Un «Premi Nobel» de les llengües minoritàries.

¿Discrimina l’Acadèmia Sueca als autors en llengües minoritàries? Tot pareix indicar que sí. Quan examinem la llengua dels autors guardonats en el Nobel de Lliteratura veem que l’anglés és el líder destacat en molta diferència (27 guardonats), seguit de francés (15), alemà (14) i castellà (11). Estes quatre llengües acaparen la pràctica totalitat dels premis. Les demés llengües queden reduïdes a l’insignificància. Per eixemple les orientals, que a penes tenen guanyadors (com l’àrap, el persa, el chinenc, l’hindi, el japonés o el coreà). Inclús algunes occidentals de gran tradició, com ara el portugués. Pero sense dubte la pijor part és per als idiomes minoritaris, que són l’immensa majoria de les 7.000 llengües del món pero que són sistemàticament marginats en els Premis Nobel.

L’Acadèmia Sueca no sol enrecordar-se de les llengües minoritàries, i les poques vegades que ho ha fet ha segut, sobretot, de les nòrdiques (la qual cosa, per cert, li ha valgut a l’Acadèmia la crítica de casolana). Siga com siga, el suec té sèt guanyadors (Selma LagerlöfVerner von Heidenstam, Erik Axel Karlfeldt, Pär Lagerkvist, Eyvind Johnson, Harry Martinson i Tomas Tranströmer), el danés tres (Karl Adolph Giellerup, Henrik Pontoppidan, Johannes Vilhelm Jensen), el noruec tres (Biørnstierne Bjørnson, Knut Hamsun, Sigrid Undset), el finés u (Frans Eemil Sillanpää) i l’islandés u (Halldór Laxness). Este últim cas és absolutament extraordinari si tenim en conte que l’islandés és parlat per només 300.000 persones en el món.

Fòra de les llengües nòrdiques, a penes hi ha representants dels idiomes menys parlats entre els guardonats. Únicament tenim el cas del grec (Yorgos Seferis i Odysseas Elytis), l’hongarés (Imre Kertész), el chec (Jaroslav Seifert), el serbocroat (Ivo Andrić), l’hebreu (Shmuel Yosef Agnón), el yidis (Isaac Bashevis Singer) i el provençal (Frédéric Mistral). I para de contar. Si no escrius en anglés o francés no existixes. Certament escriure en un idioma minoritari penalisa a l’autor perque no tindrà ni el reconeiximent ni la repercussió ni la distribució que puguera tindre si escriu en una llengua massiva, per la qual cosa tendirà a abandonar la seua llengua pròpia si és que vol que el seu treball transcendixca les fronteres locals i no ser invisible per a l’Acadèmia Sueca.

És per això que proponc la creació d’un guardó alternatiu, una espècie de «Premi Nobel» de les llengües minoritàries que hauria de posar en valor no només la tasca estrictament lliterària (narrativa, poesia, teatre, ensaig…) sino també la del conreu de la llengua pròpiament dita (traduccions, diccionaris, gramàtiques…) seguint l’eixemple admirable de Eliezer Ben Yehuda, qui va resucitar l’hebreu. Alguns autors que mereixen -o varen meréixer- un premi com este podrien ser, ademés del propi Eliezer Ben Yehuda, Anfós Ramon, Xavier Casp, Voro López, Ngugi Wa Thiong’o, Boubacar Boris Diop, Alexandre Alapont, Milan Kundera, Bernardo Atxaga, Amos Oz, Ismail Kandare, Josep Pla, Álvaro Cunqueiro o Manuel Rivas entre molts atres escritors d’innegable talent.

¿Sabías que Santiago Ramón y Cajal comenzó su carrera investigadora en Valencia?

Joaquín_Sorolla._Santiago_Ramón_y_Cajal_1906

El médico aragonés Santiago Ramón y Cajal obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 1906 por sus aportaciones a la neurohistología. Pero su prodigiosa carrera investigadora tuvo su punto de partida en Valencia. En 1883 Ramón y Cajal aprobó las oposiciones a catedrático de Anatomía Descriptiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia y un año más tarde se trasladó a esta ciudad, donde ocupó dicha cátedra.  Vivió y trabajó en la capital del Turia hasta 1887 cuando se trasladó a Barcelona para ocupar la cátedra de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Casado con Silveria Fañanás, durante su estancia en Valencia tuvieron tres hijos: Paula Vicenta, Enriqueta y Jorge. Este último se especializó en Histología como su padre. El gran pintor valenciano Joaquim Sorolla retrató al genial científico aragonés en 1906.

