¿Sabías que la Bíblia Parva prueba que en Valéncia se hablaba valenciano antes de Jaime I?

Sant Pere Pasqual (Valéncia, 1227-Granada, 1300) es el protagonista de la historia de hoy. Este hombre nació el Cap i Casal en 1227. Es decir, que cuando el rey Jaime I reconquistó para la cristiandad el Reino de Valéncia en 1238 él era un niño de unos once años.

Los padres de Sant Pere Pasqual eran mozárabes valencianos, protectores y patronos de la Iglesia del Santo Sepulcro. El joven Pere aprendió el valenciano que le enseñaban sus padres y que hablaban los mozárabes valencianos durante el tiempo de la dominación musulmana.

Sant Pere Pasqual fue nombrado canónigo de la Catedral de Valéncia por Jaime I, estudió teología en la Universidad de París, y posteriormente fue ordenado obispo de Jaén por el papa Bonifacio VIII. Murió mártir en Granada en el año 1300, que por entonces aún era islámica.

Sant Pere es célebre por ser el autor de diversas obras. Especialmente la Bíblia Parva (o Biblia pequeña), escrita en romance valenciano y publicada a mediados de siglo XIII: una especie de catecismo para que los cristianos defiendan su fe frente a musulmanes o judíos.

La Bíblia Parva es el primer gran libro escrito en valenciano de la historia. Además es el primer libro teológico-religioso en valenciano (mucho antes de que hubiera uno en catalán). Y por último demuestra que el valenciano ya se hablaba en Valéncia antes de Jaime I.

La obra de Sant Pere Pasqual es una de las pruebas más incontestables de que se hablaba valenciano antes de la Reconquista de 1238. Bajo el dominio de Al-Andalus, nunca llegó a desaparecer del todo el cristianismo como tampoco lo hizo el latín, que convivía con el árabe.

De hecho, escritores musulmanes, como Ibu-Albathar o Ibn-Sida, confirman la existencia de esta lengua romance prejaimina, a la que los moros denominaban «Al-Romia». Este latín con los siglos fue evolucionando hasta convertirse en la lengua valenciana.

Sant Pere Pasqual publicó su Biblia Parva a mediados del siglo XIII. Esto significa que tuvo que escribirla en su lengua natal (el valenciano, no el árabe) pues hubiera sido imposible aprender el catalán -hasta un nivel literario tan perfecto- en tan poco tiempo.

Y la escribió en valenciano porque era lo que se hablaba. ¿Qué sentido tiene escribir una Biblia para un pueblo que, según los catalanistas, era todo moro y no tenía cristianos ni mozárabes? ¿Y por qué en valenciano si, según los catalanistas, solamente se hablaba árabe?

Pese a esto los pancatalanistas niegan la existencia de la lengua valenciana, y la consideran un dialecto del catalán. Aducen que los guerreros analfabetos catalanes (Cataluña aún no existía) que venían con Jaime I (nacido en Motpellier) nos trajeron el catalán.

Historiadores como Antonio Ubieto y Ampar Cabanes demostraron que la influencia de los conquistadores catalanes fue mínima en número (se apunta a 660 guerreros analfabetos catalanes frente a una población de 24.000 almas sólo en la Ciudad de Valéncia).

Por lo visto estos conquistadores no eran mercenarios que venían a saquear y obtener un botín de guerra sino que venían a culturizar a una población musulmana más avanzada intelectualmente que el primitivo mundo cristiano del que provenían estos guerreros analfabetos.

La figura de Sant Pere desquicia a los integristas del catalanismo porque desmonta sus dogmas. Así Manuel Sanchis Guarner defiende que la Biblia Parva no presenta características lingüísticas valencianas. Basta con leerla para saber que esto es una burda mentira.

Otra crítica es que los textos más antiguos que se conservan son del siglo XV, por lo que no pudo ser escrito originalmente en el siglo XIII.  Pero esto es como decir que los textos aristotélicos son falsos porque no se conserva ninguno de la misma época de Aristóteles.

