¿Sabías que Requena es el municipio más grande del Reino de Valéncia?

¿Alguna vez te has preguntado cuál es el municipio valenciano más grande? Se trata de Requena (en la comarca de Utiel-Requena), que con sus 814,21 km2 es el más extenso de todo el Reino de Valencia. Para hacernos una idea, es ocho veces más grande que Barcelona, seis más que Valéncia y supera por 200 km2 a Madrid.

No sólo eso: es más grande que algunos estados europeos. Por ejemplo es 1850 veces más grande que el Vaticano, 417 veces mayor que Mónaco, trece veces más que San Marino, cinco que Liechtenstein, el doble que Malta y casi duplica el Principado de Andorra. Pese a ello sólo cuenta con 20.510 habitantes (datos de 2016).

Pero si Rquena nos parece grande hoy, eso no es nada. Hay que decir que este municipio, famoso por sus excelentes vinos y embutidos, llegó a abarcar casi 1800 km2, cuando formaban parte de él los actuales pueblos de Utiel, Mira, Villagordo de Cabriel, Camporrobles, Venta del Moro, Fuenterrobles y Caudete de las Fuentes.

¿Sabías que Cavanilles es uno de los mejores botánicos de todos los tiempos?

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El botánico y naturalista Antoni Josep de Cavanilles i Palop (Valencia 1745-Madrid 1804) es uno de los máximos exponentes de la ciencia y cultura valencianas. Estudió en la Universidad de Valencia, donde obtuvo los títulos de maestro en Filosofía (1762) y de doctor en Teología (1766) y se ordenó sacerdote en Oviedo en 1772. Trabajó como profesor y marchó a París en 1777 como preceptor de los hijos del Duque del Infantado. Allí conoció la botánica de la mano de André Thouin y Antoine Laurent de Jussieu, se impregnó del enciclopedismo y del pensamiento ilustrado y fue uno de los primeros científicos en usar los novedosos procedimientos del padre de la taxonomía, Carl von Linné.

La primera publicación de Cavanilles no fue de tema botánico, sino un artículo titulado Observations de M. l’abbé Cavanilles sur l’article Espagne de la Nouvelle Encyclopédie (1784) en que respondió al texto Espagne de Nicolas Masson de Morvilliers en la Nouvelle Encyclopédie (1782), que cuestionaba la aportación española a la ciencia europea. Entre los años 1785 y 1790 publicó Monadelphiae classis dissertationes decem, unas reflexiones sobre los monadelfos. También siguió con sus labores botánicas y describió plantas peruanas y chilenas procedentes de la Expedición Botánica al Virreinato del Perú (1777-1788) así como las de la Real Expedición Botánica a Nueva España (1787-1803).

A partir de 1791 recorrió toda la Península Ibérica estudiando plantas. Publicó en seis volúmenes su monumental obra Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte Hispaniae crescunt, aut in hortis hospitantur (1791-1801). En él describió numerosas plantas peninsulares pero la mayor parte de su contenido está dedicado a especies americanas, filipinas y del Pacífico, que describió basándose en los herbarios y pinturas y en las plantas vivas del Jardín Botánico, de Madrid. Los estudios están acompañados de cuidadas láminas de gran detalle y belleza. El libro incluye el estudio de seiscientas doce especies, muchas de ellas nuevas. La obra, realmente extraordinaria, es una de las pioneras de la botánica europea.

Como resultado de sus constantes idas y venidas por el territorio valenciano, Antoni Josep de Cavanilles publicó, por otra parte, sus Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia (1795-1797). Ésta es la obra más popular de toda su producción, en parte porque no está escrita en latín sino en idioma vulgar. Aborda disciplinas tan diversas como la botánica y la agricultura, las ciencias de la tierra, la economía y la demografía, e incluso la arqueología. Describe los ecosistemas, las comunidades vegetales de las ciudades y hasta describe el relieve terrestre. Este fabuloso libro sin duda constituye un referente imprescindible para los amantes de la cultura valenciana.

