¿Sabías que la Bíblia Parva prueba que en Valéncia se hablaba valenciano antes de Jaime I?

Sant Pere Pasqual (Valéncia, 1227-Granada, 1300) es el protagonista de la historia de hoy. Este hombre nació el Cap i Casal en 1227. Es decir, que cuando el rey Jaime I reconquistó para la cristiandad el Reino de Valéncia en 1238 él era un niño de unos once años.

Los padres de Sant Pere Pasqual eran mozárabes valencianos, protectores y patronos de la Iglesia del Santo Sepulcro. El joven Pere aprendió el valenciano que le enseñaban sus padres y que hablaban los mozárabes valencianos durante el tiempo de la dominación musulmana.

Sant Pere Pasqual fue nombrado canónigo de la Catedral de Valéncia por Jaime I, estudió teología en la Universidad de París, y posteriormente fue ordenado obispo de Jaén por el papa Bonifacio VIII. Murió mártir en Granada en el año 1300, que por entonces aún era islámica.

Sant Pere es célebre por ser el autor de diversas obras. Especialmente la Bíblia Parva (o Biblia pequeña), escrita en romance valenciano y publicada a mediados de siglo XIII: una especie de catecismo para que los cristianos defiendan su fe frente a musulmanes o judíos.

La Bíblia Parva es el primer gran libro escrito en valenciano de la historia. Además es el primer libro teológico-religioso en valenciano (mucho antes de que hubiera uno en catalán). Y por último demuestra que el valenciano ya se hablaba en Valéncia antes de Jaime I.

La obra de Sant Pere Pasqual es una de las pruebas más incontestables de que se hablaba valenciano antes de la Reconquista de 1238. Bajo el dominio de Al-Andalus, nunca llegó a desaparecer del todo el cristianismo como tampoco lo hizo el latín, que convivía con el árabe.

De hecho, escritores musulmanes, como Ibu-Albathar o Ibn-Sida, confirman la existencia de esta lengua romance prejaimina, a la que los moros denominaban «Al-Romia». Este latín con los siglos fue evolucionando hasta convertirse en la lengua valenciana.

Sant Pere Pasqual publicó su Biblia Parva a mediados del siglo XIII. Esto significa que tuvo que escribirla en su lengua natal (el valenciano, no el árabe) pues hubiera sido imposible aprender el catalán -hasta un nivel literario tan perfecto- en tan poco tiempo.

Y la escribió en valenciano porque era lo que se hablaba. ¿Qué sentido tiene escribir una Biblia para un pueblo que, según los catalanistas, era todo moro y no tenía cristianos ni mozárabes? ¿Y por qué en valenciano si, según los catalanistas, solamente se hablaba árabe?

Pese a esto los pancatalanistas niegan la existencia de la lengua valenciana, y la consideran un dialecto del catalán. Aducen que los guerreros analfabetos catalanes (Cataluña aún no existía) que venían con Jaime I (nacido en Motpellier) nos trajeron el catalán.

Historiadores como Antonio Ubieto y Ampar Cabanes demostraron que la influencia de los conquistadores catalanes fue mínima en número (se apunta a 660 guerreros analfabetos catalanes frente a una población de 24.000 almas sólo en la Ciudad de Valéncia).

Por lo visto estos conquistadores no eran mercenarios que venían a saquear y obtener un botín de guerra sino que venían a culturizar a una población musulmana más avanzada intelectualmente que el primitivo mundo cristiano del que provenían estos guerreros analfabetos.

La figura de Sant Pere desquicia a los integristas del catalanismo porque desmonta sus dogmas. Así Manuel Sanchis Guarner defiende que la Biblia Parva no presenta características lingüísticas valencianas. Basta con leerla para saber que esto es una burda mentira.

Otra crítica es que los textos más antiguos que se conservan son del siglo XV, por lo que no pudo ser escrito originalmente en el siglo XIII.  Pero esto es como decir que los textos aristotélicos son falsos porque no se conserva ninguno de la misma época de Aristóteles.

Pero el campeón del negacionismo es Jaume Riera i Sans, quien afirma nada menos que Sant Pere Pasqual es un personaje de ficción que en realidad nunca existió. ¡Y se queda tan pancho! ¡Oiga, pues para no existir sus huesos reposan en la Catedral de Baeza, en Jaén!