Pero el campeón del negacionismo es Jaume Riera i Sans, quien afirma nada menos que Sant Pere Pasqual es un personaje de ficción que en realidad nunca existió. ¡Y se queda tan pancho! ¡Oiga, pues para no existir sus huesos reposan en la Catedral de Baeza, en Jaén!

La figura de Sant Pere Pasqual ha sido objeto de diversos estudios. El más completo es el que Joan Costa i Català hizo en La Biblia Parva de Sant Pere Pasqual, un trabajo de investigación publicado por Lo Rat Penat en 1998. Recomendamos encarecidamente su lectura.

Fuentes consultadas:

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (I, II y III). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

García Sentandreu, Juan. Argumento nº9 contra la mentira de que el valenciano proviene del catalán. Blog de Juan García Sentandreu. Noviembre de 2011.

-Pedro Pascual. Wikipedia.

-Pasqual, Sant Pere. Biblia Parva. Introduccio i transcripcio de Joan Costa Catala. Lo Rat Penat. Valéncia, 1998.

Navarro, Javier. Quan el Papa Pio II ordenà traduir la Biblia Parva de la llengua valenciana a l’italià. El Periodic. 17-2-2017.

-Riera, Jaume. La invenció literària de Sant Pere Pasqual. Caplletra nº 1. Octubre de 1986.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anúbar. Zaragoza, 1979-1981.

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¿Sabías que las jarchas prueban que ya se hablaba valenciano antes de la llegada de Jaime I en 1238?

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Las jarchas son como unos pequeños poemillas (frecuentemente en lengua romance) que formaban parte o hacían de cierre final de poemas más largos llamados moaxajas (en árabe clásico o vulgar pero también en hebreo). También estaban los zéjeles que más o menos eran como moaxajas pero sin jarcha. Todos se remontan, al menos, al siglo X y son pequeñas historias de amor de poemas árabes de la Al-Andalus de los siglos XI y XII.

Lo significativo de estas jarchas es que estaban en romance, es decir un latín popular y evolucionado que con el tiempo daría paso a las lenguas románicas que hoy se hablan en España. ¿Y por qué es tan importante esto? Porque prueba que durante el dominio islámico no solamente se hablaba el árabe, sino que se conservó el latín entre la población mozárabe (cristianos subyugados por el islam), que acabó derivando en valenciano.

La totalidad de las jarchas hoy conocidas proceden de moaxajas compuestas entre los años 1000 a 1150 y constituyen un tesoro cultural y literario de indudable valor histórico y lingüístico. Los valencianos podemos alardear de ellas, pues contamos con autores musulmanes y hebreos, los cuales compusieron jarchas, cancioncillas de amor de la época. Por el contrario los catalanes no tienen ni un solo caso, que se conozca, hasta el momento.

¿Pero hasta qué punto es esto una simple teoría o una realidad comprobada? Pues lo cierto y verdad es que existe un puñado de poetas valenciano-musulmanes que utilizaba las jarchas. En ellos se puede leer estas jarchas, escritas en árabe, y cómo acababan en versos escritos en romance, el latín evolucionado que a la larga se convertiría en el valenciano. ¿Pero cómo casa esto con la teoría catalanista de la repoblación que trajo la lengua de fuera?

Para el escritor catalanista Manuel Sanchis Guarner la población cristiana que hablaba latín habría sido exterminada por los colonos islámicos que impusieron su lengua. Solamente así se generaría un vacío demográfico y lingüístico tal que habría sido rellenado con la lengua catalana traída por unos colonos catalanes que habrían poblado masivamente el Reino de Valéncia durante la Reconquista impulsada por el monarca Jaime I.

En realidad si nos atenemos a los censos poblacionales de la época, los colonos catalanes estarían entre el 1% y el 5% del total de pobladores. Además, tal y como apunta el periodista Baltasar Bueno, en lugar de mercenarios y campesinos analfabetos deberían haber sido unos superprofesores para que sólo doscientos años después de la Reconquista el Reino de Valéncia tuviera un Siglo de Oro literario que Cataluña no ha tenido todavía hoy.