En 1799 Cavanilles fundó la revista Anales de Historia Natural, que luego pasó a llamarse  Anales de Ciencias Naturales. Allí publicó 48 artículos. En 1891 Cavanilles fue nombrado director del Jardín Botánico de Madrid. Publicó Descripción de las plantas que D. Antonio Josef Cavanilles demostró en las lecciones públicas del año 1801, precedida de los principios elementales de la Botánica (1802) y Géneros y especies de plantas demostradas en las lecciones públicas del año 1802 (1803). Cavanilles murió en 1804, cuando preparaba un tratado para dar a conocer las colecciones del Jardín Botánico de Madrid a los científicos de otros países.

La figura de Cavanilles como botánico y naturalista es simplemente colosal. En una época en la que la flora no estaba apenas documentada, él se tomó la molestia de describir con todo lujo de detalle más de 2000 especies, muchas de las cuales eran nuevas (es decir, las descubrió él mismo). La repercusión internacional de su obra se refleja no sólo en las traducciones y ediciones de escritos suyos en los principales idiomas, sino en las numerosas citas que recibió y continúa recibiendo en publicaciones especializadas. Cavanilles fue un pionero de la botánica, un adelantado a su tiempo, un referente científico a nivel de Europa. No resulta exagerado decir que es uno de los mejores botánicos de todos los tiempos.

López Piñero, José María. Antonio José Cavanilles. La web de las biografías.

¿Sabías que Arnau de Vilanova descubrió las propiedades medicinales del alcohol y que fue médico de reyes y papas?

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Probablemente Arnau de Vilanova nació en la ciudad de Valencia en el año 1240 y murió en Messina (Sicilia) en 1310. Existe cierta controversia porque podría haber nacido en Aragón, pero desde luego si fue así casi de inmediato se trasladó a Valencia, donde creció. Pasó su larga vida a caballo entre Montpellier, Valencia y Sicilia.

En 1260 estudiaba Medicina en Montpellier. En 1290 era un destacado profesor de la Facultad de Medicina de esa ciudad, la mejor del medievo. La ciencia que Arnau practicó se basaba en los preceptos de Hipócrates, Galeno y Avicena, la medicina árabe y teorías propias. Él mismo tradujo a Avicena, Galeno y otros autores.

Vilanova escribió docenas de libros, algunos obras clave para la medicina europea, como Regimen Sanitatis ad regum Aragonum (Régimen de salud para el rey de Aragón)(1305-1308) o  Speculum medicinae  (Cristal médico) (¿1311?). Sus libros y tratados fueron traducidos a varios idiomas y reimpresos en numerosas ocasiones.

Tradicionalmente se le considera el descubridor de las propiedades desinfectantes y profilácticas del alcohol, sin duda un hecho muy importante para la medicina de aquella época, puesto que aún no se conocía el concepto de infección. También introdujo en Europa el secreto de la destilación del alcohol, un descubrimiento árabe.

Vilanova fue el mejor médico de Europa, posiblemente el mejor del mundo latino medieval. Prueba de ello es que fue el doctor personal de los reyes de Valencia Pere I, Alfons I y Jaume II y de papas como Bonifacio VIII, Benedicto XI y Clemente V. También fue intérprete de sueños de Federico II, el rey de Sicilia.

Este Homo Universalis fue un erudito que sabía de medicina, humanidades, filosofía, teología y un políglota que hablaba hebreo, árabe, algunas lenguas vulgares de las actuales Francia e Italia y probablemente el griego. Escribió sus obras en valenciano y latín.  Fue médico, profesor, teólogo, escritor, embajador en París…

Autor de obras religiosas y científicas, en ellas abordaba temas de medicina, cirugía, farmacia, astrología, alquimia, higiene, etc. Pensaba que el fin del mundo era inminente y sus obras religiosas levantaron ampollas. Fue perseguido por inquisidores y conoció la cárcel, pero al final siempre fue absuelto por todos los papas.