La figura de Sant Pere Pasqual ha sido objeto de diversos estudios. El más completo es el que Joan Costa i Català hizo en La Biblia Parva de Sant Pere Pasqual, un trabajo de investigación publicado por Lo Rat Penat en 1998. Recomendamos encarecidamente su lectura.

Fuentes consultadas:

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (I, II y III). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

García Sentandreu, Juan. Argumento nº9 contra la mentira de que el valenciano proviene del catalán. Blog de Juan García Sentandreu. Noviembre de 2011.

-Pedro Pascual. Wikipedia.

-Pasqual, Sant Pere. Biblia Parva. Introduccio i transcripcio de Joan Costa Catala. Lo Rat Penat. Valéncia, 1998.

Navarro, Javier. Quan el Papa Pio II ordenà traduir la Biblia Parva de la llengua valenciana a l’italià. El Periodic. 17-2-2017.

-Riera, Jaume. La invenció literària de Sant Pere Pasqual. Caplletra nº 1. Octubre de 1986.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anúbar. Zaragoza, 1979-1981.

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¿Sabías que la genética desmiente la teoría de la repoblación catalana del Reino de Valéncia?

Agradecimientos a Joan Ignaci Culla (Almàssera).

De acuerdo con la teoría catalanista, los valencianos hablamos catalán porque el rey Jaime I trajo consigo durante la Reconquista oleadas de catalanes que nos legaron su idioma y que colonizaron esta tierra. Este flujo migratorio por el que cientos de miles o incluso millones de catalanes se habrían instalado en el Reino de Valéncia habría sido una constante no sólo en el momento de la Reconquista (siglo XIII) sino en siglos sucesivos.

Nosotros sabemos que tal repoblación masiva es un fraude histórico. Y lo sabemos porque los censos poblacionales de la época (Llibre del Repartiment o Libro del Repartimiento y Llibres dels Aveïnaments o Libros de Avecindamientos ) así como los estudios de historiadores como Menéndez Pidal, Antonio Ubieto o Ampar Cabanes, señalan que los pobladores catalanes serían, como mucho, el 5% del total de colonos.

Pero los catalanistas son los primeros que a base de repetirlas mil veces se acaban creyendo sus propias mentiras. Esto le ocurrió a Francesc Calafell, investigador del Institut de Biologia Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra y catalán para más señas. Él realizó un estudio genético de la población valenciana y catalana con la intención de certificar la teoría catalanista de la repoblación pero el estudio acabó certificando todo lo contrario en 2013.

En el estudio se buscaban vínculos genéticos comparando los genes de valencianos y catalanes. Pero no los de los apellidados García, López, Hernández, etcétera, cuyo linaje nos habla de un origen castellano. No. Examinaron sujetos con apellidos según ellos catalanes: Pitarch, Cardona, Adell, Ferrer, etc. Pero el resultado no fue el esperado. Francesc Calafell declaró: “No encontramos vínculos genéticos entre Cataluña y el País Valencià”.

¿Pero hasta qué punto es fiable la genética? Veamos el caso del hombre de Ötzi, un varón de hace cerca de 5.500 años que unos alpinistas encontraron congelado en las montañas en la frontera entre Austria e Italia. Tras realizar estudios genéticos a 3.700 austríacos y compararlos con los genes del cadáver se descubrió que 19 personas tenían vínculos genéticos. Vamos, que 5.500 años después, los científicos corroboraron que 19 personas son descendientes del hombre de Ötzi.

Siendo así de fiable deberíamos poder encontrar vínculos genéticos entre valencianos y catalanes. Primero, porque son dos regiones vecinas. Segundo, porque la supuesta repoblación de los catalanes fue masiva. Y tercero, porque el período de tiempo es mucho menor que el del caso de Otzi: sólo 800 años entre la supuesta repoblación y el presente. El resultado: “No encontramos vínculos genéticos entre Cataluña y el País Valencià”.

