¿Sabías que los más grandes intelectuales catalanes han negado la unidad de valenciano y catalán?

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Algunos de los más grandes intelectuales catalanes de todos los tiempos han negado, con mayor o menor intensidad, que catalán, valenciano y balear sean una única lengua.

«El catalán y el valenciano son dos formas de una misma rama idiomática; cada una con su personalidad, y cada una con su afinidad marcada». Son palabras del catalán Guillem Díaz Plaja, crítico, profesor y escritor, académico de la Real Academia Española (RAE) y miembro del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Palabras recogidas por Vicent Ramos en su libro Pancatalanismo entre valencianos (1978).

En la misma línea se pronunció en su Geografía General del Reino de Valencia (1920-1927) el historiador, bibliógrafo, político y escritor catalán Francesc Carreras i Candi: «Nadie podrá asegurar que el valenciano y el mallorquín sean dialectos del catalán. Los tres se han desarrollado con absoluta simultaneidad de tiempo y divergencias léxicas, sin influirse mutuamente».

Y continúa Carreras i Candi: «Nuestro juicio es aceptar una distinción racional entre valenciano, catalán y mallorquín, así en lo que concierne a sus variantes lingüísticas y también a su propia procedencia».

También Alexandre Cirici encontró diferencias notables entre ambas lenguas. En 1980, incluso llega a reconocer en su ponencia en la Asamblea de Parlamentarios del Consejo de Europa sobre lenguas minoritarias que los valencianos no consideran el catalán su lengua: «En cuanto al valenciano aquí la cosa es muy pintoresca. Verás: los catalanes escribimos en valenciano o leridano. La diferencia estriba en que nosotros pronunciamos de una forma mientras que los valencianos lo hacen tal como escriben. Es una cosa curiosa el hecho de que nuestra lengua ha tenido desarrollo literario a partir del valenciano, porque era el que se utilizaba en los documentos oficiales del pasado. De todas formas los valencianos, por tradición, consideran que hablan otra lengua diferente del catalán». Cirici es estudioso y crítico del arte, docente, diseñador gráfico, publicista y político.

Según algunos filólogos, una de las causas por las que avanza la castellanización de la sociedad valenciana es porque los niños no se identifican con el dialecto barcelonés que les imparten en la asignatura de valenciano.

El catalán Miquel Batllori también era consciente de ese fuerte rechazo social: «El catalán de Barcelona que se intenta imponer en Valencia y Baleares es un dialecto infecto e infame… es totalmente anticatalán ya que en esos lugares nunca se aceptará que un dialecto tan infecto como el de Barcelona se pueda imponer como lengua nacional». Estas palabras fueron recogidas por el diario Las Provincias el 2-11-1992. Batllori fue teólogo, historiador, escritor y un gran erudito que fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de 1995.

El miembro de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), Jordi Colomina, admitió (Actes de les Jornades sobre normes i planificació lingüístiques, 1994) que hay que forzar de forma artificial a los valencianos para que hablen como en Barcelona: «Ahora creo que ha llegado la hora de actuar sobre los hábitos ortográficos de los valencianos. Ya hemos conseguido una cierta tradición valenciana de escribir el valenciano de una determinada manera desde hace unos años, y se actuó con prudencia, pues se temía que los valencianos no aceptaran determinados cambios. Yo creo que ahora es el momento de introducir más cambios. Por ejemplo, la acentuación. Tenemos que acentuar todos igual, por tanto propongo que los occidentales tenemos que aceptar la norma oriental. Dicho entre paréntesis, la morfología verbal es la única cosa que aún no podemos unificar. El momento no es bueno todavía, no podemos. Creo que puede ser en 15 o 20 años si la comunicación sigue aumentando entre los países catalanes podremos alcanzar esa unificación. Éstas son unas propuestas para que los valencianos nos adaptemos a la ‘norma barcelonesa'».

FUENTE:

Las Provincias. 2-11-1992.

-Carreras i Candi, Francesc. Geografía General del Reino de Valencia. Ed. Martin. 1920-1927.

Ferrer, Josué. Els més grans intelectuals catalans han negat l’unitat de les llengüesValéncia hui. 3-6-2007.