En realidad las jarchas son testimonio vivo de que se hablaba valenciano antes de Jaime I. Entre los poetas valenciano-musulmanes que utilizaban las jarchas están Ibn al Labbana, de Dénia; Ibn Labbun, señor de Morvedre; o Ibn Ruhaim, de Bocairent. En ellos se puede leer estas jarchas, escritas en árabe, y cómo acababan en versos escritos en romance, el latín evolucionado que con el tiempo se convertiría en nuestro valenciano actual.

Leed esto:

¡Ay mamá, meu al habib [el meu amat]
Vay-se e no més tornarad
Gar, ¿qué faré yo, mamá?
¿No un bezyello lleixarad?

Del poeta moro Ibn Lubbun, Señor de Morvedre, año 1070.

No me tangues, ay habib [amat meu]
No cara danyosa  [No, cor danyós]
¡Basta!
A tot home refuse…

Del poeta moro Ibn Ruhaim de Bocairent, año 1100.

Son dos jarchas en romance valenciano que se anticipan en cientos de años a la llegada de Jaime I en 1238 y la supuesta repoblación catalana que nunca existió. Pero no son las únicas. Otros autores en valenciano prejaimino fueron Abdallah  Ben Abderraman, Ibn Buclarix, Ibn Chobair, Abu Bakr Mamad de Bocairent, Ben Soliman, Aben Al Abbar… Y es que por siglos el árabe y el romance convivieron en Al-Andalus a nivel popular.

Prueba de ello es Ibn Sida, muerto en Dénia en 1066, que en su prólogo de Kitab al Muyasas se disculpa por sus incorrecciones en árabe: «¿Cómo no de hacerlas -si escribo en tiempos tan lejanos de cuando el árabe se hablaba con pureza- y teniendo que convivir familiarmente con personas que hablan romance?» Muchaid de Dénia escribió: «Lamento mucho escribir mal en árabe, es que estoy rodeado de gente que habla algarabía».

Algunos textos en valenciano de antes de 1238 son la epístola Mila in gallicantu o la epístola Planchs de Sen Esteve, ambos de finales del XII o principios del XIII o el Vocabulista in Arabico de Fray Ramon Martí, un vocabulario árabe, mozárabe valenciano y latín escrito en 1233. Sant Pere Pasqual, nacido en 1227, escribió la Bíblia Parva. Destaca también la Carta puebla de los moros de Uxó, de 1250.

Fuentes consultadas:

-Bueno, Baltasar. La lengua valenciana nació en el siglo IX, 400 años antes de Jaime I. Las Provincias. 17-8-1992.

-Bueno, Baltasar. Las jarchas, lo que les molesta a los catalanistas. Som a temps. 8-7-2018.

Culla, Joan y Puerto, Teresa. Cronologia Històrica de la Llengua Valenciana. Diputació de Valéncia. Valéncia, 2007.

García Sentandreu, Juan. Todas las pruebas contra la mentira catalanista. Las 30 pruebas contra la mentira de que la lengua valenciana proviene del catalán. Autoedición. Valéncia, 2016.

Mourelle de Lema, Manuel. La identidad etnolingüística de Valencia. Desde la antigüedad hasta el siglo XIV. Grugalma. Madrid, 1996.

-Peñarroja, Leopoldo. Cristianismo valenciano. De los orígenes al siglo XIII. Ajuntament de Valéncia. Valéncia, 2007.

-Peñarroja, Leopoldo. Cristianos bajo el Islam: los mozárabes hasta la reconquista de Valencia. Gredos. Madrid, 1993.

-Peñarroja, Leopoldo. El mozárabe de Valencia: nuevas cuestiones de fonología mozárabe. Gredos. Madrid, 1990.

-Puerto, Teresa. Lengua Valenciana antes de Jaime I. Teresa Freedom. 14-5-2012.

–Puerto, Teresa. Llengua Valenciana, una llengua suplantada. Diputació de Valéncia. Valéncia, 2006.

-Puerto, Teresa. Parla Romanç Mozárabe del Reino de Valencia. Teresa Freedom. 2-6-2008.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anubar. Zaragoza, 1979-1981.