No es el único estudio genético que desmiente la tesis catalanista de la repoblación. En diciembre de 2001 Carlos A. Flores Infante presentó en la Universidad de La Laguna (Tenerife) su tesis doctoral Composición genética y posible origen paterno de las poblaciones humanas canarias, deducidos de su polimorfismo en el cromosoma Y. El cromosoma Y es el del varón y revela la influencia genética del padre.

En el estudio hay una tabla de “Frecuencia (%) de haplotipos del cromosoma Y en la Península Ibérica y Normandía”, así como el resultado de la «distancias genéticas» entre las poblaciones estudiadas. De acuerdo al estudio con quien menos parentesco tenemos los valencianos es ¡con los catalanes! Nuestra lejanía genética con ellos es de 0,0781, bastante mayor que la que tenemos por ejemplo con gallegos (0’0492) o incluso vascos (0’0485).

Y como no hay dos sin tres, otro estudio genético desmiente al catalanismo. Un estudio de la Universidad de Oxford y de la de Santiago de Compostela de 2018 afirma que en la Península Ibérica hay más similitudes en el eje norte-sur que en el este-oeste y encontramos cinco grandes ejes verticales: el asturleonés-extremeño-suroeste, el cántabro-castellano-manchego-sudeste, el aragonés-valenciano, el catalán-balear y el galaico-portugués. Vamos, que Valéncia fue poblada por aragoneses y no por catalanes.

El estudio en cuestión se titula Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula (Patrones de diferenciación genética y huellas de migraciones históricas en la Península Ibérica) y es una obra de Clare Bycroft, Ceres Fernandez-Rozadilla, Clara Ruiz-Ponte, Inés Quintela-García, Ángel Carracedo, Peter Donnelly y Simon Myers.

Frente a tales resultados, el catalanismo argumenta que no hay una transmisión directa de los apellidos, y que las adopciones, violaciones, infidelidades o cambios de apellido rompen la cadena genética hasta el siglo XVI. Pero curiosamente esto no ocurre al comparar a los descendientes de mallorquines de La Marina Alta con los mallorquines actuales, donde sí hay parentesco genético por ejemplo en los portadores del apellido Alemany.

Así pues, y según Chimo Ferrer i Ferrer, sólo hay dos posibles conclusiones. O la violación de catalanas repobladoras y el adulterio de las mismas catalanas residentes en Valéncia, añadido a la impotencia de los catalanes que no pudieron tener hijos, fueron una práctica masiva en el Reino de Valéncia hasta el siglo XVI (cosa que no sucedió con las mallorquinas) o no existió la hipotética repoblación catalana. Que cada uno saque sus conclusiones.

Fuentes consultadas:

Cerdà, Paco. Sin el ADN de los conquistadores. Levante-EMV. 9-12-2013.

-Cognoms catalans. Estudi genètic dels cognoms catalans, valencians i balears (página web oficial del estudio de Francesc Calafell).

-Ferrer, Chimo. ¿Fue la violación de catalanas repobladoras una costumbre valenciana arraigada? ¿Levante-EMV. Burbuja. 19-12-2013.

Jiménez, Javier. Donde genes, haz lo que vieres: las sorprendentes diferencias (y similitudes) genéticas dentro de la península ibérica. Xataca.

-Levante-EMV. Ötzy, ‘el hombre de hielo’, tiene 19 descendientes vivos. Levante-EMV. 16-10-2013.

O.R. Noelia. La genética desmonta los ‘países catalanes’: los valencianos, más próximos a los aragoneses. El Español. 9-2-2019.

V.V.A.A. Ötzi.Wikipedia.

-V.V.A.A. Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula. Biorxiv.

-V.V.A.A. Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula. Nature.

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¿Sabías que los más grandes intelectuales catalanes han negado la unidad de valenciano y catalán?

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Algunos de los más grandes intelectuales catalanes de todos los tiempos han negado, con mayor o menor intensidad, que catalán, valenciano y balear sean una única lengua.

«El catalán y el valenciano son dos formas de una misma rama idiomática; cada una con su personalidad, y cada una con su afinidad marcada». Son palabras del catalán Guillem Díaz Plaja, crítico, profesor y escritor, académico de la Real Academia Española (RAE) y miembro del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Palabras recogidas por Vicent Ramos en su libro Pancatalanismo entre valencianos (1978).

