarlo por ser de derechas, pero mi abuelo les dijo que no lo hicieran, porque al fin y al cabo daba empleo a muchos trabajadores. Gracias a mi abuelo, aquel empresario salvó el cuello. Pero un tiempo después se giró la tortilla y el ejército fascista acabó venciendo la guerra.

Al acabar la contienda la familia recomendó a mi abuelo que se fugara a Alicante o a Argentina para evitar represalias. Pero él se negó a hacerlo porque la radio repetía sin cesar que quienes no tuviesen las manos manchadas de sangre inocente no tenían que temer. Y él tenía la conciencia muy tranquila de todo cuanto hizo. Incluso había salvado la vida de varios fachas. Así que ¿quién querría matarle?

Pero mi abuelo estaba afiliado a la CNT. No era activista ni participaba en política ni nada. Sólo tenía un carné de afiliado. Eso es todo. Así es que fueron a por él y lo detuvieron. Mi abuela fue a suplicar a aquel empresario que hablara con el gobierno para que salvara al hombre que antes le había salvado a él. Pero no quiso. Se limitó a decir que nada podía hacer y ni siquiera lo intentó. No movió un dedo.

Ferrer fue encarcelado, torturado, le arrancaron la piel a tiras, fue fusilado y arrojado a una fosa común. Y todo por un carné. Tenía 33 años. Los fascistas enviaron por correo a la viuda un paquete con los restos de su camisa hecha harapos manchada de sangre y de piel. Aquel empresario no sólo no ayudó a mi abuelo. Tampoco auxilió a su viuda e hijos, aunque hacía mucho dinero con el estraperlo.

No cuento todo esto para hacerme la víctima. He perdonado a aquel hombre. Si yo, que soy de izquierdas, no quiero para mí ni para los míos semejante injusticia ¿por qué debería desear el sufrimiento que padeció mi abuelo a los disidentes cubanos o chinos? No tengo inconveniente en condenar la dictadura de Cuba, Venezuela o China. Porque soy demócrata. Y porque soy cristiano por encima de todo.

Confieso que me gustaría mucho que hubiera más gente de derechas que fuese capaz de condenar el franquismo o el pinochetismo. Pero cada uno es dueño de sus silencios. Todo el mundo tiene derecho a tener la ideología que guste. Pero si piensa que una persona merece ser torturada y asesinada sólo por no tener sus mismas ideas políticas entonces  ¿que diferencia hay entre un terrorista de ETA y usted?

Eslovenia: el feliz reencuentro con Occidente.

Los eslovenos eran el 8% de la población de Yugoslavia pero aportaban el 25% del Producto Interior Bruto (PIB) del estado y la tercera parte de las exportaciones. Sus recursos fueron puestos al servicio de los intereses centralistas de Belgrado y los impuestos que pagaban servían para construir infraestructuras en Serbia y Macedonia.

Los eslovenos eran los más prooccidentales de todos los eslavos del sur y continuamente reclamaron una apertura económica y democrática pero, en respuesta, sólo padecieron una concatenación de dictaduras: monarquía absolutista, fascismo y comunismo. El centralismo de Belgrado se tornó déspota y feroz.

Pese a ello, este pueblo siempre fue fiel al Estado Yugoslavo pero cuando criticó la suspensión de la autonomía de Kosovo en 1989, los serbios promovieron un boicot contra las empresas y productos eslovenos. Esto desató las iras independentistas de un pueblo hasta entonces leal pero que finalmente se había hartado de pagar y callar.

Cuando estalló la Guerra Civil Yugoslava en 1991, Eslovenia fue la primera en independizarse. Tuvo mucha suerte ya que, tras sólo diez días de conflicto bélico, logró su objetivo. Inmediatamente, la república fue reconocida por Alemania y otras potencias que le dieron una cordial bienvenida para festejar su ingreso en Occidente.

Eslovenia es otro claro ejemplo de que la independencia sienta bien a un pueblo: hoy es líder mundial en fabricación de elementos para  deportes de invierno, tiene una floreciente industria farmacéutica, automovilística y vitivinícola, supera en renta per cápita a Portugal y Grecia y tiene menos desempleo que Alemania o Francia.

Liubliana se adhirió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte  (OTAN) y a la Unión Europea (UE) en 2004 y al euro en 2007. Hoy Eslovenia forma parte de pleno derecho del conjunto de naciones desarrolladas occidentales. La gente tiene motivos de peso para volver a estar feliz y mirar con optimismo hacia el futuro.