 

Bibliografía consultada:

Gil i Barberà, Joan. Personages ilustres valencians relacionats en la medicina. Lo Rat Penat, 1994.

¿Sabías que los valencianos tuvimos una Constitución propia desde el siglo XIII?

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Los valencianos teníamos una Constitución propia desde hace más de ocho centurias. Concretamente, desde el siglo XIII. No era otra que nuestros Fueros, que constituían al Reino de Valencia en un estado soberano y estaban basados en las normas y costumbres preexistentes en Valencia, así como en el derecho justiniano. Los Fueros valencianos eran muy avanzados para su tiempo. Supusieron una auténtica revolución jurídica ya que dotaron a los ciudadanos de derechos y obligaciones, rompieron con la tradición feudal de la época y nos convirtieron en un estado moderno, étnica y religiosamente integrador. Los Fueros configuraron un régimen político, económico y social comparable al de las grandes naciones europeas. Estas facilidades económico-comerciales atrajeron inmigrantes de toda Europa, y el glorioso Reino de Valencia vivió una expansión económica y cultural que lo llevaría a un gran florecimiento político, literario y artístico.

El rey Jaime I el Conquistador estableció las costums o costumbres en 1238, que dieron paso a los Fueros como tales en 1261, con la oposición de los nobles aragoneses que preferían que los Fueros aragoneses rigieran Valencia. Los Fueros valencianos eran realmente innovadores para la época. Por ejemplo, el monarca estaba obligado a jurarlos antes de transcurrido un mes de iniciado su reinado, no podía revocarlos unilateralmente y quedaba sometido a las Cortes. Los ciudadanos gozaban de derechos y obligaciones, por lo que no estaban a merced de la arbitrariedad de los señores. El derecho foral valenciano garantizaba el régimen matrimonial de separación de bienes, y que en caso de enviudar, el cónyuge era el que heredaba (en el derecho castellano impera el régimen de bienes gananciales y en las herencias prima la sucesión en favor de hijos y descendientes).  La legislación valenciana reconocía asímismo instituciones jurídicas pioneras como el Consulado del Mar o el Tribunal de las Aguas, entre otras.

Los Fueros de la Ciudad y Reino de Valencia, que fueron jurados por Jaime I por primera vez en 1261, se desarrollaron y perfeccionaron con el paso de los siglos, y duraron hasta el año 1707. A partir de la Batalla de Almansa (25 de Abril de 1707), el rey Felipe V de Castilla promulgó el decreto de Nueva Planta (29 de Junio de 1707) en el que declara «abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella, y en sus tribunales sin diferencia alguna en nada». El decreto de Nueva Planta supuso el golpe de gracia para el Reino de Valencia, que desapareció como estado soberano. Una vez abolidos nuestros Fueros, Valencia pasó a regirse por las leyes castellanas «por justo derecho de conquista». Triste final sin duda para la que fue nuestra Carta Magna.

¿Sabías que la carrera de joyas es un deporte autóctono valenciano?

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Uno de los deportes autóctonos del Reino de Valencia es la correguda de joyes (carrera de joyas, en castellano). Se trata de una carrera de caballos tradicionales en la que los jinetes recorren un trayecto (que viene a ser de 500 a 700 metros) a lomos de sus caballos sin utilizar ningún tipo de silla de montar y llevando la “joya” atada al cuello. Esta “joya” consiste en un pañuelo de seda de distinto color sobre una corona de laurel, que antiguamente se regalaba a la mujer amada al finalizar la carrera. El que llega primero a la meta gana. No existe un reglamento muy definido puesto que las normas han ido pasando oralmente de padres a hijos.

Es un deporte en el que pueden competir tanto hombres como mujeres. Eso sí, el o la jinete debe mostrar un comportamiento exquisito antes, durante y después de la prueba. Queda estrictamente prohibido maltratar al animal, lo cual es motivo de descalificación. El jinete sólo puede emplear las riendas y una fusta de longitud de entre 60 y 90 centímetros para alentar al caballo. Queda prohibido utilizar espuelas o cualquier otra martingala que pueda dañar al caballo. Al acabar el torneo, todos los participantes obtienen un trofeo con un pañuelo de seda como manda la tradición que es entregado cuando finaliza la última carrera del último día.

Estas carreras de caballos se han venido celebrando en la mayoría de las pedanías de L’Horta Sur de Valencia desde el siglo XIX pero esta tradición prácticamente desapareció en los años 70 del pasado siglo XX. Actualmente sólo la conserva la pedanía de Pinedo. La competición tiene lugar en la playa de Pinedo, en la zona llamada La Creu de la Conca (La Cruz de la Cuenca) durante las fiestas patronales de la localidad, en la segunda quincena del mes de agosto. Están promovidas por la Asociación Corregudes de Joyes y la Asociación Sant Antoni Abad de Pinedo y se financian con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Valencia.

Fuentes consultadas:

-Asociación Corregudes de Joies i Sant Antoni Abad de Pinedo.

-Ayuntamiento de Valencia. Corregudes de joies. DeporteValencia.com

¿Sabías que Zayyan fue el último rey musulmán de Valencia?

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Zayyan ibn Mardanish o Zayán Ibn Mardanix (Onda, ? – Túnez, 1270), también conocido como Zahén o Çaèn, fue el último rey musulmán de Valencia. Zayyan, descendiente del rey Lobo, era un noble musulmán que residía en Onda antes de sublevarse contra el gobernador almohade de Valencia Abú Zayd.

Aprovechando el deterioro social que se estaba produciendo en la capital del Turia, Zayyan derrocó a Abú Zayd en el año 1229. El derrocado Zayd quiso vengarse de tal afrenta y llegó a un acuerdo de vasallaje con el cristiano Jaime I el Conquistador, rey de Aragón, lo cual le facilitó la conquista del Reino de Valencia.

Desligado del poder musulmán de Murcia, Zayyan fue derrotado por Jaime I en la Batalla de El Puig en 1237. Zayyan se hizo fuerte en la ciudad de Valencia y afrontó en soledad el asedio del rey Jaime I a la ciudad, la cual finalmente entregó el 9 de Octubre de 1238, al no recibir la ayuda esperada del sultán de Túnez.

En los acuerdos de capitulación Zayyan pactó con el rey aragonés su salida y la de los suyos de tierras valencianas, a través del puerto de Cullera.  Zayyan se retiró primero a Denia, y después a Murcia, donde es nombrado gobernador, aunque dura poco en el puesto, y finalmente se exilia en Túnez, donde falleció hacia el 1270.

Conviene poner en valor la figura de Zayyan porque existe un revisionismo histórico impulsado por catalanistas que sostiene que Jaime I fundó el Reino de Valencia, dando a entender que no existía antes de 1238. Si esto fuera así a Jaime I le llamaríamos el Fundador y Zayyan habría sido el líder de una suerte de comuna anarquista.

¿Sabías que Mascarell es la única población valenciana totalmente rodeada por una muralla?

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Antiguamente era muy común en toda Europa que las ciudades-estado construyeran a su alrededor gruesas murallas defensivas para proteger a la población en caso de guerra de los invasores extranjeros o de los asaltos de los forajidos. Con el paso de los siglos esos muros se tornaron innecesarios y fueron derribados para que las ciudades pudieran seguir creciendo. En nuestra tierra hay muchas localidades que conservan vestigios de aquellas viejas fortificaciones pero increíblemente aún existe una población -la única en todo el Reino de Valencia- que en pleno siglo XXI todavía se encuentra completamente rodeada por una muralla.

Se trata de Mascarell, una pequeña pedanía de 200 habitantes que pertenece al municipio de Nules, del cual está separada por un kilómetro de distancia. La primera noticia que tenemos de Mascarell se remonta a 1310. El rey Jaime I el Conquistador había ordenado la expulsión de los moros de la vecina ciudad de Burriana y algunos de ellos se establecieron en el límite entre Burriana y Nules. La muralla se construyó en 1553 y contaba con un foso, que posteriormente pasó a ser reconvertido en una acequia de riego. Tras la expulsión de los moriscos en el siglo XVII vio muy diezmada su población y no se recuperó hasta cien años más tarde.