En la misma línea se pronunció en su Geografía General del Reino de Valencia (1920-1927) el historiador, bibliógrafo, político y escritor catalán Francesc Carreras i Candi: «Nadie podrá asegurar que el valenciano y el mallorquín sean dialectos del catalán. Los tres se han desarrollado con absoluta simultaneidad de tiempo y divergencias léxicas, sin influirse mutuamente».

Y continúa Carreras i Candi: «Nuestro juicio es aceptar una distinción racional entre valenciano, catalán y mallorquín, así en lo que concierne a sus variantes lingüísticas y también a su propia procedencia».

También Alexandre Cirici encontró diferencias notables entre ambas lenguas. En 1980, incluso llega a reconocer en su ponencia en la Asamblea de Parlamentarios del Consejo de Europa sobre lenguas minoritarias que los valencianos no consideran el catalán su lengua: «En cuanto al valenciano aquí la cosa es muy pintoresca. Verás: los catalanes escribimos en valenciano o leridano. La diferencia estriba en que nosotros pronunciamos de una forma mientras que los valencianos lo hacen tal como escriben. Es una cosa curiosa el hecho de que nuestra lengua ha tenido desarrollo literario a partir del valenciano, porque era el que se utilizaba en los documentos oficiales del pasado. De todas formas los valencianos, por tradición, consideran que hablan otra lengua diferente del catalán». Cirici es estudioso y crítico del arte, docente, diseñador gráfico, publicista y político.

Según algunos filólogos, una de las causas por las que avanza la castellanización de la sociedad valenciana es porque los niños no se identifican con el dialecto barcelonés que les imparten en la asignatura de valenciano.

El catalán Miquel Batllori también era consciente de ese fuerte rechazo social: «El catalán de Barcelona que se intenta imponer en Valencia y Baleares es un dialecto infecto e infame… es totalmente anticatalán ya que en esos lugares nunca se aceptará que un dialecto tan infecto como el de Barcelona se pueda imponer como lengua nacional». Estas palabras fueron recogidas por el diario Las Provincias el 2-11-1992. Batllori fue teólogo, historiador, escritor y un gran erudito que fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de 1995.

El miembro de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), Jordi Colomina, admitió (Actes de les Jornades sobre normes i planificació lingüístiques, 1994) que hay que forzar de forma artificial a los valencianos para que hablen como en Barcelona: «Ahora creo que ha llegado la hora de actuar sobre los hábitos ortográficos de los valencianos. Ya hemos conseguido una cierta tradición valenciana de escribir el valenciano de una determinada manera desde hace unos años, y se actuó con prudencia, pues se temía que los valencianos no aceptaran determinados cambios. Yo creo que ahora es el momento de introducir más cambios. Por ejemplo, la acentuación. Tenemos que acentuar todos igual, por tanto propongo que los occidentales tenemos que aceptar la norma oriental. Dicho entre paréntesis, la morfología verbal es la única cosa que aún no podemos unificar. El momento no es bueno todavía, no podemos. Creo que puede ser en 15 o 20 años si la comunicación sigue aumentando entre los países catalanes podremos alcanzar esa unificación. Éstas son unas propuestas para que los valencianos nos adaptemos a la ‘norma barcelonesa'».

FUENTE:

Las Provincias. 2-11-1992.

-Carreras i Candi, Francesc. Geografía General del Reino de Valencia. Ed. Martin. 1920-1927.

Ferrer, Josué. Els més grans intelectuals catalans han negat l’unitat de les llengüesValéncia hui. 3-6-2007.

-Ramos, Vicent. Pancatalanismo entre valencianos. Quiles. 1978.

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¿Sabías que varios académicos del IEC han negado la unidad de valenciano y catalán?

IEC

Aunque en la actualidad, el pancatalanismo afirma que la unidad de las lenguas valenciana y catalana es un hecho científico incuestionable, no siempre ha sido así. De hecho a lo largo de la historia ha habido diversos miembros ilustres del Institut d’Estudis Catalans (IEC) que han dejado entrever sus dudas.