Batasuna: el que esté libre de pecado…

Mucho se está hablando en estos días de los esfuerzos del Gobierno de España para  blindar  la Ley de Partidos y así impedir cualquier resquicio legal por el que la izquierda  abertzale pudiera presentarse a las elecciones. No cabe la menor duda de la repugnante catadura moral de los integrantes de Batasuna, de su complicidad  y proximidad ideológica con la banda terrorista ETA. Pero… si  ilegalizamos a Batasuna por negarse a condenar el terrorismo  etarra ¿que pasaría si aplicáramos a otros partidos políticos distintos la misma vara de medir?

En los años 80 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) impulsó el terrorismo de estado con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). No recuerdo una condena expresa al respecto… ¿Qué hacemos pues? ¿Ilegalizamos al PSOE? Izquierda Unida (IU) y el Partido Comunista de España (PCE) apoyan un movimiento totalitario como el comunismo, que le costó la vida a más de 100 millones de personas en el siglo XX. Y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tiene miembros que proceden de la banda terrorista Terra Lliure. ¿Prohibimos estos partidos por ley?

Falange es la heredera natural del franquismo. ¿No piensan ilegalizarla? Es más… en su día, el Parlamento Europeo promovió una moción para condenar el franquismo. A pesar de que el Partido Popular Europeo (PPE) condenó dicho movimiento  fascista, los diputados españoles del mencionado grupo se negaron a hacerlo. Y en el Parlamento Español, los únicos fachas que se han negado a condenar el alzamiento nacional han sido los populares. Así pues, ¿a qué esperan para aplicar la Ley de Partidos a una formación que no condena el franquismo como el PP?

Yo no siento ninguna simpatía por Batasuna ni por lo que representa. Y si la ilegalizan por negarse a condenar el terrorismo, me parece correcto. Ahora bien, Batasuna me recuerda a la adúltera de la Biblia a la que querían lapidar los supuestos santos del lugar. Al ver la basura de clase política que tenemos, tan vomitivamente hipócrita, tan de chicha y nabo, tan falsa, tan corrupta, tan inmoral, quizás nuevamente, deberíamos recordar las palabras de nuestro señor Jesucristo cuando le dijo al pueblo: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra».

Fascista: esa palabra mágica.

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En estos tiempos de relativismo moral, podredumbre espiritual y mediocridad intelectual en que vivimos se da una curiosa circunstancia: los debates ya no existen. O cada vez lo hacen menos. Ahora se da por sentado que hay determinados temas tabú, determinados dogmas de la fe buenista y políticamente correcta que simplemente son incuestionables. Y si alguien osa cuestionarlos con argumentos, ya no se le responde con otros argumentos contrarios como antaño sino con insultos. Son los frutos amargos de la postmodernidad. Voy a tratar de representarlo de una forma muy gráfica para que se entienda mejor:

¿Cómo se debatía antes?

Persona 1: Yo pienso blanco.

Persona 2: ¡Ah no! ¡Yo pienso negro por esto y por aquello!

Persona 1: De acuerdo, pero también debe tener en cuenta este motivo y aquel otro.

Persona 2: Sí, pero si se fija bien usted…

¿Cómo se debate hoy?

Persona 1: Yo pienso blanco.

Persona 2: Eres un… (coloque aquí el insulto que usted prefiera. Generalmente, la palabra fascista).

Fin del debate.

Veamos algunos ejemplos:

Ejemplo A:

Persona 1: Valenciano y catalán son dos lenguas distintas.

Persona 2: Anticientífico, fascista.

Fin del debate.

Ejemplo B:

Persona 1: La unión de dos personas del mismo sexo no es un auténtico matrimonio.

Persona 2: Homófobo, fascista.

Fin del debate.

Ejemplo C:

Persona 1: Los inmigrantes ilegales deben ser expulsados del país.

Persona 2: Racista, xenófobo.

Fin del debate.

Ejemplo D:

Persona 1: Israel tiene derecho a existir y a defenderse.

Persona 2: Sionista, nazi.

Fin del debate.

Fijémonos como antes a un argumento se le respondía con otro argumento. Ahora, se le responde con un adjetivo calificativo. Generalmente, el término más usado es «fascista». Vale lo mismo para un roto que para un descosido; no importa el tema de debate. Tanto se abusa de esta palabra que ha perdido su significado original y hoy fascista viene a significar algo así como «todo aquel que piense distinto a mí o no me dé la razón». De tanto llamar fascista a todo el mundo, ya nadie acabará prestando atención a este término de tal suerte que puede que llegue el día en que el fascismo auténtico vuelva al poder, haya quien lo avise y nadie le crea.