La muralla está hecha de mortero, tierra y ladrillo, y al centro de cada lado tiene una torre. Mascarell tiene dos puertas de acceso, en los lados este y oeste, y su planta es casi cuadrangular. Cuenta también con una casa consistorial (de finales del siglo XVIII) y una parroquia (finales del siglo XVII) pequeños pero coquetones, así como un jardín creado recientemente en el exterior del muro. El conjunto arquitectónico de Mascarell ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Cada noviembre esta villa celebra una feria medieval en la que los locales se visten como damas y caballeros de la Edad Media e incluso se hacen justas y torneos.

¿Sabías que en Xàtiva hay colgado un retrato de Felipe V boca abajo?

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La urbe valenciana de Xàtiva (La Costera) participó activamente en la Guerra de Sucesión (1701-1714), que acabó con la instauración de la Casa de Borbón en España. El Reino de Valencia apoyó al pretendiente de la Casa de los Austria, el archiduque Carlos de Austria, frente a su rival, Felipe V de Borbón, hecho que provocó que éste útimo ordenara en 1707 la abolición de nuestros Fueros «por justo derecho de conquista» (lo que supuso el fin de Valencia como un reino independiente) y que comportó una durísima represión, espolio y castellanización contra el pueblo valenciano. Xàtiva fue una de las ciudades que más activamente defendió al candidato austracista, a la postre perdedor de la contienda sucesoria. Como represalia, en 1707 Felipe V de Borbón ordenó, entre otras muchas medidas represoras, incendiar y destruir Xàtiva así como expulsar a sus habitantes de la ciudad.

Las tropas borbónicas, comandadas por Claude Lasier, degollaron sin piedad, cortaron cabezas y abrieron en canal a los setabenses, niños, ancianos, mujeres y hombres. Acto seguido, le prendieron fuego a la ciudad con sus supervivientes. Se dice que Xàtiva ardió completamente durante 8 días (de ahí el apelativo de socarrats (chamuscados) que se da popularmente a los setabenses). La ciudad pasó de 12.000 habitantes en 1707 a sólo 400 al año siguiente (y tardó casi 80 años en volver a su anterior nivel demográfico). Para colmo Xàtiva fue rebautizada como Colonia Nueva de San Phelipe, en honor al autor de la masacre. Xàtiva cambio su nombre y no lo recuperó hasta que las Cortes de Cádiz lo restituyeron en 1811 en su forma castellanizada (Játiva). Volvió a cambiarse oficialmente a su forma valenciana por un decreto del Consell de 7 de enero de 1980.

Felipe V es un personaje de infausto recuerdo para los setabenses. Por eso hoy, en el Museu de l’Almodí (Museo del Almudín) de Xàtiva, hay un retrato de Felipe V pintado por Josep Amorós que está colgado boca abajo, como justo desaire a aquel monarca. Según las investigaciones del historiador Germán Ramírez, la idea de ponerlo boca abajo data de entre 1956 y 1957 y fue iniciativa de Carles Sarthou, cronista oficial de Xàtiva. Pero más allá de estas versiones, hay otras: que fue el primer director del museo desde su creación en 1919, Josep Carchano, quien tuvo la idea aunque no la llevó a cabo pues falleció en 1937; que en 1940 ó 1943 se le dio la vuelta al cuadro por orden de Sarthou, dato que no cuenta con testimonio alguno.  Sea como sea, los setabenses están encantadísimos con el retrato de Felipe V boca abajo, un antirrey al que le guardan un rencor eterno.

¿Sabías que la jota es un baile valenciano?

