¿Sabías que entre el valenciano y el catalán del siglo XIII hay más diferencias que entre el español y el italiano?

Ejercicio de lógica. Si los colonos de un sitio A imponen su lengua en B entonces en A y en B se habla lo mismo. Si los castellanos colonizaron en el siglo XV y XVI América del Sur deberíamos poder comparar documentos de esa época de Castilla y de Suramérica y ver que efectivamente están escritos en la misma lengua. Lo mismo podríamos decir de los británicos y América del Norte. Y si mañana los chinos colonizan Marte, los documentos marcianos y los documentos chinos deben estar redactados en el mismo idioma.

La tesis pancatalanista afirma que los valencianos hablamos catalán porque los colonos catalanes nos lo trajeron durante la Reconquista en el siglo XIII. Comprobar si esto es cierto es muy sencillo. Basta con comparar documentos escritos del Reino de Valéncia y de los condados catalanes en el siglo XIII. Si coinciden, lingüísticamente hablando, es que en efecto esto es sí. Pero ¿y qué pensaría el lector si le dijera que los documentos en valenciano y en catalán del siglo XIII muestran más diferencias que entre el español y el italiano?

Cuando examinamos la correspondencia y la documentación del rey Jaime I el Conquistador en el siglo XIII apreciamos cosas muy interesantes. Normalmente se dirigía a sus súbditos  en latín, aunque romanceado, pero en algunas ocasiones recurrió también a las lenguas propias, como por ejemplo el valenciano o el catalán. Además de eso, también se dirigía a los navarros en navarro-aragonés y a los castellanos en castellano. Esta correspondencia es un tesoro pues testimonia cómo hablaban los pueblos.

Pero vamos a lo que nos interesa… Cuando Jaime I redactaba documentos reales emitidos desde los condados catalanes y dirigidos a súbditos o personalidades catalanas empleaba un catalán-provenzal muy acusado (cuando no recurría al latín). Un ejemplo de catalán-provenzal lo vemos en un documento dirigido al Vizconde de Cardona desde Balaguer o Cervera con fecha de 9 de octubre de 1268. Los rasgos provenzales son muy marcados y coinciden fuertemente con los de otros documentos catalanes de la misma época.

Leamos un pequeño fragmento de esa carta: «Iacobus… viro nobili R. de Cardona. A la carta quens enviats, en la qual era contengut que nos vos aviem tramesa quens donasetz postalz de totz los feus que tenietz per nos, per fadiga de servii, et, per ço car vos metietz els castels que vostros no son contra nos, encara queus en… la honor per tal car no eretz vengut ne vos nous deitz mes a nostre contrast ni per don de nos ni… e davetz en… que hon no fes mala nostres homens… per ço car no podietz viure on nuyll loc…»

Jaime I se dirigía en latín a sus súbditos pero, en al menos dos ocasiones, lo hizo en auténtica lengua valenciana, es decir, la hablada por el pueblo llano. Una, en agosto de 1250 en la Carta-Puebla de los moros de Uxó, y el 7 de noviembre de 1262, cuando desde Lleida «manda a los valencianos jurar heredero al infante Pedro». En ellas emplea un valenciano puro, sin duda puente entre el castellano-aragonés y el catalán-provenzal. Este valenciano coincide con el de otros autores y documentos valencianos de aquel siglo.

Veamos ahora un fragmento de la Carta-Puebla: «En nom de Deu tot piados e misericordios, oracio feta per nostre Senyor Dios sobre tots los apostols; aquest es privilegi honrat, lo cual mana nostre senyor lo rey de Arago, de Mallorques, de Valencia e compte de Barcelona e d’Urgel e senyor de Monpesler, a quie Deu mantenga, otorgat a tots los moros de la vall de Uxo, los cuals rebee sots la sua fe e que poblen e poblar facen la vall de Uxo damunt nomenada e les sues alqueries e los seus termens…»

Estos documentos demuestran que en 1250 o bien ya habían aprendido el catalán hasta los moros de Valéncia o bien el monarca como en otros casos debería dirigirse a ellos en latín. No es lógico pensar que para entonces los valencianos hablasen catalán sino más bien que Jaime I, conciliador, se dirigiera a sus súbditos en su lengua: el valenciano. Y sobre todo, si de verdad los catalanes trajeron el catalán a Valéncia entonces es inexplicable que los documentos valencianos y catalanes del siglo XIII resulten tan distintos.