-Ramos, Vicent. Pancatalanismo entre valencianos. Quiles. 1978.

 

¿Sabías que el catalanismo es un movimiento imperialista y racista ya desde sus más tempranos inicios?

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El catalanismo es un nacionalismo expansionista, imperialista y racista desde su nacimiento a finales del XIX. Para muestra, un botón. El ideólogo catalán Enric Prat de la Riba en un artículo titulado Greater Catalonia (publicado en La Senyera, 12-1-1907) dijo: «Después de siglos de abatimiento e inconsciencia, sabemos que lo que ser catalanes significa. En un primer momento, este despertar fue provincianismo, fue regionalismo, porque provincia y región es el principado de Cataluña, como región es Mallorca, como región es Valencia. Hoy es ya una intuición de ser suprarregional, ya es nacionalismo, ya es afirmación de la personalidad catalana, ya no acaba en las fronteras de nuestra vieja provincia, sino que va más allá, hasta tocar  las palmeras de Murcia y, atravesando el mar, florece en los cielos de Mallorca. No tenemos  aún un nombre común (…) Mientras tanto, hagamos como los ingleses con su Greater Britannia, flor de imperio a punto de abrirse: hablemos de la Cataluña grande, que no es sólo el Principado, ni Mallorca, ni el Rosellón, ni Valencia, sino Valencia y Mallorca y el Principado y el Rosellón, todos a la vez. Todos somos unos, todos somos catalanes».

Este mismo ideólogo, Prat de la Riba, había escrito en 1906 una de las obras más referenciadas del catalanismo, La nacionalitat catalana, en la cual defendía que la aspiración de un nacionalismo político es conseguir un estado propio. Ahora bien ¿a qué tipo de nacionalismo hacía referencia Prat de la Riba? ¿A uno pacífico y democrático como el de India o a uno invasivo y agresor como el de Reino Unido? Dejemos que sea el propio autor el que nos lo aclare: «El imperialismo es el modo triunfal de un nacionalismo: del nacionalismo de un gran pueblo. (…) Dominar por la fuerza de la cultura servida y sostenida por la fuerza material, es el imperialismo moderno, el imperialismo integral, el de las grandes razas fuertes de ahora (…) El imperialismo [es] un aspecto del nacionalismo, un momento de la acción nacionalista: el momento que sigue al de plenitud de vida interior, cuando la fuerza interna de la nacionalidad, acumulada, irradia, sale de la madre, anega y fecunda las llanuras de su entorno». El catalanismo ha sido imperialista desde sus inicios; anhela una Gran Cataluña, un Imperio Catalán, camuflado bajo el eufemístico nombre de países catalanes.

Otro gran ideólogo del catalanismo es Antoni Rovira i Virgili, quien en su libro El nacionalismo catalán (1917) explicita la unidad lingüística para lograr la unidad política de los territorios deseados. «Cuando el dominio geográfico de un idioma nacional está netamente delimitado, coincide, en efecto, con el territorio de esta nacionalidad. (…) Unidos por el común origen, por la común historia y por el común lenguaje, los catalanes, los valencianos, los mallorquines y los roselloneses son un mismo pueblo, una nación única. (…). Y hoy, en Cataluña, ya no se dice mucho valencianos y mallorquines, sino catalanes de Valencia y catalanes de Mallorca. (…) Las Islas Baleares son la Cataluña insular, como el Principado y el Reino de Valencia son la Cataluña peninsular, como el departamento francés de los Pirineos es la Cataluña ultrapirenaica. [El catalanismo] es completa y fundamentalmente pancatalanista. (…) La raíz más profunda del pancatalanismo es indudablemente la comunidad del idioma. Porque el idioma es el lazo vivo que une a todos los catalanes de la amplia Cataluña nacional (…). Por la comunidad del idioma se llegará a la futura unidad política».