La jota es el baile más conocido del Reino de Aragón, pero ¿podría esta danza tener un origen valenciano? Cuenta una leyenda que un árabe valenciano llamado Aben-Jot había inventado un canto y baile de carácter profano, con el que enardecía al pueblo. Esto provocó las iras del rey de Valencia Muley Tarik, que decretó contra él la expulsión del Reino de Valencia. Este árabe se refugió en Calatayud (Aragón), y fue aquí donde se popularizó este estilo de canción y baile. Los habitantes de Calatayud lo bautizaron jota, en honor a su creador, el árabe Aben-Jot.

Los orígenes de esta leyenda son dudosos y la documentación encontrada, falsa. Además, los investigadores confirman que todo esto es mentira porque el vocablo «Jot» en árabe clásico no existe, ni como nombre ni tampoco como apellido. Y «Aben» en árabe significa hijo o descendiente, al igual que en bereber «Beni» es hijo y «Bena» es hermano. De igual modo  la inmensa mayoría de investigadores del tema está de acuerdo en que la etimología del nombre tampoco está clara. Que de jot derive jota no tiene sentido ni tampoco se puede tomar con bases científicas serias.

La leyenda es falsa pero aun así todo apunta al origen valenciano de la jota. Gracias a la documentación encontrada, la mayoría de investigadores afirma que el nombre «Jota» proviene del antiguo «Xatha» (pronunciado Xhota o Xota, palabra proveniente del valenciano antiguo «Xotar» («botar» o «saltar,” voz propia de los mozárabes «sáwta», provenientes del romance valenciano de los moriscos y mozárabes valencianos y que existe también en el dialecto hispano marroquí y en el argelino con el significado de “baile” o “danza” acorde con la música.

Existen documentos escritos que hablan de la jota como baile muy generalizado en el Reino de Valencia en los siglos XIV, XV, XVI, XVII y primera mitad del siglo XVIII (no se ha encontrado ningún documento anterior que hable de la jota ni en Aragón ni en el conjunto de España y la jota aragonesa aparece a finales del siglo XVIII). Destaca un cuadro pintado de la inauguración del Palacio Real, Al-Munia en árabe, que fue construido en 1009 por el rey de Balansiya Abd-Al-Aziz . Para el arabista Henri Péres en el cuadro se ve a hombres y mujeres bailando una jota.

Si la jota nació en Valencia es lógico pensar que los jornaleros de Requena, Utiel y sus comarcas, que bajaban a la Ribera del Júcar a la siega del arroz a finales de septiembre y a la comarca de Lliria y las tierras del Turia a la siega de la alfalfa, del cereal y la cebolla, a su regreso comentaran maravillados el baile que habían visto y que se llamaba jota. Esta danza se extendió por Requena, Utiel y sus comarcas, y seguramente estos mismos jornaleros fueron los que empezaron a transmitirla cuando subían a la siega del cereal a los Reinos de Aragón y de Navarra.

Actualmente la jota se baila en Valencia, la Mancha, Castilla, León, Navarra, la Rioja, Cantabria, Asturias, Galicia, Extremadura, Andalucía, Murcia, Cataluña, Canarias, Filipinas…   Y por supuesto en Aragón, donde ha alcanzado su máximo grado de esplendor y popularidad.  Pero investigadores como Galán Bergua, Antonio Beltrán Martínez, José Ruiz de Lihorg, Barón de Álcahalí, entre otros, afirman rotundamente y sin duda alguna, que la jota nace en las tierras del Reino de Valencia, en el corazón y las entrañas mismas de nuestro bienamado pueblo.

¿Sabías que los Castells de Cataluña provienen de la Moixaranga valenciana?

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Los Castells (castillos) de Cataluña son esas famosas torres humanas de varios pisos de altura donde una serie de varones está de pie y soporta encima de sus hombros los pies de los compañeros del piso superior. Los componentes de cada piso se agarran por los hombros. Estos castells hoy en día se han convertido en todo un símbolo identitario de la nacionalidad catalana y en una especie de concurso donde unos municipios compiten contra otros para lograr estructuras cada vez más altas y espectaculares. Mucha gente piensa que la costumbre de formar torres humanas es de origen catalán pero en realidad este popular tesoro etnográfico tiene una raíz clamorosamente valenciana, como vamos a explicar ahora.