Fuentes consultadas:

Huici, A. Colección Diplomática de Jaime I, el Conquistador, años 1217 a 1253, tomo I. Taller tipográfico Hijos de F. Vives Mora. Valéncia, 1916.

Mourelle de Lema, Manuel. La identidad etnolingüística de Valencia. Desde la antigüedad hasta el siglo XIV. Grugalma. Madrid, 1996.

—————————————————————————

¿Te gusta el artículo? Puedes leer muchos más como éste en mi libro ANECDOTARIO HISTÓRICO Y CULTURAL VALENCIANO. ¡Haz clic en la portada!

Més de doscents morts, zero dimissions.

Hui, dia de Tots els Sants, com si fora una broma macabra, hem de lamentar la mort de més de doscentes persones per la gota freda de fa uns dies que ha arrasat bona part del Regne de Valéncia i també algunes regions d’Espanya (encara que la pijor part mos l’hem emportada mosatros). La pluja ha segut absolutament devastadora. Parlem de doscents morts de moment, pero és que eixa sifra segurament es quedarà curta molt pronte perque encara hi han centenars de desapareguts baix el fanc i les runes. No recorde una catàstrofe tan gran des de la riuada que assolà la Ribera Alta en 1987. Per a mi, que soc d’Alzira, ha segut un déjà-vu.

Utiel, Requena, Ayora, Paiporta, L’Alcúdia, Alzira, Algemesí, Carcaixent, Catarroja, Albal, Alfafar, Benetússer, Sedaví, Valéncia… La llista és molt i molt llarga. Mils de persones han perdut els seus negocis, els mobles, les vivendes… Un amic d’Alfafar em deya que sos pares han perdut la casa… Segurament ya no podran tornar perque té mals estructurals. Es tracta d’una família humil. Uns atres, en canvi, no han tingut tanta sòrt i han perdut la vida. Totes estes persones tenien plans de futur… Per a esta mateixa nit, per a demà… Pero la vida és com un sospir… Mai saps en quin moment se’n va… Per això sempre cal estar a bones en Deu Nostre Senyor.

L’Agència Estatal de Meteorologia (AEMET) avisà des del 25 d’octubre de que s’acostava una gota freda de les que fan época i que el dia més negre seria el 29 d’octubre. Durant la nit del 29, imàgens terrorífiques de carrers inundats, coches bolcats i persones atrapades en l’aigua fins al coll ompliren les rets socials. A les 8 hores del matí, la AEMET avisa d’ «alerta roja» per a la zona al sur del Cap i Casal. La primera alerta de les autoritats arribà als mòvils dels ciutadans el 29 d’octubre a les 20 hores, quan les inundacions ya eren vox populi. Massa tart per a totes les persones que eixe matí eixiren a treballar… per a no tornar a les seues cases mai més.

¿Per qué la Generalitat Valenciana alertà en hores de retart? ¿Per qué Carles Mazón va desmantelar l’Unitat Valenciana d’Emergències? ¿Per qué Pedro Sánchez no declarà l’Estat d’alarma? ¿Per qué l’Unitat Militar d’Emergències no actuà abans? ¿Per qué no hi hagut més implicació de l’Eixèrcit de Terra? ¿Per qué no hi havia bandos informatius en molts Ajuntaments? ¿Per qué hi ha una descoordinació total per a repartir les ajudes? ¿Per qué la societat civil s’ha bolcat des del primer moment i els polítics no? ¿Per qué la gent patix una sensació de desampar per part de les autoritats? Més de doscents morts i zero dimissions. Vergonya.

¿Sabías que el pendón de la Conquista es una reliquia falsa?

El pendón de la Conquista (penó de la Conquista en valenciano) es una señal que los andalusíes del Reino Taifa de Balansiya izaron el 28 de septiembre de 1238 sobre la torre de Alī-Bufāt, después llamada del Temple, en las murallas árabes de la ciudad, para indicar su rendición a las tropas feudales del rey Jaime I. Está hecho de tres tiras cosidas de trapo tosco, de color blanco, que han sido recortadas de forma rápida en forma de bocel, sobre el que se han pintado cuatro barras rojas. Actualmente las franjas blancas están amarillentas por el paso del tiempo. Mide 2 metros de largo, aunque podría haber sido más largo. Tiene una inscripción que reza: «Año 1238». Este pendón lo trajo Jaime I, es una reliquia y es la verdadera bandera de los valencianos, no la Real Senyera de franja azul.

Esto es lo que cuentan los catalanistas. Ahora contaremos la verdad. El pendón de la Conquista no es tal. Primero, no lo llevaban los conquistadores sino los que se rindieron por lo que debería llamarse penó de la rendició. Segundo, tiene inscrito el texto: «Año 1238». Así, en castellano. Algo que no encaja por ningún sitio ya que en el siglo XIII no se hablaba castellano en la Ciudad de Valéncia. Se podría entender que estuviera en valenciano, en árabe o en latín. O incluso en catalán, si diéramos por cierto la falsa teoría de la repoblación según la cual los catalanes nos trajeron su lengua. Pero ¿en castellano? El pendón representaría teóricamente a la Corona de Aragón, pero es que en los tiempos de Jaime I la bandera de Aragón tenía dos barras rojas y no cuatro como ahora.

Estudiosos como Roc Chabàs, Ricart García Moya, Antoni Atienza, Òscar Rueda o Joan Ignaci Culla consideran que la bandera es falsa. También lo creía así Dolors García Broch, concejal del Ayuntamiento de Valéncia por parte de Unió Valenciana (UV) que a principios de la década de 1990 consultó con expertos textiles, que a simple ojo negaron que fuera del siglo XIII. Garcia Broch propuso hacer la prueba del Carbono 14 y la del polen para demostrar su falsedad de una vez por todas. Pero Vicent Gónzález Lizondo, presidente de Unió Valenciana, se lo prohibió. Lizondo negociaba en ese momento una coalición electoral con varios partidos, algunos de ellos catalanistas, que le exigieron que no hiciera esa prueba. Al final ni hubo coalición ni tampoco se demostró la falsedad de ese trapo.

Los pancatalanistas afirman que la franja azul de la Senyera la puso el caudillo Francisco Franco. Basta con ver carteles de la Guerra Civil (1936-1939) del bando republicano donde nuestra Real Senyera sale junto a la bandera de la República Española e incluso de la Unión Soviética, para percatarse de que es una monstruosa mentira. Pero lo más curioso es que en la procesión cívica del 9 de Octubre de 1939, en su particular desfile de la victoria, los franquistas pasearon el penó de la rendició en vez de la Real Senyera coronada con su franja azul, considerada un símbolo republicano (recordemos que Valéncia fue uno de los últimos bastiones republicanos en caer). Fueron tantas las quejas y el malestar causado que las autoridades rectificaron y en los años siguientes recuperaron la Senyera en lugar del pendón.

Pero entonces ¿de dónde surge la absurda idea de que ese trapo es la bandera de los valencianos? Fue Pere Antoni Beuter, un cronista valenciano, el primero en documentar este colgajo en su libro Primera part de la Història de València (1538), en el que escribió que el pendón que se conservaba en la cúpula de la iglesia de Sant Vicent era el mismo pendón izado por los musulmanes en la conquista de Valéncia. Se desconoce en qué momento preciso fue añadida la inscripción “Año 1238”. Suponiendo que esta rocambolesca historia fuera cierta seguiría siendo un verdadero misterio cómo es que durante trescientos (300) años absolutamente nadie se diera cuenta de que la verdadera bandera de los valencianos era un colgajo en el que nunca nadie reparó hasta Pere Antoni Beuter.

 

Fuentes consultadas:

-Atienza, Antoni. La Real Senyera. Bandera Nacional dels Valencians. L’Oronella / Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV). Valéncia, 2001.