Ésta es la clave del proyecto catalanista: la lengua. De ahí el empecinamiento de los catalanistas en catalanizar las lenguas aragonesa, balear y valenciana y atribuir a estos idiomas una supuesta catalanidad que realmente no tienen. Este es el Caballo de Troya con el que el imperialismo catalán pretende colonizar las tierras vecinas. Con la excusa de la lengua se llega a afirmar que la paella es «gastronomía catalana» o la Lonja de Valencia «gótico catalán», aunque poco tengan que ver estas cosas con el idioma. Son numerosos los intelectuales del catalanismo que han defendido la existencia de la «raza catalana» como Valentí Almirall, Francesc Pi i Margall, Bartomeu Robert, Pompeu Gener, Josep Torras i Bages, J.Narcís Roca, Miquel dels Sants Oliver, Joan Maragall, Jaume Bofill, Doménec Martí, Josep A. Vandellós, Josep Puig i Cadafalch, Pere Martir Rossell, Carles Pi o Alexandre Cortada entre otros muchos. Los famosos países catalanes no es más que otra forma de referirse a la Gran Cataluña, cuyo nacionalismo odioso, imperialista y racista recuerda mucho a la Gran Serbia de Slobodan Milosevic y la Gran Alemania de Adolf Hitler.

¿Sabías que Joan Fuster fue catalanista, valencianófobo, falangista, borracho, sodomita, efebomaníaco y putero?

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«Joan Fuster fue siempre un mediocre literato de escaso rigor intelectual, un voluntarista historicista que se presentó como con un tono mesiánico y al que le interesó poco la realidad histórica, la evolución cultural o el devenir humano». Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura 2010).

El escritor Joan Fuster (Sueca 1922-1992) es el principal gurú del pancatalanismo antivalenciano. Defendió que los valencianos no tenemos lengua ni cultura propias, que somos catalanes y pertenecemos a los países catalanes. De la Real Señera dijo que era la bandera «sólo de la ciudad de Valencia», del Himno Valenciano que era «una mierdecita», de la paella que era «una comida de pobres», de las falleras que son «un poco pendones» y de su propia ciudad, Sueca, que lo mejor que se podía hacer con ella «era pasar de largo». En su funeral su ataúd fue envuelto con la márfega catalana y se oyeron varios «¡Viva Cataluña!». Su valencianofobia recibió muchos premios y honores por parte del catalanismo oficial.

Pero la vida de este ilustre traidor al pueblo valenciano es una caja de sorpresas. Muchos de sus seguidores lo veneran por su ideología supuestamente izquierdista y progresista pero ignoran que en su juventud Joan Fuster estuvo afiliado a la Falange. Así, el de Sueca pasó del fascismo español más rancio y cavernícola al fascismo catalán más imperialista y valencianófobo. Además, el autor de Nosotros, los valencianos (Nosaltres, els valencians en catalán) tenía fama en su pueblo de ser alcohólico, sodomita, efebomaníaco y putero. Si un ídolo es el espejo en el que anhelan mirarse sus admiradores para tomar ejemplo, entonces la integridad personal, intelectual y moral de los fusterianos deja bastante que desear.

¿Sabías que un valenciano catalanista es como un judío nazi?

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“Un valenciano que se considera catalán es como un judío admirador de Adolf Hitler”. Así de contundente se expresó el historiador, literato y periodista César Vidal. Y es que el pancatalanismo tiene muchas semejanzas con el nacional-socialismo y con la figura del dictador alemán. El nazismo quería exterminar a los judíos y borrarlos de la faz de la Tierra y el pancatalanismo desea aplicar «la solución final» a la lengua y cultura valencianas. El nazismo basaba su doctrina en una historia manipulada basada en mitos, leyendas y falsedades tal y como lo hacen hoy día los catalanistas con su historia inventada. Hitler nació en Austria pero traicionó a su patria ya que se sentía alemán. De hecho fue el artífice de que Austria fuera anexionada por Alemania. Hay algunos valencianos como el autor Joan Fuster o el editor Eliseu Climent que como Hitler piensan que lo mejor que le puede ocurrir a Valencia es desaparecer para que sea absorbida por Cataluña. Hitler decía: “En Austria hablan alemán, son alemanes”. Con esa excusa acabó invadiendo un país que hablaba checo. También el pancatalanismo emplea la excusa del idioma para intentar devorar países vecinos que no hablan catalán.

Paranoia catalanista.

En els ultims temps mos hem anat acostumant cada volta més a contemplar cóm el nacionalisme expansioniste catala confon els seus deliris més esperpentics en la realitat. Lo gros no és ya que, a falta d’historia, se la inventen. El problema és que arriba un moment en que es creuen les seues propies mentires, un moment en que els imperialistes catalans són incapaços de distinguir fantasia de realitat, en una paranoia que voreja l’esquizofrenia i digna d’una tesis doctoral de psiquiatria. Els pancatalanistes estan inundant de mentires els llibres de text, les aules i les ments dels nostres fills i és la nostra obligacio denunciar-ho o de lo contrari, les generacions futures heretaran una historia manipulada que diu Catalunya és el melic de l’Univers i que tot lo valios i precios que hi ha en el planeta Terra és catala.

Estem acostumats ya a la seua predica esoterica dels països catalans. L’aragones, el valencià, el balear i l’algueres són nomes dialectes del catala. El Sigle d’Or de la Llengua Valenciana fon per ad ells un sigle d’or catala. En l’excusa d’una suposta unitat de les llengües arramblen en tot, inclus en allo que no té res a vore en l’idioma. Aixina, la Llonja de Valencia és gotic catala, la paella gastronomia catalana, les Falles una festa catalana, el Mallorca un club de futbol dels països catalans i Joaquim Sorolla el gran pintor de la catalanitat. De moment encara no s’han atrevit a dir Pilota Catalana al nostre deport més autocton pero dona-li temps als nostres amics del bunquer barretina i voras com te diuen que en la prehistoria els diplodocus pegaven chillits en catala i els pterodactils ballaven la sardana.

Hi ha una autentica febra en considerar catalans a tots aquells personages ilustres de l’humanitat. Em recorda molt a la paranoia dels nazis, que asseguraven que tots els genis de l’humanitat eren de raça aria perque era impossible que una raça inferior poguera crear una cultura esplendorosa. Pero quan els mencionaves que hi havia gent brillant en totes les races del món (com ara Buda o Confuci) en seguida ho justificaven trobant un besyayo ari. Sempre hi havia un besyayo ari. Els nazis arribaren a enviar expedicions cientifiques al Tibet per a provar que els alemans eren descendents d’una raça de semideus que habità en l’Atlantida i que en acabant d’afonar-se el seu païs els supervivents es refugiaren en l’Himalaya. Ahir tots els genis tenien un besyayo ari. Hui tots els genis tenen un besyayo catala.

Per aci baix, en la Colonia Autonoma Valenciana, ya estem acostumats a que mos diguen que Ausias March i Ramon Llull eren escritors catalans. O que el Regne d’Arago era la Confederacio Catalano-Aragonesa, o inclus el Regne de Catalunya, segons les versions, que en esta vida hi ha gent en molt d’atreviment. Pero la cosa no acaba ahi. Fa poc hem vist com l’Institut Nova Historia (INH) parlava de “familia real catalana” -per a referir-se als reis d’Arago, Mallorca i Valencia- o “imperi catala” per a parlar del Regne d’Arago i la seua expansio per la Mediterrania o inclus de «descobriment catala d’America» en clara alusio a la fita de Cristofol Colon, que en realitat es deya «Cristofol Colom» i, cóm no, era catala. Realment fa honors al seu nom l’Institut Nova Historia… ¡Recollons! ¡I tan nova!

Aixina és que per al director del INH, el pseudohistoriador Jordi Bilbeny,  America fon «un descobriment catala». Miraculos. Sobretot perque en aquella epoca encara no existia Catalunya sino un grapat heterogeneu i disgregat de comtats que poc tenien a vore uns en atres. ¿Pero i qué? Si per als franquistes “Espanya és eterna”  i «existia ya en l’epoca dels romans» ¿qué importa que Catalunya siga tambe una realitat més alla del temps i de l’espai? Bilbeny assegura que la bandera d’Estats Units està inspirada en la de Catalunya, que l’escritor Miguel de Cervantes era catala, es deya Miquel Servent i va escriure el Quixot en catala i que Lleonart da Vinci era catala i va pintar La Mona Lisa inspirant-se en la moreneta. Un dia d’estos mos diu que Barack Obama és de Salou.