Ulpio Trajano, Marco. Las bases acientíficas de la unidad de las Lenguas Valenciana y la Catalana. Blog Defensa de la Llengua i la Cultura Valenciana de lo Regne de Valéncia. 12-3-2015.

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¿Sabías que los valencianos tuvimos una Constitución propia desde el siglo XIII?

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Los valencianos teníamos una Constitución propia desde hace más de ocho centurias. Concretamente, desde el siglo XIII. No era otra que nuestros Fueros, que constituían al Reino de Valencia en un estado soberano y estaban basados en las normas y costumbres preexistentes en Valencia, así como en el derecho justiniano. Los Fueros valencianos eran muy avanzados para su tiempo. Supusieron una auténtica revolución jurídica ya que dotaron a los ciudadanos de derechos y obligaciones, rompieron con la tradición feudal de la época y nos convirtieron en un estado moderno, étnica y religiosamente integrador. Los Fueros configuraron un régimen político, económico y social comparable al de las grandes naciones europeas. Estas facilidades económico-comerciales atrajeron inmigrantes de toda Europa, y el glorioso Reino de Valencia vivió una expansión económica y cultural que lo llevaría a un gran florecimiento político, literario y artístico.

El rey Jaime I el Conquistador estableció las costums o costumbres en 1238, que dieron paso a los Fueros como tales en 1261, con la oposición de los nobles aragoneses que preferían que los Fueros aragoneses rigieran Valencia. Los Fueros valencianos eran realmente innovadores para la época. Por ejemplo, el monarca estaba obligado a jurarlos antes de transcurrido un mes de iniciado su reinado, no podía revocarlos unilateralmente y quedaba sometido a las Cortes. Los ciudadanos gozaban de derechos y obligaciones, por lo que no estaban a merced de la arbitrariedad de los señores. El derecho foral valenciano garantizaba el régimen matrimonial de separación de bienes, y que en caso de enviudar, el cónyuge era el que heredaba (en el derecho castellano impera el régimen de bienes gananciales y en las herencias prima la sucesión en favor de hijos y descendientes).  La legislación valenciana reconocía asímismo instituciones jurídicas pioneras como el Consulado del Mar o el Tribunal de las Aguas, entre otras.

Los Fueros de la Ciudad y Reino de Valencia, que fueron jurados por Jaime I por primera vez en 1261, se desarrollaron y perfeccionaron con el paso de los siglos, y duraron hasta el año 1707. A partir de la Batalla de Almansa (25 de Abril de 1707), el rey Felipe V de Castilla promulgó el decreto de Nueva Planta (29 de Junio de 1707) en el que declara «abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella, y en sus tribunales sin diferencia alguna en nada». El decreto de Nueva Planta supuso el golpe de gracia para el Reino de Valencia, que desapareció como estado soberano. Una vez abolidos nuestros Fueros, Valencia pasó a regirse por las leyes castellanas «por justo derecho de conquista». Triste final sin duda para la que fue nuestra Carta Magna.

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¿Sabías que el Rincón de Ademuz es un enclave valenciano?

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Los enclaves son territorios que, administrativamente, pertenecen a una jurisdicción territorial que está completamente rodeada por territorio de otra u otras jurisdicciones. El Reino de Valencia tiene uno: es el Rincón de Ademuz (Racó d’Ademús, en valenciano). De unos treinta kilómetros de largo por unos quince de ancho, el Rincón de Ademuz limita al norte con Teruel (Aragón) y al sur con Cuenca (Castilla-La Mancha), y sus siete municipios suman 2605 habitantes (datos de 2015). Su capital más próxima es Teruel, que tan sólo dista cuarenta kilómetros. Cuenca se encuentra a unos ochenta y Valencia a más de cien.

¿Pero por qué esta comarca valenciana está separada del resto de Valencia y enclavada entre Aragón y Castilla-La Mancha? El origen de su peculiar ubicación arranca en la Edad Media. El territorio del enclave fue conquistado por el rey Pedro II de Aragón en 1210; aproximadamente medio siglo después fue anexado al Reino de Valencia, recién conquistado por el rey Jaime I, hijo del anterior. En 1269 el monarca Jaime I donó la localidad de Arcos de las Salinas (que era la que conectaba el Rincón de Ademuz con el Reino de Valencia) al Consejo de Teruel, convirtiendo esta entrañable comarca en un exclave valenciano.