-Culla, Joan Ignaci. El Peno de la Conquesta, una falsa reliquia. Las Provincias. 9-10-2008.

-García Moya, Ricart. Tratado de la Real Senyera. Senyeras valencianas y pendones catalanes. Ajuntament de Valéncia. Valéncia, 1993.

-Rueda, Òscar. La Senyera Valenciana: Historia y simbolismo. Editorial Sargantana. Valéncia, 2017.

-Rueda, Òscar. Senyera valenciana. Símbol de llibertat. L’Oronella. Valéncia, 2013.

-Tintorer, Andreu y Bens, Felip. Senyera Valenciana. La bandera de tots. Lo Rat Penat. Valéncia, 2006.

-V.V.A.A. Pendón de la Conquista. Wikipedia.

 —————————————————————————

¿Te gusta el artículo? Puedes leer muchos más como éste en mi libro ANECDOTARIO HISTÓRICO Y CULTURAL VALENCIANO. ¡Haz clic en la portada!

Nosaltres, els ucranians.

«Els ucranians i els russos mos entenem, això és perque parlem el mateix idioma». «L’ucranià és un dialecte del rus: ho diuen totes les Universitats del món». «Dir que l’ucranià és una llengua és com dir que la Terra és plana». «Els ucranians feu servir un rus mal parlat». «Els vostres pares i els vostres yayos parlen malament». «L’ucranià està farcit de barbarismes: cal amprar l’estàndard rus». «Qui pense diferent és d’extrema dreta».

Mos sona la cançó, ¿veritat? Durant vora quatrecents anys els ucranians patiren la seua particular normalització lingüística, en la que totes les paraules i expressions típiques ucranianes eren, coses de la ciència, incorrectes i vulgars (col·loquials diuen ara els que saben) i havien de ser urgentment substituïdes per paraules i expressions moscovites que eixes sí, mira tu quina casualitat, totes eren cultes, científiques i elegants.

L’ucranià era, per supost, un rus mal parlat infectat de polonesismes que calia porgar i, al remat, substituir per un estàndard rus -centralisat en la ciutat de Moscou- que, paradòxicament, estava moltíssim més contaminat de barbarismes (per la subjugació de les tribus ugrofineses i túrquiques). Això, curiosament, no suponia cap problema per als puristes de la nostra llengua. ¿Que quina llengua? Parlem de la russa. ¿De quina si no?

En el pas del temps, els ucranians reivindicaren més i més un idioma propi (secessionisme, diuen ara els que saben) i els filòlegs russos feren de la unitat de la llengua tot un dogma de fe. L’ucranià es considerà el breçol del rus i amputar-lo seria com amputar un Sigle d’Or a un idioma. No es podia consentir, i punt. Encara hui, en ple 2022, podem vore a Moscou tractant de que Ucrània s’incorpore als Països Russos.

Russos i ucranians ¿cosins o germans? La normalització comença -almenys- en 1627, quan Miquel I de Rússia ordena cremar totes les còpies dels evangelis didàctics en ucranià i acaba en 1991, quan cau l’Unió Soviètica i l’ucranià passa a ser la llengua oficial d’una Ucrània independent. Prohibició de l’ucranià en les escoles, censura d’autors i molt més. ¡364 anys de germanor! I fins ací arriba el conte de hui. Qui vullga entendre, que entenga.

Make Valencia great again!

L’última gran traïció de la classe política al nostre poble ha passat per entregar Bankia a Caixabank per a penes 4.300 millons d’euros. Tot un regal si tenim en conte que els contribuents hem posat 23.000 millons de diners públics per a sanejar l’entitat, dels quals Caixabank no tornarà ni un gallet. Hi hagué un moment en que alguns ensomiàvem en una fusió de Bancaixa i CAM. Al final Bancaixa, CAM i Banco de Valencia han acabat en les mans dels catalans. I Ruralcaixa en mans de l’andalusa Cajamar. Llevat d’unes poques caixes menudes, el centenari sistema financer valencià ha segut vaporisat d’una forma total.

