España: la Yugoslavia ibérica.

España es el estado heredero de aquel Reino de Castilla que una vez fue la más poderosa nación sobre la faz de la Tierra. Por centurias,  dispuso de un imperio colonial donde nunca se ponía el sol pero una decadencia de doscientos años de dictaduras, golpes militares y gobiernos corruptos la catapultaron al Tercer Mundo.

Hoy España es una nación moderna y desarrollada pero muy alejada de su papel de superpotencia de antaño. Todavía persiste en el pueblo español un cierto complejo de inferioridad al saberse incapaz de recuperar Gibraltar o de competir con Francia, Reino Unido, Alemania o Italia. La envidia es el gran pecado nacional.

España es un país artificial, y por tanto tiende a la desintegración: cinco guerras civiles en tres siglos es un signo evidente de anormalidad. Por centurias fue un estado centralista y uniformizador, donde sólo lo castellano tenía cabida. Las distintas lenguas y culturas locales sufrieron un etnocidio que casi les lleva al abismo.

Ahora esta Castilla ampliada recoge los frutos en forma de balcanización: el independentismo crece en Euskadi , Cataluña, Galicia y Canarias. España actúa como cárcel de naciones y les niega el derecho de autodeterminación pues si una sola de sus regiones se separase el efecto dominó reventaría el estado como a una piñata.

En pocos años, el país ha pasado de ser agrario a vivir del turismo y los servicios. Es una nación de católicos no practicantes con un patrimonio arquitectónico, histórico y cultural abrumador.  Patria de fútbol y de toros. Tierra de genios como Francisco de Goya, Pablo Picasso, Luis Buñuel,  Federico García Lorca

España se desangra entre las fuerzas centrípetas del centralismo mesetario y las centrífugas de la periferia separatista. Cada día más vive de espaldas a Latinoamérica y de cara a la Unión Europea (UE). Es una de las diez primeras potencias del globo pero a la vez una patria dividida y un estado frágil como el cristal.

Tercermundismo centralista o autonomía.

Desde hace tiempo venimos escuchando un ronroneo preocupante: hay que eliminar las autonomías. Este discurso suena con mucha fuerza en la Meseta pero carece de apoyos fuera de ella. Es la típica soflama del nacionalismo español; ése que siempre se presenta como no nacionalista y que siempre es el más nacionalista de todos. Pretender eliminar las comunidades autónomas significa ni más ni menos que apostar por el modelo tercermundista de Marruecos, Nepal o Chad. En la Meseta hay muchos descerebrados que piensan que España sería un país idílico si todos fuésemos exactamente iguales (a ellos, claro). Y por eso que mejor que un estado bien centralista en el que 45 millones de habitantes dependan de Madrid.

La República Bolivariana de Venezuela es un país plenamente centralista. Tanto es así que  por ejemplo para renovar el pasaporte debes pedir cita en Caracas. Es decir, puedes vivir en el Estado Amazonas (en la frontera con Brasil) y simplemente para renovar el pasaporte debes viajar en autobús durante casi 20 horas o tomar un avión para ir a Caracas. Esto es lo que a muchos madrileños y castellanos les gustaría. Que uno tenga que desplazarse desde Tenerife hasta Madrid solamente que para que le pongan un cuño en un papel. Que tengamos que pedir permiso a Madrid hasta para ir a cagar. Los castellanos son así de cutres y tercermundistas. No es casualidad que el interior de España esté como está.

El Estado de las autonomías ha traído un gran desarrollo a las nacionalidades y regiones. Y además es algo inherente a la historia de esta tierra. Porque antes de que existiera España ya habían reinos con tradición, cultura e identidad propias. Los países más desarrollados del mundo, como Alemania o Suiza, son descentralizados. Los Estados Unidos, donde Washington tiene poco poder en comparación con los estados federados, no por ello dejan de estar unidos. Y en España la descentralizacion a los ayuntamientos es la asignatura pendiente para que la administración esté cerca del pueblo. Si puedo resolver un asunto en mi ciudad o como mucho, en la capital de mi comarca ¿para qué tener que ir más lejos?