En su etapa valenciana (1884-87) Cajal puso a punto, junto con su discípulo Juan Bartual, la técnica de Golgi aprendida del valenciano Luis Simarro. Cajal tuvo también una estrecha relación con el Instituto Médico Valenciano donde publicó en su Boletín sus primeras investigaciones microscópicas. Cajal presentó en el I Congreso Médico-Farmacéutico Regional de Valencia su comunicación de la ley de la polarización dinámica de las neuronas. La producción científica de Cajal se concreta en la edición de su Manual de Histología dotado de una amplia colección de grabados (1884) y en un total de 16 artículos publicados en revistas valencianas, de los cuales 10 aparecieron entre 1884 y 1887. Nadie discute la aragonesidad de este maño universal pero para la historia queda que Valencia fue el punto de partida de la genial obra científica de Cajal.

FUENTE: Revista Española de Patología Volumen 35 nº 4. 2002.

El mundo está en deuda con Estados Unidos.

Por todos es sabido que hay un antiamericanismo creciente en el mundo. Yo, por contra, pienso que el mundo está en deuda con Estados Unidos (EEUU). Fueron los americanos los que salvaron a Europa de caer en las garras del fascismo, del comunismo o del nazismo. Sin ellos, los dictadores Adolf Hitler y Josip Stalin habrían acabado con las democracias occidentales. Y quizás sean los americanos quienes nos tengan que salvar (otra vez más) del islamofascismo y la Eurabia que vienen.

EEUU históricamente ha colaborado en la liberación de naciones oprimidas: que se lo pregunten a Venezuela, Filipinas, Kuwait, Liberia o Kosovo. No hay un solo continente en el mundo donde los norteamericanos no hayan luchado por la libertad. Como con Israel, el pueblo elegido por Dios. El apoyo de Washington a los israelíes ha hecho que Dios bendiga a EEUU cumpliendo su promesa bíblica: «Bendeciré  a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré»  (Génesis 12:3).

Muchos europeos dicen despectivamente que EEUU no tiene historia. Y es falso. Porque una cosa es ser una nación joven y otra carecer de historia. Aunque EEUU desapareciese de la faz de la Tierra mañana mismo, no podría entenderse el siglo XX sin él. Solamente por la ingente cantidad de dinero que invierte en la ciencia (de lo cual nos beneficiamos todos), por su elevadísimo número de premios Nobel, por el viaje a la Luna o el cine de Hollywood ya han pasado sobradamente a la historia.

Otros muchos antiamericanos se quejan del supuesto imperialismo de los Estados Unidos. Pero todos sabemos que los imperios de España, Francia o Gran Bretaña se comportaron mucho peor. ¿Alguien puede imaginar siquiera lo terrorífico que sería el mundo si la primera superpotencia fuese hoy la Alemania nazi, la Unión Soviética o la China comunista? Muchos critican públicamente a los estadounidenses, pero luego en privado admiten sin ellos el mundo sería mucho peor.

EEUU se ha destacado como una nación receptora de inmigrantes, es más, como un auténtico país de las oportunidades donde si vales, puedes conseguir tus sueños sin que a nadie importe tu raza, nacionalidad o condición social. Un país que ya desde el siglo XVII ha sido un refugio para millones de cristianos que eran perseguidos por la Iglesia Católica en toda Europa. Una patria que ha enviado todo un sinfín de misioneros a predicar el Evangelio por los cuatro rincones de la Tierra.

El mundo está en deuda con los Estados Unidos de América. Y quizás una buena forma de comenzar a agradecer lo mucho de positivo que han hecho sea empezar a enviar millones y millones de misioneros a aquel bendito país. La sociedad norteamericana se está secularizando, descristianizando, ateizando, perdiendo poco a poco su identidad y su espíritu. El pueblo estadounidense nos necesita. Y porque es de bien nacidos ser agradecidos ha llegado el momento de salir en su ayuda.

Premio Cervantes: historia de un disparate.