Des dels mijos de comunicació inclús se mos ha volgut vendre l’idea de que tot açò és positiu per als valencians. Per eixemple, se mos conta la gran sòrt que tenim de que la sèu social de Caixabank estiga en Valéncia (quan tots sabem que només és qüestió de temps que torne a Barcelona). I el problema està en que no existixen a penes mijos de comunicació valencians. Llevat d’À punt, Valenciaplaza i poc més tots els demés mijos (El Periódico Mediterráneo, Levante-EMV, Información, Las Provincias, La 8 Mediterráneo, etcétera) no estan en mans de valencians i això es nota.

Fa molts anys ya que Valéncia ha deixat de ser rica. El nostre nivell de renda està per baix de la mija espanyola. Som l’autonomia pijor finançada de l’Estat. Segons la Constitució i el seu famós principi de solidaritat interregional (artícul 158.2) Valéncia deuria tindre saldo positiu respecte de l’Estat. És dir, deurien ajudar-mos per ser pobres. La realitat és que som l’única comunitat pobra d’Espanya que en lloc de cobrar, paga. I si demanem un concert fiscal com el de Navarra -per a que no mos donen res pero que tampoc mos lleven i ya mos apanyarem mosatros com pugam en lo nostre- mos acusen de querer romper España.

I finalment tenim el tema de la llengua. Potser l’arrel de tots els problemes anteriorment descrits. En les aules se’ls ensenya als nostres chiquets que som països catalans perque parlem català ya que uns repobladors catalans s’instalaren en lo Regne de la mà del rei Jaume I. Sabem que tot això és un frau històric de l’archiver Prósper de Bofarull i hi ha tres estudis genètics que desmenten la falsa repoblació. A pesar de tot s’educa als nostres fills per a que no tinguen estima i es conformen en ser un satèlit de Catalunya o u de Madrit. Cal recuperar l’amor propi, la consciència de ser poble, l’orgull de sentir-nos valencians.

L’insoportable uniformitat de la llengua catalana.

Fa un temps aní a la presentació del llibre Els parlars valencians, un estudi molt interessant sobre dialectologia valenciana a càrrec de Vicent Beltran i Carles Segura-Llopes a on s’analisen les nostres maneres de parlar. Que si borles, bufes, roses, monges, palomites… Que si mosatros, nosatros, natros… Que si tomata, tomaca, etcétera, etcétera.

Estos dos professors universitaris feren una encesa lloança sobre la gran riquea i diversitat lèxica en la nostra terra… per a en acabant finalisar en la consabuda conclusió de sempre: que sí, que tota eixa pluralitat i riquea està molt be, pero per si de cas tanquem-la en sèt candats en el calaix de les paraules coloquials perque cal amprar el normalitzat.

Els catalanistes -d’ací i d’allà- estan molt preocupats, en teoria, per l’unitat de la llengua catalana pero, en realitat, lo que perseguixen a tota costa és l’uniformitat de la llengua. Fràgil unitat si els molesta que els valencians utilisem les nostres paraules típiques en lloc de les barcelonines, o si preferim dir-li «valencià» a la nostra llengua per raons històriques.

Quan yo estudiava en el colege la mestra m’explicava que «quint», «sext», «sèptim» estaven malament i que calia dir «cinqué», «sisé», seté». Ara ya no són incorrectes sino només coloquials (els científics han decidit pujar-les de categoria) pero els chiquets sí o sí han de continuar posant en l’examen tots eixos calcs del francés si és que volen aprovar.

Perque eixa és una atra. Els professors de valencià contínuament lloen la «pluralitat»,  la «diversitat», la «riquea» de la llengua, pero als estudiants que ni se’ls ocórrega fer-la servir. Inclús ne conec de professors que quan parlen en tu usen paraules com «natros» o «mosatros» pero que suspenen als seus alumnes si les posen en un examen. Tot molt coherent.

És com si en Amèrica Llatina els docents prohibiren als seus alumnes dir «pibe», «chamo», «chamaco», etcétera, alegant que són incorrectes i que l’única forma vàlida és «muchacho», encara que allí no la gaste ningú. Totes les paraules valencianes són incorrectes, totes les barcelonines són científiques i especials. No li peguen més voltes al cap.

Si viages per la geografia valenciana escoltaràs veus com «natros», «mosatros», «nosatros»… En cap comarca la forma genuïna és «nosaltres». Pero esta és l’única que accepta el Diccionari de l’Acadèmia de Zaplana. Quan un diccionari no arreplega paraules que usa tot lo món pero registra les que no usa ningú, eixe diccionari està mal fet.

Ací lo únic que importa és el normalitzat, eufemisme de dialecte barceloní. Perque vullc recordar que Pompeu Fabra, el senyor que va normalitzar el valencià ni era valencià ni era filòlec, i lo únic que va fer és arreplegar la forma de parlar de Barcelona i rodalies i voler impondre-la a tots, que és com forçar als mexicans a parlar igual que en Madrit.

Pero en paraules de l’erudit català Miquel Batllori: «El català de Barcelona que s’intenta impondre en Valéncia és un dialecte infame i infecte». Potser per això és que quaranta anys d’immersió en normalitzat en Valéncia han segut un fracàs i cada vegada es parla més el castellà. Són els fruits amarcs d’esta insoportable uniformitat de la llengua.

La majoria de Catalunya és blavera i secessionista.

Diu una enquesta de la gens sospitosa Plataforma per la Llengua que la majoria de catalans «nega la unitat de la llengua». Concretament, el 51% de catalans pensa que català, valencià i mallorquí són tres idiomes diferents front al 44’5% que considera que són la mateixa llengua. Es tracta d’una enquesta feta a 1.600 persones de totes les edats, nivells culturals i socioeconòmics, tant si tenen com a primera llengua castellà o català.

Per supost als sectaris que creuen en el dogma de la indisoluble unidad de la lengua els ha faltat el temps per a esgarrar-se les vestidures, fer-se creus, posar el crit en el cel i jurar en arameu. No sabem si ara diran també que la majoria de Catalunya és «blavera», «secessionista», «anticientífica» i «ultradretana», bonics epítets que a sovint utilisen per a descalificar als valencians que pensem diferent. O als qui, simplement, pensem.

Perque per ad ells negar la sacrosanta unidad de la lengua és com negar que 2+2=4. Perque clar, tot lo món sap que la llingüística és una ciència exacta com les matemàtiques a on per supost ni la societat ni la política fan cap paper. Em pregunte quants d’estos científics li dirien a la cara al primer ministre de Portugal que ell parla un dialecte del gallec i que negar una veritat tan evident és com afirmar que la Terra és plana.

Crida l’atenció que ni tan sols els catalans pensen que valencià i català siguen lo mateix. I això a pesar de décades d’adoctrinament en les escoles, propaganda institucional i subvencions milmillonàries. Suponc que els nostres «natros», «mante», «arruixó», «astò», «bascoll» o «les huit i quart» els sonen tan aliens, tan exòtics i artificials com a mosatros els seus «gairebé», «merci», «si us plau», «clatellada» o «a tres quarts de nou».

Si preguntem sobre la indisoluble unidad de la lengua en el Regne de Valéncia els resultats són més escandalosos. Una de les últimes enquestes que va fer el CIS sobre el tema (abril de 2004) diu que el 64,5% de valencians considera que el valencià és un idioma diferent del català i el 29,3% que és el mateix. Em pregunte qué dirien els defensors del dret a decidir si convocàrem un referèndum per a triar llengua valenciana o llengua catalana.

En el passat el sar de Rússia volgué convertir l’ucranià en dialecte del rus pero els usos són més poderosos que els césars i l’ucranià ha sobrevixcut al sar i al comunisme. I és que a pesar de tant de rentat de cervell en les aules encara hui  «la unitat absoluta de la llengua de Catalunya, València i Mallorca, és més bé un punt d’arribada que no pas un punt de partida». La cita és de Manuel Sanchis Guarner.

¿Sabías que la Selección Valenciana de fútbol jugó su primer partido en 1918?

La Selección Valenciana de fútbol se nutre de los mejores futbolistas desde Vinaròs a Pilar de la Horadada. Aunque no ha podido disputar partidos oficiales sí que ha jugado varios encuentros amistosos. Y se trata de un equipo centenario porque su primer partido lo disputó contra Aragón en 1918, con una victoria para los valencianos por cinco goles a cero.

Históricamente ha tenido dos etapas claramente diferenciadas. La primera va desde 1918 a 1944 cuando las selecciones de nacionalidades históricas de España comenzaron a disputar partidos entre sí, o incluso contra países extranjeros. La segunda etapa, más breve, fue de 2001 a 2006 con un amistoso al año que se disputaba por las fechas de Navidad.

En total, los valencianos habrían jugado 13 partidos (7 ganados, 1 empatado y 5 perdidos) con 31 goles a favor y 20 en contra. Los rivales: Aragón, Cataluña, Andalucía, Lituania, Yugoslavia, Camerún, Bulgaria, Colombia y Perú. El último partido de los valencianos fue el 27 de diciembre de 2006, en Elche, frente al Perú, al que venció por 3-1.

La mejor victoria fue precisamente en el partido de debut: contra Aragón en 1918 (5-0), y la peor derrota contra Andalucía, en 1928 (4-1). Nuestra mayor rivalidad ha sido con Cataluña (cuatro encuentros en total repartidos entre las décadas de 1930 y 1940) y el rival de mayor entidad fue el Camerún, nada menos que un cinco veces campeón de África.

Todo esto en teoría porque el tema apenas está documentado. Casi no hay fuentes y las pocas que hay ofrecen informaciones incompletas. Nos atrevemos a decir que el presente artículo es el que ofrece la información más exacta de entre los pocos que hay, pero no nos extrañaría que se nos hubiera escapado algún dato. Si es así que el lector nos lo haga saber.

Lo seguro es que la Selección es absolutamente competitiva. Por ella han pasado grandes figuras que han derrotado a rivales de entidad. Las selecciones autonómicas están lejos de disputar torneos oficiales (para ello deberían tener estados independientes o imitar la fórmula escocesa). Por ahora nos conformamos con que vuelva a jugar. Aunque sea amistosos.

Fuentes consultadas:

-Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (página web oficial).

Lain. Selección Andaluza, 4. — Selección Valenciana, 1El Mercantil Valenciano. 9-1-1928.

Pallarés, Vicente. La actual Selección valenciana sería absolutamente competitiva. Plusfutbol. 28-10-2014.

-Selección de fútbol de la Comunidad Valenciana. Wikipedia.

 —————————————————————————

¿Te gusta el artículo? Puedes leer muchos más como éste en mi libro ANECDOTARIO HISTÓRICO Y CULTURAL VALENCIANO. ¡Haz clic en la portada!

La gran novela valenciana.

Pràcticament totes les grans llengües lliteràries tenen la seua gran novela. En castellà està En Quixot de la Mancha de Miguel de Cervantes. En francés Madame Bobary de Gustave Flaubert. En rus Crim i Castic de Fiodor Dostoievksky. Els valencians, per supost, tenim el Tirant lo Blanch de Joanot Martorell. Encara que alguns pobles han trobat la seua obra més representativa en el teatre (Hamlet de William Shakespeare per als anglesos), la poesia (L’Odissea d’Homer per als grecs) o el conte (Les mil i una nits d’ Abu Abd-Allah Muhammad el-Gahshigar en llengua àrap) és del tot innegable que la fòrmula més reconeguda és la de la novela, que sense cap tipo de dubte encarna l’indiscutible subgènero estrela dels últims siscents anys.

En el sigle XIX existia en Estats Units la pretensió d’escriure «la gran novela americana», una obra magna que fora el buc insígnia lliterari dels Estats Units en el món i que marcara distàncies respecte de l’ex-metropoli, Regne Unit. Tot lo món parlava d’escriure eixa gran novela i ningú es va donar conte de que ya estava escrita: Moby Dick de Herman Melville. Al bo de Melville, que va faltar sent un autor absolutament desconegut, li arribà la glòria algunes décades despuix de mort. Un sigle més tart, i a imitació dels seus veïns del nort, en Amèrica del Sur es parlava d’escriure la gran novela llatino-americana. Gabriel García Márquez ho conseguí en Cent anys de soletat, cim del boom llatino-americà i del realisme màgic i possiblement la millor novela del XX.

