No hay bandera nacional que represente mejor a su pueblo que la ucraniana. Así como esta flámula se encuentra dividida en dos mitades (azul y amarilla) también su sociedad está fracturada en dos facciones irreconciliables: la que habla ucraniano (prooccidental y proeuropea) y la que habla ruso (simpatizante de Moscú).
Antaño los rusófonos tenían todo el poder y despreciaban a los ucranioparlantes pero desde la independencia del país en 1991 la única lengua oficial es el ucraniano y los rusoparlantes un remanente colonial que desaparecerá por relevo generacional. La minoría tártara, con su lengua propia, es la tercera en discordia allí.
El país es de vital importancia estratégica para todo el mundo: heredó buena parte del arsenal atómico de la desaparecida Unión Soviética, por su territorio pasa uno de los gasoductos más importantes de Europa y además tiene frontera directa con Rusia, lo cual es una maldición que sólo le ha traído una pesadilla tras otra.
El imperialismo ruso causó estragos: en 1932 el estalinismo fabricó una hambruna que mató 10 millones de almas, luego la gente pasó hambre por décadas bajo el comunismo y encima sufrió el accidente de Chernobil de 1986. Incluso hoy es uno de los países más pobres de Europa, con un capitalismo salvaje que lo privatiza todo.
Es el segundo estado más grande de Europa -por detrás de Rusia-, un país rural con una tierra negra donde se cosechan los mejores cereales del planeta, también una sociedad sin alma donde prolifera desbocado el ateísmo y una patria en cuyas ciudades pasean espectaculares mujeres rubias célebres por su belleza en todo el orbe.
Ateos o cristianos. Liberales o comunistas. Lengua ucraniana o rusa. Bruselas o Moscú. OTAN o Rusia. Todo en Ucrania es bipolar. Ojalá algún día esta ignominiosa página de su historia sea sólo un mal sueño y Ucrania sea una patria unida asentada sobre sus señas de identidad, el amor propio y el orgullo de ser nación.
Sep 05, 2010 @ 08:52:28
Ucrania como todos los países ex-soviéticos adolece de grandes males, entre ellos el colonianismo ruso durante décadas, el estatalismo y los estragos ecológicos. Todavía hoy perviven esas lacras.
No creo que Ucrania, y en general cualquier país europeo, sea capitalista en el sentido de tener un mercado libre de injerencias gubernamentales. En Ucrania al igual que en Rusia y demás naciones orientales y de forma más acusada que en Europa occidental, el estado lo controla todo. El gobierno regula todas las actividades económicas, favorece los monopolios públicos y privados y burocratiza la vida de los particulares. En ese caso no se puede hablar de capitalismo como sinónimo de librecambismo, si no de capitalismo como una suerte de «corporate welfare» o de «capitalismo de estado». Paradójicamente las naciones más capitalistas, es decir, librecambistas, de Europa son aquellas que tienen un estado de bienestar desarrollado y estable, Suiza, los Países Bajos, Suecia, Noruega y Dinamarca.
Que el ateísmo esté tan extendido en los estados antiguamente comunistas no es casualidad. Chequia tiene un porcentaje de ateos, si no el más alto, de los mayores de Europa. Ucrania o las repúblicas bálticas son otros grandes ejemplos. El comunismo era enemigo del cristianismo y de otras religiones monoteístas, los soviets querían derribar a Dios de su altar para instaurar en su lugar el culto al estado y al líder.
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Feb 19, 2014 @ 14:22:14
Edito:
Añadimos un vídeo que explica en 60 segundos los motivos de la crisis política que Ucrania vive en estos días de violencia.
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