Ahora se queja la caverna de Almansa de que en el Senado español se usarán las lenguas cooficiales. Que para qué si con un solo idioma (el suyo, claro) nos entendemos todos. Que es un gasto inútil en traductores y que ese coste podría emplearse para asegurar las pensiones. Curiosamente, ninguno de estos centralistas se quejó de que el lehendakari vasco, Paxti López, gastara en tiempos de crisis 60.000 euros en poner banderitas españolas en las comisarias del País Vasco. Que menos que en una cámara que es de representación territorial estén representadas las lenguas de las regiones (aún así, no están representadas todas). Lenguas que nos dicen que son españolas pero que no quieren ver ni en pintura.

Nos dice la derecha más españolista y cavernaria que desde que han entrado en funcionamiento las autonomías, se ha disparado el déficit de forma tremenda. Bueno, también desde que los derechos humanos están en vigor en España se ha multiplicado la deuda y la solución no es volver al franquismo.  El problema no es de autonomías sino de despilfarro y corrupción. Aquí no ha habido reparto de competencias sino multiplicación. Porque por ejemplo de la competencia de turismo se ocupa el estado, la autonomía, la diputación y el ayuntamiento. Cuatro administraciones haciendo todas lo mismo. Y a eso le sumamos la Unión Europea (UE), que nadie bien sabe que demonios hace  pero nos cuesta como si lo hiciese todo.

Si todo el mundo se encarga de todo, lógicamente tendremos unas cuentas insostenibles. De ahí la bancarrota. Pero eso se resuelve haciendo un reparto racional de competencias. De lo que se encargue el Estado, que no se encarguen las autonomías. Y viceversa. Y eliminar las diputaciones provinciales, que ésas sí, son un costoso florero decorativo que no sirve para nada salvo para enchufar a los familiares de los políticos. Pero esto es lo que no quieren ver los nacionalistas españoles… a ellos les gustaría un estado homogéneo, uniforme y centralista. El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic también quería hacer lo mismo. ¿Cómo no va a haber separatistas cuando hay separadores? Aprendamos de la historia.

Estatut català: que Madrit i Barcelona es maten mútuament i dixen en pau a Valéncia.

La sentència del Tribunal Constitucional ha significat  importants retalls a l’Estatut català perque encara que permet la definició de Catalunya com a nació en el seu preàmbul sense validea jurídica en la pràctica es llimiten molt les competències autonòmiques. Es posa fi a les vegueries, s’entén que els poders públics estan obligats a atendre en català al ciutadà pero no una empresa privada i es contempla que tant el castellà com el català  poden ser llengües vehiculars en l’educació i l’administració (encara que el català ho és en la pràctica). Ademés, el Tribunal nega també a la Generalitat Catalana la capacitat per a regular i establir referèndums, que tinga l’exclusivitat en matèria de primera acollida d’immigrants, nega que el Consell de Justícia de Catalunya o el Síndic de Greuges siguen els òrgans exclusius en territori català en les seues respectives àrees de treball, nega al Consell de Garanties Estatutàries la capacitat d’emetre dictàmens vinculants i anula la exigència de que unes atres autonomies de l’Estat hagen de fer un esforç fiscal similar al de Catalunya si volen beneficiar-se dels fondos destinats a la solidaritat ab les regions.

Les meues impressions sobre la sentència són contradictòries. Si en lloc de Catalunya es tractara de qualsevol atra autonomia, possiblement em manifestaria en contra de la sentència i entendria que és un atac en tota regla a l’autonomisme. Potser inclús em seria igual al comprendre que es tracta d’una atra terra que no és la meua i per tant  no soc ningú per a clavar els nassos a on no em criden. Pero tractant-se del nacionalisme expansioniste imperialiste català, que sempre vol anexionar-se la nostra llengua, cultura i  terra valencianes, m’alegre i molt de la retallada de l’Estatut perque sempre que hi hagut bona sintonia entre Madrit  i Barcelona els valencians hem acabat ben fotuts.  Per això preferixc que s’alimente el foc i el conflicte entre Madrit  i Barcelona, entre el centralisme ranci dels uns i l’imperialisme sectari dels atres, per a que dixen a lo Regne de costat. Mentres es maten Madrit i Barcelona, no tindran temps per a vindre a matar-mos a mosatros. Esperem que açò servixca per a tensar la corda entre els uns i els atres a vore si un dia esta comedia d’Estat, la grotesca pantomima que és Espanya, acaba botant pels aires.

A %d blogueros les gusta esto: