ETA muda de piel.

La banda terrorista ETA ha anunciado hace unos días el fin definitivo de la lucha armada y sin contrapartidas (al menos que sepamos). Después de 40 años de terrorismo y más de 1000 asesinatos, todos soñábamos con el día en que esto ocurriera. Pero no se ha celebrado con alegría sino que la noticia se ha recibido con un profundo escepticismo. No es para menos. Ya estamos acostumbrados a que ETA nos engañe, a que declare treguas unilaterales que nunca son tales. Parece que esta vez es la buena, habida cuenta del circo mediático que han montado con los mediadores internacionales. ¿Es el fin de ETA? Ojalá, pero lo cierto es que todavía ni se ha disuelto ni ha entregado las armas ni ha pedido perdón.

El otro día estaba viendo un reportaje sobre el mundo de la prostitución. La periodista le preguntaba a la meretriz si no le gustaría dedicarse a otra cosa. La respuesta fue buenísima: «Si es ganando lo mismo, sí». Los etarras han tenido en los últimos años un elevado tren de vida. Cuesta creer que de la noche a la mañana se vayan a conformar con un empleo mileurista en una tienda de electrodomésticos. ETA no va a desaparecer, simplemente se va a reconvertir en mafia organizada dedicada al tráfico de armas y de drogas. Exactamente igual que pasó con el IRA en Irlanda. Otro ejemplo es la UÇK: todos los ex-terroristas kosovares los tenemos ahora en España asaltando chalets con una violencia extrema.

La serpiente muda de piel. Los etarras hace tiempo que controlan la cocaína en Euskadi; era una fuente de financiación para la lucha armada y a partir de ahora su nueva ocupación.  Adiós al menos al terrorismo, a los coches bomba y los tiros en la nuca. Alegrémonos por la parte que nos toca. Adiós también al eslabón que conectaba a la ultraderecha española y la ultraizquierda vasca; esos extremistas que abominan los crímenes de ETA pero se niegan a condenar los crímenes del franquismo y viceversa. No me extraña que la caverna españolista esté disgustada: ahora que la banda asesina deja de existir como tal ¿cuál será la excusa que invente esta vez para negar el universal derecho de autodeterminación al pueblo vasco?

Euskadi: los pieles roja de Europa.

Entre un cielo gris como la ceniza y las praderas verdes existe un pueblo al que el cineasta Orson Welles ya retrató como distinto de cualquier otro. Los vascos no son españoles ni franceses. Los vascos son vascos. Son diferentes. Un pueblo aborigen heredero de los antiguos vascones. Ellos son los auténticos pieles roja de Europa.

El actual Euskadi nace en los años 70 con la fusión de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. Su nacionalismo expansionista no obstante trata de anexionarse Iparralde y Navarra. Tristemente ETA es la imagen de Euskadi en el mundo. La banda terrorista ha asesinado a un millar de personas y hace que la gente esté muerta de miedo.

Los vascos son profundamente raros, cerrados, conservadores y tradicionalistas. Existe un fuerte sentimiento de pertenencia al grupo y pánico a quedarse fuera del mismo. Allí prima una mentalidad donde lo que importa es el colectivo y el individuo no cuenta. Son patriotas orgullosos de ser vascos y están apegados a su tierra.

Su lengua es extrañísima, más antigua que el latín y sin conexión con ninguna otra. Se compone de siete dialectos entre los cuales hay más diferencias que entre italiano y español. Sus históricos privilegios forales han forjado una patria industriosa y rica. Es un pueblo profundamente trabajador con una economía robusta.

Álava tiene la capital administrativa, Bilbao la musculatura industrial y financiera y la bellísima San Sebastián es la agitadora cultural en cine, música y arte. Patria fecunda en literatos como Nicolás de Ormaetxea, Gabriel Aresti, Bernardo Atxaga, Sabino Arana, Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Blas de Otero, etc.

En esta ancestral tierra existe un conflicto vasco-español o vasco-vasco, que de todo hay, entre quienes desean la independencia y quienes se oponen a ella. Los vascos gozan de una de las identidades más acusadas del orbe y tienen derecho a decidir su futuro en paz. Es sólo una cuestión de tiempo que sean una nación libre.

León: el reino olvidado.

Castilla y León es una autonomía singular y no sólo por su vasta extensión territorial (comparable a Portugal o Bulgaria) ni tan siquiera por haber devenido en la madre -y madrastra- de España, sino por encarnar la fusión de dos viejos reinos de taifas que antaño combatieron contra Al-Andalus: el de Castilla y el de León.