Pero ¿per qué detindre’s ahi, senyor Bilbeny? ¿I si Magallanes no fora Magallanes? ¿I si Magallanes fora Marga Llanés? Un dels millors navegants de l’historia sería dona, i ademes catalana. ¿I si Alberto Herreros fora Albert Ferrer? El maxim anotador de l’historia de la ACB sería un catala, pero encara quedaria per resoldre el misteri insondable de per qué jugà en Estudiantes i Real Madrit en lloc de fer-ho en el Barça. Puge l’aposta: ¿I si Michael Jordan fora Miquel Jordà? ¡No em direu que no té cara de ser del Baix Ampurda! ¿I si George Washington fora Jordi Guasch i Ton? La primera potencia del món hauria segut fundada per un catala i per tant igual dona dir-li Estats Units d’America que Estats Units de Catalunya. De Salses a Guardamar i d’Alaska a Maho.

FONT: Som nº 256. Giner de 2013.

Una historia de fe.

Amic llector, permeta’m contar-li una historia. A finals del segle XIX, existia una chicoteta nacio independent: la Republica del Veneto. En segles anteriors va tindre una historia gloriosa en el context d’Europa pero just en aquells moments era ya una republica decadent i debil militarment. Era el temps de l’unificacio italiana i en 1886 fon anexionada militarment per la en aquell moment naixent Italia.

Per a llegitimar l’invasio es celebrà un referendum delirant a on es plantejava pertanyer o no a Italia. No hi hague secret de vot (els ciutadans tenien una urna per al sí i una atra per al no, i havien de depositar la papereta en una de les dos baix l’estricta mirada de la policia italiana), la propaganda electoral acusava de traïcio als defensors del no i el reconte de vots fon un frau. El resultat se’l pot imaginar.

De la nit al mati els venecians passaren a ser italians i la llengua veneciana un dialecte de l’italià. Durant més d’un segle Italia cantà als venecians una canço que mosatros coneguem be: que si el venecià és un dialecte perque ho diuen totes les universitats del món, que si penses lo contrari  eres incult, que el venecià fòra de Venecia no val per a res, que quina sort compartir un idioma ab molts millons de parlants…

Molta gent començà a avergonyir-se de les seues arraïls pero un chicotet grup de patriotes continuà tot este temps reivindicant la veritat: associacions culturals que defenien el venecià, poetes que escrivien en venecià en lloc d’en italià, pares que s’encabotaven en transmetre als seus fills una llengua que tot lo món deya que no existia… Molts moriren durant eixe segle llarc pero gracies ad ells l’idioma no va morir.

Estem acabant l’historia i té un final feliç: el 28 de març de 2007 el Consell Regional del Veneto reconegue oficialment al venecià com un idioma independent i no com un dialecte. El proces d’anexio llingüistica tocava a la seua fi. Ara el venecià s’estudia en les escoles i els chiquets el parlen de nou. I tot gracies a que des del segle XIX fins al XXI un grapat de patriotes dedidi no donar-se per vençut.

Germans, que ningu es desmoralise per la trista situacio actual. La Batalla de Valencia no ha acabat. No hem perdut encara. No mentres sigam lluitant. Potser el nostre paper en l’historia nomes siga passar el testic a la següent generacio, confiant en que arribe el dia en que es faça justicia. Yo sé que algun dia el valencià tornarà a ser reconegut de nou com un idioma oficial. Yo pose la mà en el foc per ell.

Mosatros mos desmoralisem perque portem 30 anys de substitucio llingüistica. Pero són moltes les llengües que han patit el mateix calvari en torn a un segle (croat, litua, eslovac, ucranià…) i ahi estan. Més vives que mai. Una de tantes, l’aranes, de la qual deyen que era dialecte del catala fins a 1990. Si els aranesos, que són quatre gats, han pogut vencer ¿no podrem els valencians? Fe, germans, fe.

FONT: SOM nº 253. Març 2012.

Cataluña: de pueblo oprimido a pueblo opresor.

De la fusión de una docena de condados nació Cataluña, históricamente vinculada al Reino de Aragón. Tras la Guerra de Sucesión (1701-1715), una Cataluña derrotada fue sometida a un feroz proceso centralista y castellanizador. Los regímenes autoritarios posteriores intentaron acabar con su identidad sin éxito.