Sin ir más lejos, el padre de la gramática catalana moderna y director del IEC Pompeu Fabra, afirmó en el periódico Avenç del 31 de marzo de 1881 que una misma ortografía para catalán, valenciano y mallorquín resulta imposible por ser «contra natura». Fabra anhelaba un acercamiento del valenciano al catalán pero era consciente de las fuertes diferencias que separaban a los dos idiomas: «Nosotros, catalanes, no desearíamos otra cosa sino que emprendiérais una obra de fuerte depuración de vuestro idioma, aunque no os preocupárais nada de acercaros a a nuestro catalán, que tratárais que descastellanizar el valenciano y enriqueciéndolo, procurar acercarlo al valenciano de vuestros grandes escritores medievales».

El rector de la Universidad de Barcelona y miembro del IEC, Antoni Badia Margarit, dice en su Gramática Histórica Catalana (1952): «No es el catalán una lengua románica que siempre haya estado entre las lenguas con personalidad propia: todo lo contrario, era considerado una variedad dialectal de la lengua provenzal, y sólo desde hace relativamente poco, ha merecido la categoría de lengua neolatina independiente». Por tanto, el Reino de Valencia no podía hablar catalán cuando se conquistó en 1238.

En la misma línea de Badia Margarit se pronunció también el catedrático de Literatura Catalana de la Universidad de Barcelona y presidente del IEC, Antoni Rubió i Lluch: «Joanot Martorell, autor de Tirant lo Blanch, es uno de los más importantes autores de la literatura en valenciano, y nunca pudo escribir ni inspirarse en el idioma catalán, ya que el catalán no existió como idioma en su tiempo» (Documents per a la història de la cultura catalana migeval, 1908).

El sacerdote, filólogo y lexicógrafo balear Antoni Maria Alcover, miembro también del IEC, afirmó en el prólogo de su Diccionari Català-Valencià-Balear (1963) que «si en algún tiempo ha existido la unidad lingüística, hoy en día eso no se puede afirmar seriamente».

El catedrático de Filología Valenciana y miembro del IEC, Manuel Sanchis Guarner, escribió: «La unidad absoluta de la lengua de Cataluña, Valencia y Mallorca es más bien un punto de llegada que no un punto de partida». También afirmó: «La lengua de los valencianos es el valenciano… Somos valencianos y nuestro idioma es el valenciano (…) Quien renuncia a su lengua renuncia a su patria y el que reniega de su patria es como el que reniega de su madre». Eso fue en su obra La llengua dels valencians (1933). Cabe recordar que en aquella época el literato Manuel Sanchis Guarner aún era valencianista. Fue en la década de los 60 cuando los catalanes comenzaron a seducirlo a base de premios literarios y decidió cambiar de bando.

Otro académico del IEC, el filólogo Joaquim Miret i Sans, hablando de un documento firmado en Alicante el año 1270, confiesa que ya en este tiempo había diferencia entre el valenciano y catalán. Dice este escritor catalán: «Si bien eran barceloneses los otorgantes, debe tenerse presente la influencia del notario, que era valenciano».

Puede que en la actualidad los pancatalanistas se burlen diciendo que asegurar que el valenciano es una lengua distinta del catalán es tanto como decir que «la Tierra es plana». En este caso, posiblemente deberíamos incluir también a un montón  de académicos ilustres del IEC dentro de lo que ellos denominan «caverna anticientífica».

FUENTE:

Ferrer, Josué. Varis acadèmics del IEC han negat l’unitat de les llengües. Valéncia hui. 25-2-2007.

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¿Sabías que el catalanismo es un movimiento imperialista y racista ya desde sus más tempranos inicios?

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El catalanismo es un nacionalismo expansionista, imperialista y racista desde su nacimiento a finales del XIX. Para muestra, un botón. El ideólogo catalán Enric Prat de la Riba en un artículo titulado Greater Catalonia (publicado en La Senyera, 12-1-1907) dijo: «Después de siglos de abatimiento e inconsciencia, sabemos que lo que ser catalanes significa. En un primer momento, este despertar fue provincianismo, fue regionalismo, porque provincia y región es el principado de Cataluña, como región es Mallorca, como región es Valencia. Hoy es ya una intuición de ser suprarregional, ya es nacionalismo, ya es afirmación de la personalidad catalana, ya no acaba en las fronteras de nuestra vieja provincia, sino que va más allá, hasta tocar  las palmeras de Murcia y, atravesando el mar, florece en los cielos de Mallorca. No tenemos  aún un nombre común (…) Mientras tanto, hagamos como los ingleses con su Greater Britannia, flor de imperio a punto de abrirse: hablemos de la Cataluña grande, que no es sólo el Principado, ni Mallorca, ni el Rosellón, ni Valencia, sino Valencia y Mallorca y el Principado y el Rosellón, todos a la vez. Todos somos unos, todos somos catalanes».

Este mismo ideólogo, Prat de la Riba, había escrito en 1906 una de las obras más referenciadas del catalanismo, La nacionalitat catalana, en la cual defendía que la aspiración de un nacionalismo político es conseguir un estado propio. Ahora bien ¿a qué tipo de nacionalismo hacía referencia Prat de la Riba? ¿A uno pacífico y democrático como el de India o a uno invasivo y agresor como el de Reino Unido? Dejemos que sea el propio autor el que nos lo aclare: «El imperialismo es el modo triunfal de un nacionalismo: del nacionalismo de un gran pueblo. (…) Dominar por la fuerza de la cultura servida y sostenida por la fuerza material, es el imperialismo moderno, el imperialismo integral, el de las grandes razas fuertes de ahora (…) El imperialismo [es] un aspecto del nacionalismo, un momento de la acción nacionalista: el momento que sigue al de plenitud de vida interior, cuando la fuerza interna de la nacionalidad, acumulada, irradia, sale de la madre, anega y fecunda las llanuras de su entorno». El catalanismo ha sido imperialista desde sus inicios; anhela una Gran Cataluña, un Imperio Catalán, camuflado bajo el eufemístico nombre de países catalanes.

Otro gran ideólogo del catalanismo es Antoni Rovira i Virgili, quien en su libro El nacionalismo catalán (1917) explicita la unidad lingüística para lograr la unidad política de los territorios deseados. «Cuando el dominio geográfico de un idioma nacional está netamente delimitado, coincide, en efecto, con el territorio de esta nacionalidad. (…) Unidos por el común origen, por la común historia y por el común lenguaje, los catalanes, los valencianos, los mallorquines y los roselloneses son un mismo pueblo, una nación única. (…). Y hoy, en Cataluña, ya no se dice mucho valencianos y mallorquines, sino catalanes de Valencia y catalanes de Mallorca. (…) Las Islas Baleares son la Cataluña insular, como el Principado y el Reino de Valencia son la Cataluña peninsular, como el departamento francés de los Pirineos es la Cataluña ultrapirenaica. [El catalanismo] es completa y fundamentalmente pancatalanista. (…) La raíz más profunda del pancatalanismo es indudablemente la comunidad del idioma. Porque el idioma es el lazo vivo que une a todos los catalanes de la amplia Cataluña nacional (…). Por la comunidad del idioma se llegará a la futura unidad política».

Ésta es la clave del proyecto catalanista: la lengua. De ahí el empecinamiento de los catalanistas en catalanizar las lenguas aragonesa, balear y valenciana y atribuir a estos idiomas una supuesta catalanidad que realmente no tienen. Este es el Caballo de Troya con el que el imperialismo catalán pretende colonizar las tierras vecinas. Con la excusa de la lengua se llega a afirmar que la paella es «gastronomía catalana» o la Lonja de Valencia «gótico catalán», aunque poco tengan que ver estas cosas con el idioma. Son numerosos los intelectuales del catalanismo que han defendido la existencia de la «raza catalana» como Valentí Almirall, Francesc Pi i Margall, Bartomeu Robert, Pompeu Gener, Josep Torras i Bages, J.Narcís Roca, Miquel dels Sants Oliver, Joan Maragall, Jaume Bofill, Doménec Martí, Josep A. Vandellós, Josep Puig i Cadafalch, Pere Martir Rossell, Carles Pi o Alexandre Cortada entre otros muchos. Los famosos países catalanes no es más que otra forma de referirse a la Gran Cataluña, cuyo nacionalismo odioso, imperialista y racista recuerda mucho a la Gran Serbia de Slobodan Milosevic y la Gran Alemania de Adolf Hitler.

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¿Sabías que Joan Fuster fue catalanista, valencianófobo, falangista, borracho, sodomita, efebomaníaco y putero?

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«Joan Fuster fue siempre un mediocre literato de escaso rigor intelectual, un voluntarista historicista que se presentó como con un tono mesiánico y al que le interesó poco la realidad histórica, la evolución cultural o el devenir humano». Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura 2010).

El escritor Joan Fuster (Sueca 1922-1992) es el principal gurú del pancatalanismo antivalenciano. Defendió que los valencianos no tenemos lengua ni cultura propias, que somos catalanes y pertenecemos a los países catalanes. De la Real Señera dijo que era la bandera «sólo de la ciudad de Valencia», del Himno Valenciano que era «una mierdecita», de la paella que era «una comida de pobres», de las falleras que son «un poco pendones» y de su propia ciudad, Sueca, que lo mejor que se podía hacer con ella «era pasar de largo». En su funeral su ataúd fue envuelto con la márfega catalana y se oyeron varios «¡Viva Cataluña!». Su valencianofobia recibió muchos premios y honores por parte del catalanismo oficial.

Pero la vida de este ilustre traidor al pueblo valenciano es una caja de sorpresas. Muchos de sus seguidores lo veneran por su ideología supuestamente izquierdista y progresista pero ignoran que en su juventud Joan Fuster estuvo afiliado a la Falange. Así, el de Sueca pasó del fascismo español más rancio y cavernícola al fascismo catalán más imperialista y valencianófobo. Además, el autor de Nosotros, los valencianos (Nosaltres, els valencians en catalán) tenía fama en su pueblo de ser alcohólico, sodomita, efebomaníaco y putero. Si un ídolo es el espejo en el que anhelan mirarse sus admiradores para tomar ejemplo, entonces la integridad personal, intelectual y moral de los fusterianos deja bastante que desear.

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¿Sabías que en los años 70 estuvo a punto de crearse la Academia de la Lengua Valenciana (ALV)?

XAVIER

En los tiempos en que Enric Monzonís (Unión de Centro Democrático (UCD)) fue presidente preautonómico del Reino de Valencia (1979-1982) se estuvo cerca de apuntalar la lengua valenciana. En el año 1979, tras una gran manifestación valencianista en que el pueblo salió a las calles a reivindicar el Reino de Valencia, la Real Señera y la lengua valenciana, el centrista Monzonís convocó a las entidades valencianistas para hacerles una oferta para consolidar el valenciano y desactivar el catalanismo: la creación de una Academia de la Lengua Valenciana (ALV).

Esta entidad se encargaría de codificar y regular nuestro idioma y estaría compuesta mayoritariamente por miembros valencianistas y por una minoría de catalanistas. Monzonís llegó a ofrecer incluso un cheque de 100.000 pesetas de la época para que los valencianistas pudieran sufragar los primeros gastos. Todos los representantes de entidades valencianistas estaban de acuerdo con la idea de Monzonís, a excepción de Paco Domingo, presidente de Valencia 2000, y de forma especial el poeta Xavier Casp, por entonces presidente de Lo Rat Penat.

Casp -que contaba con un gran liderazgo en el valencianismo- se negó a crear la entidad por que la consideraba una «medida política» y su negativa abortó la creación de la Academia de la Lengua Valenciana. Sin embargo, años más tarde -en 2001- sí que acabó ingresando en la Academia Valenciana de la Lengua (catalana, se entiende) a propuesta del presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana (Partido Popular (PP)). Al parecer la AVL no era «política» para Casp. La ALV fue una oportunidad histórica que el valencianismo no supo aprovechar.

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¿Sabías que las Normas de El Puig fueron oficiales en el Reino de Valencia?

MONSONÍS

En 1979 la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV) presentó un nuevo sistema de ortografía valenciana muy próximo al del filólogo Lluís Fullana de 1921, que fue aceptado prácticamente por unanimidad por todas las instituciones del momento, por los intelectuales, y el Consell Preautonòmic. El 7 de marzo de 1981, en el Monasterio de El Puig fueron oficializadas las Normas de El Puig, que fueron aceptadas por la RACV, Lo Rat Penat, por la Comisión Mixta de Bilingüismo y publicadas por la Secretaría General Técnica de la Conselleria de Educació del joven gobierno valenciano, como ahora veremos.