Su origen hay que rastrearlo en la Moixaranga o Muixeranga de Algemesí (La Ribera), una danza interpretada en la procesión de la Virgen de la Salud los días 7 y 8 de septiembre. Al son de una melodía melancólica, la Moixaranga ofrece tres posibilidades: el Ball (el baile), la Torre y la Figura. El Ball es una danza compuesta por dos filas de bailarines, unos se levantan y otros se agachan alternativamente. La Torre consiste en formar torres humanas similares a los castells. Y por último las Figuras o Danzas Plásticas son torres humanas en forma de motivos marianos. Hay gran variedad de torres y figuras y además de en Algemesí la fiesta se realiza en menor medida en otras localidades del Reino de Valencia.

Los siglos XVII y XVIII fueron duros. El historiador Antoni Atienza explica (Lletraferit nº61, marzo de 2003) que fue una época en que los valencianos, necesitados de ingresos, se lanzaron a recorrer las Españas para vender y ofrecer cosas. Los de Crevillent vendían alfombras, los de Chiva, Chest o Benissa se hicieron arrieros, la gente de Xixona vendía turrón y la de L’Horta agua de cebada, horchata o naranjas. También había gente que recorría los pueblos de Castilla, Aragón o los Condados Catalanes bailando en las procesiones  ganándose un dinero en las fiestas. Posteriormente al paso de los valencianos, algunas de estas costumbres se fueron consolidando en los pueblos aragoneses, castellanos y catalanes.

En Cataluña, sobre todo en la ciudad de Valls, se consolidó la costumbre de hacer torres humanas, perdiéndose el baile propiamente dicho. A estas construcciones se le daba el nombre inequívoco de Ball dels Valencians (Baile de los Valencianos), aunque actualmente está más extendido el de Castells. De entre todas las cuadrillas de castellers, continúa destacando la de los Xiquets de Valls (Niños de Valls), cuyo nombre -el valenciano chiquets y no el catalán nois-, recuerda cómo hace algunos siglos los valencianos llevaron esa danza a su tierra. La Unesco declaró la Festa de la Mare de Deu de la Salut (Fiesta de la Virgen de la Salud) de Algemesí Patrimonio Inmaterial de la Humanidad el año 2011.

Por otro lado, cabe citar que La Moixaranga de Algemesí tiene una hermana gemela, La Mojiganga de Titaguas (Los Serranos), también hija directa de El Ball dels Valencians. Se trata de unas torres humanas que se hacen en Titaguas en honor a la Virgen de la Salud. Pero sólo se hacen dos veces, frente a la iglesia y el Ayuntamiento del pueblo, y cada siete años (La Moixaranga es anual). La Mojiganga es más modesta, con torres más pequeñas, pero con un folklore más rico. Presenta diez cuadros distintos; la mitad de ellos de carácter religioso (El Altar Mayor, El Altar Movible, Las Andas, La Eme y El Pilón) y la otra mitad profano (Los Oficios, El Batán, La Rueda de Molino, El Baile del Garrote y Las Muecas).

Los mozos que forman estas construcciones humanas visten el traje regional valenciano de zaragüelles. Antiguamente subían al ritmo del tamboril y la dulzaina, pero por falta de instrumentistas, se sustituyeron por la caja y el clarinete. En 2010 se levantó una prohibición medieval y se aceptó que las mujeres formen torres humanas, junto con los varones.  La Mojiganga tiene un carácter austero y se vive en castellano, como toca en un pequeño pueblo del interior de la serranía como es Titaguas. La Moixaranga, en cambio, es más barroca, y se vive en valenciano, como corresponde al ser mediterráneo. Pero ambas son hijas directas de El Ball dels Valencians y una muestra del rico folklore de nuestra tierra.

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