A finales del siglo XIX, Europa era una caldera de nacionalismos y de aquella época nace el actual catalanismo como reacción a la opresión castellana. La República Catalana fue proclamada en 1640, 1873, 1931 y en 1934 pero tuvo una vida efímera ya que en todos los casos fue sofocada de inmediato por el Estado Español.

En el Congreso de la Lengua Catalana de 1906 nació el catalán como idioma independiente del lemosín. Ese año el ideólogo Enric Prat de la Riba estableció que el pancatalanismo debía ser un movimiento imperialista. En 1917 otro ideólogo, Antoni Rovira i Virgili, apuntó a la anexión lingüística previa a la territorial.

El nacionalismo expansionista catalán recuerda en voracidad a la Gran Serbia y la Gran Alemania. Cataluña reclama como suyas las tierras vecinas que hablen catalán o alguna lengua parecida (Rosellón, Andorra, Arán, Aragón Oriental, Valencia y Baleares) y las somete a un etnocidio que desata la ira de la población local.

La cultura catalana eclosionó en el siglo XX con cantantes como Joan Manuel Serrat, Montserrat Caballé o Josep Carreras, artistas como Salvador Dalí o Antoni Gaudí, o literatos como Josep Carner o Josep Pla. Pero el gran tesoro cultural, elemento diferenciador y símbolo de identidad nacional es la lengua.

El catalán es un pueblo trabajador y de hábiles negociantes que goza de una economía poderosa fruto de su tesón. Tiene una fuerte consciencia nacional y está llamado a independizarse. Pero también es un pueblo que ha pasado de oprimido a opresor, y que le hace a sus vecinos lo mismo que critica que España le hace a  él.

Baleares: la bella violada.


El Reino de Mallorca -hoy conocido como Islas Baleares- fue fundado por Carlo Magno en 799. Mallorca, bajo el reinado de Mohamed ben Ganya Ibn Ishaq conquistó el norte de África y dominó desde Orán hasta Tuzer, en Túnez, y se fundaron grandes escuelas de juristas. El rey Jaime I de Aragón la libertó en 1229.

Durante la época cristiana Mallorca vivió una época de esplendor: en 1300 el rey Jaime II hizo el primer plan de concentración poblacional de Europa; el rey Sancho I creó, para los hombres de la mar, el primer sistema de seguridad social del mundo, y en 1374 Mallorca se presentó ante las murallas de Barcelona para asaltarla.

Fue un país de comerciantes y poetas, donde florecía la cultura. El escritor Ramon Llull maravilló al mundo y la comunidad judía impulsó la Escuela Mallorquina de Cartografía, que fue la más famosa hasta su disolución en la Edad Moderna y que dio al mundo grandes cartógrafos, cosmógrafos y hombres de ciencia.

Tras la Guerra de Sucesión (1701-1715), Mallorca perdió su independencia para convertirse en una triste región española. Hoy son los criados de los catalanes y alemanes. El idioma balear se encuentra prohibido y es sustituido por el catalán. El español, el catalán, el inglés y hasta el alemán gozan de un mejor trato que el balear.

Es una potencia turística de primer orden, pese a lo cual sus suculentas riquezas se marchan a Madrid. Es la autonomía española más exprimida fiscalmente pero en cambio recibe tan pocas inversiones del Estado que sus habitantes a menudo deben desplazarse a la Península en busca de servicios de los que carecen en las islas.

La escritora Hella Schlumberger comparó a Baleares con una mujer violada. El etnocidio que sufre en silencio el pueblo balear clama al cielo. Pero los baleares tienen un carácter sumiso, manso, aborregado y no reaccionan frente a los ultrajes. El antaño glorioso reino es hoy una triple colonia de Madrid, Barcelona y Berlín.

Aragón: un gran reino venido a menos.

El Reino de Aragón nació en 1035 por la unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza en la figura del rey Ramiro I. Durante la Edad Media fue potencia en el Mediterráneo y en el siglo XIII el rey Jaime I libertó naciones del yugo del islam. Aragón forjó estados soberanos que tenían en el rey su nexo de unión.

