La Valéncia de Vichy i els Països Alemans.

Al final els nazis guanyaren la Guerra. Encara que eren pocs estaven ben organisats i millor finançats. La passivitat de la majoria va ser clau en la victòria. Novament es complí allò de que lo únic que cal per a que el mal triumfe és que els hòmens bons no facen res.

Començaren en l’excusa de la llengua. «Si parlen alemà, són alemans», deyen. En eixa excusa acabaren invadint un país que parla valencià. Com que «la Gran Alemanya» sonava massa imperialiste li digueren «Països Alemans». El País Valencià ara forma part d’ells.

Ací en la Valéncia de Vichy, més coneguda per País Valencià, tenim un govern títaro que actua a les ordes de Berlín. El nostre Gens Honorable només és un simple vassall que fa lo que li manen els de dalt. A sovint parla de valencianisme pero defén els Països Alemans.

En les aules els alumnes són adoctrinats en la valencianofòbia i la germanofília. El valencià és un simple dialecte de l’alemà. Qüestionar-ho és anar contra la ciència i com dir que la Terra és plana, diuen. També que els valencians fem servir un alemà mal parlat.

Han reescrit l’història i la conten al seu gust. El Tirant lo Blanch fon escrit en alemà. Ausias March era un poeta alemà naixcut en Gandia (o Beniarjó). Ramon Llull, Miguel de Cervantes, Cristófol Colon… Per supost tots eren alemans. Per supost tots de sanc ària.

Estos inquisidors ya no fusilen a ningú. No t’envien a cap camp de concentració. Això hui no és políticament correcte. Únicament et vituperen, et censuren i et silencien si no penses com ells. Em pregunte quin dia la Valéncia de Vichy tornarà a ser simplement Valéncia.

 

Alemania: a la conquista de Europa.

De las cenizas del Sacro Imperio Romano Germánico y a instancias de Prusia, numerosos estados germánicos se unificaron en 1871 para dar nacimiento a una poderosa nación que habría de hacer temblar al mundo: Alemania. Su célere crecimiento hizo creer que se trataba de una raza superior que había de dominar el orbe.

Sin embargo, los alemanes mordieron el polvo en las dos Guerras Mundiales. El nazismo trajo cincuenta millones de muertos y una erra de terror nunca vista. Hoy los germanos viven conmocionados por su monstruoso pasado pero pese a ello, el nacionalismo expansionista  alemán no quedó enterrado con el dictador Adolf Hitler.

Aún hoy, Berlín ambiciona conquistar Europa si no ya militarmente sí política y comercialmente usando como plataforma a la Unión Europea (UE). Alemania impone las políticas que a ella le interesan a sus socios de la unión cuenta con un nutrido grupo de países satélite que le apoya y debilita a los estados que le plantan cara.

Alemania es la tercera potencia del mundo y primera de Europa. Su actividad industrial, automovilística, química y financiera son sobresalientes; el país es un exportador nato que inunda al mundo con sus productos pese a los dramáticos costes sociales que supuso anexionarse la depauperada Alemania comunista en 1990.

Es tierra de talentos:  Richard Wagner, Johannes Brahms, Thomas Mann, Gunter Grass, Friedrich Nietzsche, Max Planck, Werner Heisenberg, Wilhelm Röntgen, Otto Von Bismarck, Helmut Kohl, Gerd Müller, Michael Schumacher, etcétera. Es una patria unida, fuerte, culta, orgullosa y rica.

Alemania es una gran y gloriosa nación con un pueblo patriota, unos gobernantes audaces y unos genios fecundos. Su musculatura económica es formidable y su fortaleza política colosal. El pueblo germano encarna como nadie el orgullo de ser nación y su viejo sueño de una Alemania imperial aún sigue muy vivo.

Plan Marshall para África.

buitre

La agonía que vive África, y especialmente el África Subsahariana o Negra, es dramática. Miles de niños mueren a diario de hambre (a pesar de que tenemos comida suficiente para alimentar al doble de la población mundial actual) o de enfermedades curables (por ejemplo de polio, cuya vacuna cuesta un euro). Además, la situación política y bélica es tan extrema (corrupción generalizada, guerras civiles, guerras interestatales, contínuos golpes de estado…) que los analistas hablan de «Guerra Mundial Africana» y la comparan con la Europa de la Primera Guerra Mundial. Es normal que millones de personas emigren de allí porque las condiciones son infrahumanas. El África Negra es el infierno en la Tierra.

Como cristiano que soy, creo que todas las personas tenemos el mandato de amar al prójimo. Y desde un punto de vista ético, tenemos la responsabilidad de mejorar nuestro entorno en medida de nuestras posibilidades y de legar un mundo mejor a nuestros hijos. Es por ello que abogo por un Plan Marshall para África. Creo que todas las naciones desarrolladas deberíamos aportar dinero para rescatar de la miseria a este continente. No haría falta ningún esfuerzo sobrehumano para lograrlo. Bastaría con que un año redújesemos a la mitad el presupuesto destinado al armamento.  O incluso, para acabar con el hambre en el mundo, bastaría con la mitad del dinero que le hemos entregado a los bancos y cajas de ahorros.

Por supuesto, debería vigilarse escrupulosamente adónde va a parar el dinero. No sirve para nada si al final acaba en el bolsillo de los dictadorzuelos de turno. Además, urge un Tribunal Penal Internacional (TPI) realmente operativo que acabe con la impunidad de los políticos que roban y asesinan. Pero el problema es que los poderosos del mundo no quieren justicia para África. Al contrario. Están perpetrando un genocidio: están convenciendo al mundo de que allí la gente se está muriendo de SIDA y no de hambre. Por tanto, en lugar de comida ahora se envían condones y se convence a los locales para que no se reproduzcan. Así, se controla la superpoblación mundial. Un plan siniestro digno de los nazis.

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