Si veem el panorama lliterari contemporàneu en valencià no és molt alegre, com correspon a una llengua minorisada i en perill d’extinció com és la nostra. No obstant això trobem que la producció teatral i poètica és molt fructífera i que l’ensaig està, com no podria ser d’una atra manera, centrat en el conflicte llingüístic i identitari valencià. Pero referent a la narrativa la producció és ben frugal. La majoria dels autors valencians es decanta pel castellà en la narrativa -cas de Vicent Blasco Ibáñez– i pràcticament mos hem de remontar a la primera mitat del sigle XX per a trobar una novela referent en valencià: Tombatossals de Pasqual Tirado. Les intromissions del pancatalanisme i l’analfabetisme dels valencians en la seua pròpia llengua deixen al castellà com a eixida natural.

Cal escriure una nova gran novela valenciana que mos situe en el mapa. Fàcil de dir i difícil de fer, especialment per als usuaris d’una llengua que no existix. Pero quan parle de fer la gran novela valenciana no m’estic referint a un atre Tirant si no a una obra que trascendira les nostres fronteres i fora representativa de la lliteratura valenciana contemporànea. Parle d’un referent, com Mecanoscrit del Segon Origen de Manuel de Pedrolo en català, Obabakoak de Bernardo Atxaga en euskera o Merlín e familia d’Álvaro Cunqueiro en gallec. Hui molts autors escriuen en la seua llengua pròpia i en acabant ells mateixos fan la traducció al castellà, en èxit, com Manuel Rivas o el propi Atxaga. Si uns atres pobles poden tindre la seua gran novela, els valencians també.

¿El montenegrí és una llengua pero el valencià no?

¿Qué és una llengua i qué és un dialecte? És més, ¿quí diu qué és una llengua i qué un dialecte? És tracta d’una qüestió altament complexa i subjectiva. No és tan senzill com definir qué és un círcul o un triàngul per eixemple. La definició més certera de llengua la va fer el llingüiste Max Weinreich: «Una llengua és un dialecte en un eixèrcit i una flota».

Fa poc la llengua montenegrina ha obtingut un còdic ISO, lo que significa, en la pràctica, el reconeiximent internacional del montenegrí com a idioma independent. Esta era una reivindicació històrica dels montenegrins, que declararen el montenegrí idioma oficial de la República immediatament en acabant d’independisar-se de Sèrbia, allà per l’any 2006.

No soc un expert en montenegrí pero sé que és casi igual que el serbi. De fet, és tan paregut que fins a 2006 estava considerat un dialecte del serbi. I en la década de 1990 el montenegrí era -com el bosni- un subdialecte del serbi, que a l’ahora era un dialecte d’aquell engendre que es deya serbo-croat. Hui serbi, montenegrí, croat i bosni són llengües.

És ben curiós que el montenegrí, que a penes es diferencia del serbi ni té tradició lliterària, siga una llengua pero el valencià siga un dialecte del català. El valencià, que ha tingut el Sigle d’Or que mai ha tingut el català, que ha tingut vocabulari, diccionari, gramàtica, ortografia i Bíblia pròpies abans que el català no és llengua sino dialecte. Val.

Max Weinreich tenia raó. Lo que fa que una parla siga llengua o siga dialecte no és un argumentari científic sino una voluntat política. Si el valencià no pot ser una llengua dins d’Espanya, llavors que ho siga fòra d’ella. Si ser espanyols comporta ser la quinta província de Catalunya, en eixe cas seguim l’eixemple de Montenegro i independisem-nos.

Ser valencians no és la nostra manera de ser espanyols. Ni la nostra manera de ser catalans. Ni tan sols de ser europeus. Ser valencians és la nostra manera de ser persones. Deixem de votar per partits dependentistes; els que volen que depengam de Madrit, Barcelona o Brusseles. És hora d’ofrenar noves glòries a Valéncia. És hora de tornar a ser lliures.

Anteriores Entradas antiguas