Así, el rey de Aragón, también lo era de Valencia, Mallorca, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles, señor de Montpellier, conde de Barcelona, Berga, Besalú, Cerdaña, Conflent, Ampurias, Gerona, Manresa, Osona, Pallars, Ribagorza, Rosellón y Urgel y duque de Atenas y Neopatria, entre otros. Unidad en la diversidad.

En el siglo XV Fernando II de Aragón se casó con Isabel de Castilla, lo que supuso la unión de coronas (no de territorios). Desde entonces la hegemonía castellana fue a más hasta que, en virtud de los Decretos de Nueva Planta, Aragón desapareció como país independiente para integrarse en el Reino de España en 1707.

Hoy es una región empobrecida y marginada por el Estado. El 50% de su población vive en la ciudad de Zaragoza, ya que fuera casi no hay empleo. Tiene dos lenguas propias, el altoaragonés y el aragonés oriental (este último en peligro de anexión por el catalán). El catalanismo se quiere apropiar de su legendaria historia.

Aragón ha sido generoso con el mundo, tanto como colectivo como por su rico acerbo de individualidades. Escritores como María Moliner, pintores como Francisco de Goya, cineastas como Luis Buñuel, científicos como Miguel Servet o Santiago Ramón y Cajal o patriotas como Agustina de Aragón son prueba.

Aragón siente una obsesión identitaria con el río Ebro hasta el punto de negarse a compartir sus excedentes con nadie. Los aragoneses son un pueblo valiente, bravo, muy suyo. Han salido perjudicados al juntarse con castellanos y catalanes pero siguen atesorando casta, coraje y pundonor suficientes para reeditar viejas glorias.

La Magdalena de Castelló i el pancatalanisme.

La Magdalena és una d’eixes expressions de folclor de les quals cal sentir-nos ben orgullosos tots els valencians. És una festa realment singular, ya que l’originalitat de les gaiates la fa única, especial i distinta. Aglutina elements diferenciadors com les colles o la romeria de les canyes al temps que conserva atributs clamorosament valencians com per eixemple les mascletades, els focs artificials i, com no, la paella.

No obstant, en estos dies de la festa gran de Castelló de la Plana resulta ben trist vore cóm el pancatalanisme tracta d’utilisar la festa per a manipular consciències i trencar la germanor entre els valencians. És trist comprovar com pertot hi ha colles que porten la màrfega catalana mentres que la Real Senyera és ben difícil trobar-la més allà de les entitats oficials. Dividix i venceràs. És la tècnica dels catalans.

El pancatalanisme ha aniuat en la ciutat de Castelló de la Plana d’una forma alarmant. De fet, es respira molt més catalanisme o antivalencianisme en Castelló de la Plana que en Benicarló per eixemple, a on se fan Falles, o en Vinaròs, que té frontera directa en l’Imperi. I ho ha fet fomentant un provincianisme extrem, que considera que el Cap i Casal margina a Castelló i que seria millor mirar cap a Barcelona.

Pero ¿realment Valéncia margina a Castelló? En quatre voltes menys població que les comarques del sur i cinc voltes menys que les centrals, les comarques del nort disponen en les Corts Valencianes d’una representatitivitat en número de diputats molt superior a la que correspondria pel seu pes demogràfic. Açò atenta contra l’idea bàsica de «una persona, un vot» pero mai ningú ha protestat des del Cap i Casal.

Ademés Castelló, que és considerablement més menuda que Valéncia, Alacant o Elig, dispon d’aeroport propi, de l’estació de ferrocarril més moderna de tota la nació i d’una conexió ferroviària considerablement millor que la de les comarques valencianes del sur, que sempre han segut les grans damnificades en matèria de transport. Que li pregunten si no, a ciutats turístiques com Torrevella, Benidorm, etc.

Si existix algun tipo de marginació és de part de Madrit i Barcelona, que no volen un Regne de Valéncia poderós que puga competir en ells. I resulta com a mínim paradoxal que hi haja alguns castelloners que arboren la màrfega catalana, és dir, la bandera d’un poble que està dispost a fer transvasos de l’Ebre només per ad ell pero que no vol donar «ni una gota d’aigua» per a Castelló. És el típic autoodi valencià.

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