La creación de las autonomías en España en los años 70 fue una locura: se fusionaron León y Castilla, se negó la condición de nacionalidad histórica a tierras que lo son (Navarra, Valencia…) y se concedió a otras sin serlo (País Vasco, Cataluña…) y de la noche a la mañana se crearon territorios nunca vistos, como Madrid.

León clama por la autonomía. El regionalismo leonés pugna por unificar Salamanca, Zamora y León para constituir un País Leonés independiente de Castilla pero no de España. Es justo. León fue un histórico reino por centurias y merece mejor suerte que la de acabar como un triste apéndice de la centralista Castilla.

El país está relacionado en historia, tradición y cultura con otros pueblos peninsulares pues conserva una lengua propia -el leonés-, emparentada con el bable, el cántabro, el castúo y el mirandés. El leonés -al borde la extinción por la presión castellana- es un precioso tesoro cultural que merece preservarse a toda costa.

Las fronteras del País Leonés son motivo de controversia. En Salamanca y Zamora existen recelos para unirse a León. Además, el antiguo reino leonés fue anexionado por Castilla  (aunque también Navarra y hoy dispone de autonomía propia) y tierras como Galicia o Asturias pertenecieron en su momento al histórico León.

Aunque no se mantengan las  fronteras históricas de los antiguos reinos es justo crear el País Leonés. Castilla, Aragón, Navarra, Valencia, Baleares… Todos los antiguos reinos se han dotado de un marco geopolítico propio. Todos excepto León. Por historia, tradición, identidad y cultura el Reino de León debe volver a la vida.

La encrucijada vasca.

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Tras la declaración del alto el fuego permanente de ETA, el pueblo vasco se encamina a una encrucijada. ETA se encuentra cada vez más débil desde la muerte de Miguel Ángel Blanco y la nueva coyuntura internacional que supuso los atentados del 11-S. Dos sendas llevan a la paz, la de los halcones que no quieren negociar con los terroristas y apuestan exclusivamente por la vía policial para vencerles (aunque costaría mucho tiempo) , y la de las palomas que apuestan por una solución dialogada y razonable (lo cual acortaría los plazos para la paz).

A favor de las palomas cabría decir que si no se hubiese negociado, actualmente seguiría habiendo terrorismo en Irlanda, Quebec, Córcega o Italia. ETA está muy débil y anhela rendirse aunque no puede ya que tras 40 años de lucha armada sus directores no pueden dejar las armas sin obtener nada, puesto que sus bases sociales les echarían en cara esta rendición incondicional y les acusarían de alta traición. ETA necesita tener algo en las manos para mostrarlo como un trofeo a sus acólitos, algo que pudiera justificar poner fin a tantas décadas de lucha.

Se podría llegar a una solución intermedia y consensuada que satisficiera a todas las partes y diese lugar a la paz. Tal vez una mejora del autogobierno, un nuevo Estatuto vasco, el acercamiento de los presos a Euskadi, la amnistía para reos que no tengan las manos manchadas de sangre, etc. Términos inaceptables para el Estado Español y especialmente para las víctimas serían la excarcelación de los asesinos, la independencia de Euskadi o la anexión de Navarra y de Iparralde (en el Estado Francés) dentro de la actual Comunidad Autónoma Vasca.

A favor de los halcones destacaría la inmoralidad que supone negociar con los pistoleros. Si no se negocia con los mafiosos ni con los violadores ni con los estafadores… ¿por qué debiera ser diferente con los terroristas? El hecho de hacer concesiones o pagar precios políticos a cambio del fin de la violencia es de una ética dudosa. La sensación de impunidad podría crear una fractura social irreconciliable al estilo de la de las dos Españas, en la que el avasallamiento de los vencedores sobre los vencidos durante la dictadura alimenta el rencor aún hoy.

Además se corre el serio riesgo de que ésta sea una nueva tregua trampa o de que en caso de no serlo ETA se disuelva como banda terrorista pero se reconvierta a mafia dedicada al narcotráfico, las extorsiones, casinos… Y así como en Irlanda la entrega de armas del IRA ha sido poco transparente, seguramente ocurriría igual con ETA. Los halcones o las palomas, el estado de derecho o el diálogo, el camino largo o el corto. Ambos tienen sus ventajas y sus riesgos… Los vascos deben decidir ahora que senda tomar… El futuro y la paz les va en ello.

 

FONT: Llengua Valenciana Blogspot. 11-4-2006.

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