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¿Sabías que Zayyan fue el último rey musulmán de Valencia?

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Zayyan ibn Mardanish o Zayán Ibn Mardanix (Onda, ? – Túnez, 1270), también conocido como Zahén o Çaèn, fue el último rey musulmán de Valencia. Zayyan, descendiente del rey Lobo, era un noble musulmán que residía en Onda antes de sublevarse contra el gobernador almohade de Valencia Abú Zayd.

Aprovechando el deterioro social que se estaba produciendo en la capital del Turia, Zayyan derrocó a Abú Zayd en el año 1229. El derrocado Zayd quiso vengarse de tal afrenta y llegó a un acuerdo de vasallaje con el cristiano Jaime I el Conquistador, rey de Aragón, lo cual le facilitó la conquista del Reino de Valencia.

Desligado del poder musulmán de Murcia, Zayyan fue derrotado por Jaime I en la Batalla de El Puig en 1237. Zayyan se hizo fuerte en la ciudad de Valencia y afrontó en soledad el asedio del rey Jaime I a la ciudad, la cual finalmente entregó el 9 de Octubre de 1238, al no recibir la ayuda esperada del sultán de Túnez.

En los acuerdos de capitulación Zayyan pactó con el rey aragonés su salida y la de los suyos de tierras valencianas, a través del puerto de Cullera.  Zayyan se retiró primero a Denia, y después a Murcia, donde es nombrado gobernador, aunque dura poco en el puesto, y finalmente se exilia en Túnez, donde falleció hacia el 1270.

Conviene poner en valor la figura de Zayyan porque existe un revisionismo histórico impulsado por catalanistas que sostiene que Jaime I fundó el Reino de Valencia, dando a entender que no existía antes de 1238. Si esto fuera así a Jaime I le llamaríamos el Fundador y Zayyan habría sido el líder de una suerte de comuna anarquista.

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Baleares: la bella violada.


El Reino de Mallorca -hoy conocido como Islas Baleares- fue fundado por Carlo Magno en 799. Mallorca, bajo el reinado de Mohamed ben Ganya Ibn Ishaq conquistó el norte de África y dominó desde Orán hasta Tuzer, en Túnez, y se fundaron grandes escuelas de juristas. El rey Jaime I de Aragón la libertó en 1229.

Durante la época cristiana Mallorca vivió una época de esplendor: en 1300 el rey Jaime II hizo el primer plan de concentración poblacional de Europa; el rey Sancho I creó, para los hombres de la mar, el primer sistema de seguridad social del mundo, y en 1374 Mallorca se presentó ante las murallas de Barcelona para asaltarla.

Fue un país de comerciantes y poetas, donde florecía la cultura. El escritor Ramon Llull maravilló al mundo y la comunidad judía impulsó la Escuela Mallorquina de Cartografía, que fue la más famosa hasta su disolución en la Edad Moderna y que dio al mundo grandes cartógrafos, cosmógrafos y hombres de ciencia.

Tras la Guerra de Sucesión (1701-1715), Mallorca perdió su independencia para convertirse en una triste región española. Hoy son los criados de los catalanes y alemanes. El idioma balear se encuentra prohibido y es sustituido por el catalán. El español, el catalán, el inglés y hasta el alemán gozan de un mejor trato que el balear.

Es una potencia turística de primer orden, pese a lo cual sus suculentas riquezas se marchan a Madrid. Es la autonomía española más exprimida fiscalmente pero en cambio recibe tan pocas inversiones del Estado que sus habitantes a menudo deben desplazarse a la Península en busca de servicios de los que carecen en las islas.

La escritora Hella Schlumberger comparó a Baleares con una mujer violada. El etnocidio que sufre en silencio el pueblo balear clama al cielo. Pero los baleares tienen un carácter sumiso, manso, aborregado y no reaccionan frente a los ultrajes. El antaño glorioso reino es hoy una triple colonia de Madrid, Barcelona y Berlín.