De esta manera, las Normas de El Puig (que son las aplicadas al valenciano, entendiéndolo como una lengua independiente y diferenciada del catalán) fueron oficiales en el Reino de Valencia durante el gobierno de Enric Monzonís (Unión de Centro Democrático (UCD), presidente del Consell Preautonòmic del País Valencià, entre 1979 y 1982. Fue precisamente gracias a Monzonís que la normativa del auténtico idioma valenciano fue oficial en el Consell Preautonòmic -la actual Generalitat Valenciana-, además de en las Diputaciones de Castelló, Valéncia y Alacant, y en numerosos Ayuntamientos del Reino de Valéncia.

La entonces consellera de Educación, Ampar Cabanes (UCD), apostó por la lengua valenciana frente al catalán. Se llegó incluso a enseñar valenciano en las escuelas según las Normas de El Puig entre 1982 y 1983. Sin embargo, la victoria del socialista Joan Lerma en las elecciones autonómicas de 1982 desterró el valenciano. Su conseller de Cultura, el exalcalde franquista de Picaña Ciprià Císcar, declaró: «Mientras yo sea conseller, en Valencia se hablará el catalán». Así se apostó por la normativa del Institut d’Estudis Catalans (IEC) y se empezó a enseñar barcelonés en las escuelas.

Los posteriores gobiernos del Partido Popular (PP) consolidaron el catalán en las aulas y medios de comunicación. Los populares llegaron incluso a crear (1998) e incluir en el Estatuto (2006) a la catalanista Academia Valenciana de la Lengua (AVL). Pese a ello, el Colegio García Broch, centro privado concertado en Valencia capital, sigue enseñando lengua valenciana actualmente. La oficialidad de las Normas de El Puig entre 1979 y 1982 desmonta las argumentos catalanistas que aseguran que un idioma valenciano independiente del catalán es una pseudolengua inventada que no existe.

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¿Sabías que en valenciano se dice vacacions y no vacances?

CULLERA-PLAJA-PLENA-

Agradecimientos a Joan Vanrell Nadal (Valencia).

Uno de los barbarismos más extendidos en la lengua valenciana es la palabra vacances, un galicismo introducido al catalán por el químico Pompeu Fabra. El término correcto es vacacions (vacaciones, en castellano) que, en contra de lo que pueda parecer, no es un castellanismo. El vocablo vacacions proviene del latín vacatio, vacationis. Es de hecho la misma raíz latina que oratio, orationis, de la que deriva la palabra oracions (oraciones, en español). Si a partir de oratio, orationis decimos oracions (y no orances) entonces por la misma regla de tres de vacatio, vacationis debemos decir vacacions (y no vacances).

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¿Sabías que un valenciano catalanista es como un judío nazi?

HITLER

“Un valenciano que se considera catalán es como un judío admirador de Adolf Hitler”. Así de contundente se expresó el historiador, literato y periodista César Vidal. Y es que el pancatalanismo tiene muchas semejanzas con el nacional-socialismo y con la figura del dictador alemán. El nazismo quería exterminar a los judíos y borrarlos de la faz de la Tierra y el pancatalanismo desea aplicar «la solución final» a la lengua y cultura valencianas. El nazismo basaba su doctrina en una historia manipulada basada en mitos, leyendas y falsedades tal y como lo hacen hoy día los catalanistas con su historia inventada. Hitler nació en Austria pero traicionó a su patria ya que se sentía alemán. De hecho fue el artífice de que Austria fuera anexionada por Alemania. Hay algunos valencianos como el autor Joan Fuster o el editor Eliseu Climent que como Hitler piensan que lo mejor que le puede ocurrir a Valencia es desaparecer para que sea absorbida por Cataluña. Hitler decía: “En Austria hablan alemán, son alemanes”. Con esa excusa acabó invadiendo un país que hablaba checo. También el pancatalanismo emplea la excusa del idioma para intentar devorar países vecinos que no hablan catalán.

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