Decía el escritor catalán Josep Pla que los premios son una chorrada. Yo estoy plenamente de acuerdo. No sirven para nada, más allá de dar una publicidad momentánea. No son importantes, ni siquiera el famosísimo Nobel. La prueba es que el dramaturgo José Echegaray fue el primer español en ganar un Premio Nobel y hoy en España no lo conoce ni la madre que lo parió. Sin embargo todo el mundo conoce al literato Jorge Luis Borges, que curiosamente no lo ganó nunca.

Posiblemente el más grotesco de todos los premios literarios sea el Premio Miguel de Cervantes. Este título, considerado el Nobel de las letras hispánicas, es absurdo porque insiste año tras año en conceder el trofeo atendiendo más a la nacionalidad del premiado que a su talento. Existe una ley no escrita que dice que en una edición debe recibir el laurel un autor español y en la siguiente un americano, cumpliendo un disparatado sistema de turnos que recuerda al de la Restauración.

Esto significa ni más ni menos que el 50% de los galardonados son españoles y la otra mitad americanos. Y yo podría estar de acuerdo si efectivamente éste fuera el peso literario real, es decir, si efectivamente España tuviese tantos escritores geniales como tota Hispanoamérica. Pero esto es radicalmente falso. Hoy el 90% de los hispanohablantes del mundo vive en América y desde la irrupción del boom latinoamericano, el centro orbital de la literatura hispánica se ha trasladado a América.

El castellano nació en Castilla pero renació en América. Y digo renació porque a principios del siglo XX, era prácticamente imposible encontrar autores españoles en librerías inglesas, holandesas o francesas. Tanto es así que el propio literato Eugeni d’Ors recomendaba a los escritores catalanes que escribieran en catalán, porque ya que ni siquiera escribiendo en español iban a ser traducidos, leídos y conocidos en el extranjero, al menos que escribieran en la lengua vernácula del país.

Pero si hoy el español vuelve a tener una cierta fuerza literaria en el mundo (digo literaria, porque en casi ninguna otra cosa destacable tiene fuerza) es gracias al realismo mágico de Hispanoamérica. Asumámoslo; por primera vez en la historia los mejores libros en lengua española no se escriben en Europa. ¿Qué clase de jurado es el que condecora a Francisco Umbral antes que a Gabriel García Márquez? Los premios literarios deben atender a los méritos del autor, no a su pasaporte.

Nación Gitana: un pueblo nacido para vivir en libertad.

Agradecimientos a Vicent Rodríguez Fernández (Alfafar, Reino de Valencia. España).

El pueblo gitano es una nación sin estado compuesta por doce millones de almas, ocho de las cuales radican en el Viejo Continente, lo que la convierte en la minoría étnica más grande de Europa. Es un pueblo nómada que salió de India en el siglo XI y que inició una gran diáspora por todo el mundo que perdura hoy.

Pese a la dispersión geográfica y cultural que supone pertenecer a tantas nacionalidades distintas, los gitanos conservan unas señas de identidad mayoritariamente comunes: el idioma romaní, la pertenencia a la iglesia evangélica y un estilo de vida ancestral basado en la tradición, los vínculos familiares y la cohesión del grupo.

Este pueblo sobresale en las artes, con pintores como Antonio Solario, Otto Mueller o Tamás Péli, músicos como Janos Bihari (al que plagiaron Ludwig Van Beethoven o Franz Liszt) o actores como Charles Chaplin. En la ciencia, destacan Sofia Kovalévskaya y el Nobel de Medicina August Krogh.

Su  aportación cultural más conocida es el flamenco; con artistas como  Lola Flores o Camarón de la Isla. El inconfundible estilo gitano ha influido a no pocos payos, entre ellos al guitarrista Paco de Lucía. En el fútbol, son famosos Eric Cantoná, Hristo Stoichkov, Zlatan Ibrahimovic o Telmo Zarra.

Durante siglos padecieron persecuciones racistas, que tocaron techo con el exterminio de dos millones de gitanos a manos de los nazis. Actualmente, los estados europeos fomentan políticas de integración aunque muchos gitanos se muestran muy recelosos y optan por rechazar ese estilo de vida y por seguir con el suyo propio.

El gitano es un pueblo nacido para vivir en libertad. Y es que los gitanos acostumbran a ser conservadores y tradicionalistas. Pese a ello, la singular historia y cultura de esta etnia sigue siendo la gran desconocida de nuestro tiempo. Pero cuando te zambulles en ella, descubres fascinado que hay mucho más de lo que los ojos ven.

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