Augusto Pinochet: la hora del juicio te ha llegado.

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Salvador Allende le nombró jefe del Ejército el 23-8-1973.
18 días después, Augusto Pinochet le traicionó.
Perpetró un golpe de Estado contra el gobierno democrático de Chile (11-9-2006).
17 años de dictadura fascista (1973-1990).
Más de 3.200 asesinados.
Más de 1.200 desaparecidos.
Más de 28.000 torturados.
Más de 300.000 exiliados por razones políticas.
Artífice de la Caravana de la Muerte, con 75 presos políticos asesinados.
Artífice de la Operación Colombo, con más de 30 de víctimas.
Coautor de la Operación Cóndor, que provocó 50.000 muertos, 30.000 desaparecidos y 400.000 presos.
Inculpado por secuestros, homicidios, torturas, genocidio, terrorismo, corrupción y violaciones de los derechos humanos.
Fraude fiscal por valor de más de 26 millones de dólares.
Aseguró que si volviera a vivir, repetiría todo lo que hizo.
Jamás se arrepintió de nada.
Jamás pidió perdón a nadie.
Jamás fue juzgado.

Augusto Pinochet Ugarte (1915-2006)… Por fin te has encontrado con un Juez del que no podrás escapar.

 

FONT: Llengua Valenciana Blogspot. 24-12-2006.

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¿Sabes qué es realmente una Universidad?

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A menudo se entroniza a la Universidad como cúspide de la ciencia y el saber. Lo único que demuestra quien hace esto es que no ha ido nunca a una Universidad, de lo contrario sabría que se trata de un nido de pura y dura anticiencia. Sin embargo, muchos creen que cualquier sandez salida de una Universidad debe ser acatada como si fuera Palabra de Dios. ¿Pero qué es la Universidad realmente? Pues si no lo sabes, te lo voy a decir yo.

La Universidad es la institución que en su momento se mofó de Galileo Galilei, Albert Einstein, Charles Darwin, Thomas Alva Edison o Heinrich Schilemann, es la institución que expulsó a Salvador Dalí no en una sino en dos ocasiones y en la que Sigmund Freud tardó seis años en hacer una carrera de tres. La Universidad es eso que abandonó Bill Gates en el cuarto curso de carrera porque “no le estaba enseñando nada”.

La Universidad es esa institución anquilosada cuyo discurso metodológico no se ha renovado en centurias. Los planes de estudio son surrealistas, con asignaturas absurdas que nada tienen que ver con el oficio y cada día se ensancha más el abismo entre lo que ofrece la Universidad y lo que demanda la empresa y el mercado laboral. Además, hoy hasta el más zoquete puede acceder a la Universidad, basta simplemente con un 5 de nota.

La Universidad es donde las oposiciones están más amañadas que una escopeta de feria, a menudo hechas incluso a la medida, y para hacerte con la plaza se valora más una afiliación al PSOE o al Opus Dei que los méritos académicos del candidato. Y hay muchos profesores cuyo único interés por la ciencia es explorar bajo las sábanas la anatomía de sus alumnas. Determinados centros en vez de Facultades parecen picaderos más bien.

La Universidad es ese lugar en que los profesores no te enseñan a pensar sino que te enseñan qué pensar, así que muchas asignaturas son meras tapaderas de adoctrinamiento político. Lo que piensa el profesor es correcto, lo que pienses tú irrelevante. La respuesta correcta en el examen es siempre la opinión del profesor. Se bastardiza la libertad de cátedra al entenderla como el derecho del rector a mangonear, colocar amigotes, etc.

La historia nos revela que si el mundo ha progresado es a pesar de las Universidades y no gracias a ellas. Los profesores universitarios son los sofistas de nuestro tiempo. Así que ya estará bien de alabar la supuesta ciencia de una institución que no es sino un monumento a la ignorancia y la incultura. ¡Más mentes libres y menos lavados de cerebro! ¡Si los científicos de un país se encuentran en su Universidad… entonces pobre país!

 

FONT: Llengua Valenciana Blogspot. 2-6-2006.

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Año 30 después de Franco.

130 dictador

Un general.
Dos Españas.
Tres años de guerra civil.
500.000 muertos.
36 años de dictadura fascista.
2.500.000 emigrantes.
20 años de cartillas de racionamiento.
20 años de economía española destruida.
Más fosas comunes que municipios.
17 lenguas minoritarias aplastadas.

1975-2005: Francisco Franco Bahamondes, 30 años felizmente muerto.

 

FONT: Llengua Valenciana Blogspot. 21-12-2005.

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