Aragón: un gran reino venido a menos.

El Reino de Aragón nació en 1035 por la unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza en la figura del rey Ramiro I. Durante la Edad Media fue potencia en el Mediterráneo y en el siglo XIII el rey Jaime I libertó naciones del yugo del islam. Aragón forjó estados soberanos que tenían en el rey su nexo de unión.

Así, el rey de Aragón, también lo era de Valencia, Mallorca, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles, señor de Montpellier, conde de Barcelona, Berga, Besalú, Cerdaña, Conflent, Ampurias, Gerona, Manresa, Osona, Pallars, Ribagorza, Rosellón y Urgel y duque de Atenas y Neopatria, entre otros. Unidad en la diversidad.

En el siglo XV Fernando II de Aragón se casó con Isabel de Castilla, lo que supuso la unión de coronas (no de territorios). Desde entonces la hegemonía castellana fue a más hasta que, en virtud de los Decretos de Nueva Planta, Aragón desapareció como país independiente para integrarse en el Reino de España en 1707.

Hoy es una región empobrecida y marginada por el Estado. El 50% de su población vive en la ciudad de Zaragoza, ya que fuera casi no hay empleo. Tiene dos lenguas propias, el altoaragonés y el aragonés oriental (este último en peligro de anexión por el catalán). El catalanismo se quiere apropiar de su legendaria historia.

Aragón ha sido generoso con el mundo, tanto como colectivo como por su rico acerbo de individualidades. Escritores como María Moliner, pintores como Francisco de Goya, cineastas como Luis Buñuel, científicos como Miguel Servet o Santiago Ramón y Cajal o patriotas como Agustina de Aragón son prueba.

Aragón siente una obsesión identitaria con el río Ebro hasta el punto de negarse a compartir sus excedentes con nadie. Los aragoneses son un pueblo valiente, bravo, muy suyo. Han salido perjudicados al juntarse con castellanos y catalanes pero siguen atesorando casta, coraje y pundonor suficientes para reeditar viejas glorias.

Valencia: antes muertos que catalanes.

Valencia es un reino muy antiguo. El primer rey de Valencia documentado fue el visigodo Leovigildo allá en el siglo VI, aunque popularmente se ve en la figura del rey  Jaime I el Conquistador al padre de la nación ya que él arrebató el país a los musulmanes en el año 1238 liberando al pueblo del yugo perverso del islam.

En el siglo XV el Reino de Valencia tuvo su máximo esplendor. Por entonces era el faro de la civilización, la Nueva York de la época. Pero fue entablar relación con los castellanos y llegar la decadencia. En 1707 el rey Felipe V de Borbón suprimió los fueros y así Valencia despareció como un estado soberano en el mundo.

El valenciano fue la primera lengua neolatina en tener un siglo de oro literario, un diccionario y una Biblia. En valenciano se escribió el primer libro impreso en la Península Ibérica. En la ciudad de Xàtiva se instaló la primera fábrica de papel de Europa y en Elche se logró el hallazgo del busto ibérico de la sin par Dama de Elche.

Su legado cultural es colosal: el colegio más antiguo del planeta, el tribunal más añoso de Europa, inventos como la banca y el comercio modernos, el defensor del pueblo, el derecho marítimo internacional, el ajedrez moderno, la radio, la Coca-Cola, el manicomio, el descubrimiento de la Antártida, la pelota valenciana, etc.

Es un pueblo próspero, conservador, liberal y emprendedor pero demasiado abierto, individualista y pasota. Su falta de unidad y patriotismo le ha hecho caer en las garras del pancatalanismo. Pese a ello, existe la consciencia de que el idioma valenciano no es catalán. «¡Antes muertos que catalanes!» -claman en el reino-.

Ausias March, Joanot Martorell, Lluís Vives, Sant Vicent Ferrer, Josep Ribera, Joaquim Sorolla, Lluís García Berlanga… Fábrica de genios, Valencia es hoy la sombra de lo que fue: un país acomplejado, dividido y sometido desde Madrid y Barcelona; un pueblo noble y herido que necesita recobrar su identidad.