¿Sabías que los Castells de Cataluña provienen de la Moixaranga valenciana?

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Los Castells (castillos) de Cataluña son esas famosas torres humanas de varios pisos de altura donde una serie de varones está de pie y soporta encima de sus hombros los pies de los compañeros del piso superior. Los componentes de cada piso se agarran por los hombros. Estos castells hoy en día se han convertido en todo un símbolo identitario de la nacionalidad catalana y en una especie de concurso donde unos municipios compiten contra otros para lograr estructuras cada vez más altas y espectaculares. Mucha gente piensa que la costumbre de formar torres humanas es de origen catalán pero en realidad este popular tesoro etnográfico tiene una raíz clamorosamente valenciana, como vamos a explicar ahora.

Su origen hay que rastrearlo en la Moixaranga o Muixeranga de Algemesí (La Ribera), una danza interpretada en la procesión de la Virgen de la Salud los días 7 y 8 de septiembre. Al son de una melodía melancólica, la Moixaranga ofrece tres posibilidades: el Ball (el baile), la Torre y la Figura. El Ball es una danza compuesta por dos filas de bailarines, unos se levantan y otros se agachan alternativamente. La Torre consiste en formar torres humanas similares a los castells. Y por último las Figuras o Danzas Plásticas son torres humanas en forma de motivos marianos. Hay gran variedad de torres y figuras y además de en Algemesí la fiesta se realiza en menor medida en otras localidades del Reino de Valencia.

Los siglos XVII y XVIII fueron duros. El historiador Antoni Atienza explica (Lletraferit nº61, marzo de 2003) que fue una época en que los valencianos, necesitados de ingresos, se lanzaron a recorrer las Españas para vender y ofrecer cosas. Los de Crevillent vendían alfombras, los de Chiva, Chest o Benissa se hicieron arrieros, la gente de Xixona vendía turrón y la de L’Horta agua de cebada, horchata o naranjas. También había gente que recorría los pueblos de Castilla, Aragón o los Condados Catalanes bailando en las procesiones  ganándose un dinero en las fiestas. Posteriormente al paso de los valencianos, algunas de estas costumbres se fueron consolidando en los pueblos aragoneses, castellanos y catalanes.

En Cataluña, sobre todo en la ciudad de Valls, se consolidó la costumbre de hacer torres humanas, perdiéndose el baile propiamente dicho. A estas construcciones se le daba el nombre inequívoco de Ball dels Valencians (Baile de los Valencianos), aunque actualmente está más extendido el de Castells. De entre todas las cuadrillas de castellers, continúa destacando la de los Xiquets de Valls (Niños de Valls), cuyo nombre -el valenciano chiquets y no el catalán nois-, recuerda cómo hace algunos siglos los valencianos llevaron esa danza a su tierra. La Unesco declaró la Festa de la Mare de Deu de la Salut (Fiesta de la Virgen de la Salud) de Algemesí Patrimonio Inmaterial de la Humanidad el año 2011.

Por otro lado, cabe citar que La Moixaranga de Algemesí tiene una hermana gemela, La Mojiganga de Titaguas (Los Serranos), también hija directa de El Ball dels Valencians. Se trata de unas torres humanas que se hacen en Titaguas en honor a la Virgen de la Salud. Pero sólo se hacen dos veces, frente a la iglesia y el Ayuntamiento del pueblo, y cada siete años (La Moixaranga es anual). La Mojiganga es más modesta, con torres más pequeñas, pero con un folklore más rico. Presenta diez cuadros distintos; la mitad de ellos de carácter religioso (El Altar Mayor, El Altar Movible, Las Andas, La Eme y El Pilón) y la otra mitad profano (Los Oficios, El Batán, La Rueda de Molino, El Baile del Garrote y Las Muecas).

Los mozos que forman estas construcciones humanas visten el traje regional valenciano de zaragüelles. Antiguamente subían al ritmo del tamboril y la dulzaina, pero por falta de instrumentistas, se sustituyeron por la caja y el clarinete. En 2010 se levantó una prohibición medieval y se aceptó que las mujeres formen torres humanas, junto con los varones.  La Mojiganga tiene un carácter austero y se vive en castellano, como toca en un pequeño pueblo del interior de la serranía como es Titaguas. La Moixaranga, en cambio, es más barroca, y se vive en valenciano, como corresponde al ser mediterráneo. Pero ambas son hijas directas de El Ball dels Valencians y una muestra del rico folklore de nuestra tierra.