Falacia atea: Un Dios perfecto no puede existir.

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El argumento ontológico para la existencia de Dios es un argumento filosófico controvertido. Fue expuesto por primera vez por el filósofo Avicena en El libro de la curación, aunque la propuesta más famosa es la de San Anselmo de Canterbury en su obra Proslogion. A continuación intentaré explicar qué plantea:

1. Si nos ponemos a pensar en la cosa más grandiosa tal que nada más grandioso (perfecto) pudiera pensarse (aliquid quo nihil majus cogitari possit) nos viene a la cabeza la idea de Dios. Si tenemos en cuenta que el Señor es omnipotente, omnisciente y omnipresente, parece más que obvio que Dios es lo máximo pensable.

2. Así, como mínimo Dios existe en mi mente (o entendimiento) ya que puedo pensar en él (es un contenido mental) pero si existiese además fuera de él (en el mundo real) sería aún más grandioso (perfecto). Si tenemos dos objetos, uno que existe y otro que no, es evidente que el que existe es más perfecto que el que no existe.

3. Si Dios sólo existiera en mi mente cabría pensar en otro ser superior a él que existiera también en la realidad. Pero como Dios es lo máximamente pensable (lo más perfecto que cabe concebir) ha de existir también en la realidad ya que si no no sería lo máximamente pensable. En consecuencia, Dios necesariamente debe existir.

El argumento ontológico ha sido fuertemente criticado pero aún pervive con fuerza. Yo admito que en sí mismo no demuestra la existencia de Dios (un unicornio que existe es más perfecto que uno imaginario pero no por ello existen los unicornios), pero no deja de ser otro argumento más digno al menos de mención.

Puede que sea uno de los razonamientos teístas más débiles pero lo que me parece interesante de este planteamiento es no tanto que demuestre la existencia del Señor (cosa que no hace) sino que de alguna manera viene a desmontar esa falacia atea de que no puede existir un Dios perfecto. Dios, si existe, debe ser perfecto.

FUENTE: Blog Más Filosofía.

 

FUENTE: Por qué dejé de ser ateo de Josué Ferrer.

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Falacia atea: Dios es malvado porque creó el mal.

 

Circula en internet un espectacular vídeo publicitario del Congreso Razón y fe que la Universidad de Lima organizó en 2009. En él se ven imágenes en blanco y negro de un maestro de escuela que está hablando en alemán a sus alumnos y les dice que va a probar que si Dios existe es malo. El maestro les explica que si Dios lo ha creado todo, en ese caso también ha creado el mal, lo cual le convierte en un ser perverso. Entonces uno de los niños se pone en pie y le pregunta al maestro si existe el frío. El mentor, sorprendido, le responde que sí, que naturalmente que existe.

El niño le replica que según las leyes de la física el frío no existe, que lo que nosotros entendemos como frío es en realidad ausencia de calor. Acto seguido le pregunta a su profesor si existe la oscuridad, a lo cual responde afirmativamente. Nuevamente el niño le aclara que la oscuridad como tal no existe, que realmente es ausencia de luz y que así como no existe la oscuridad tampoco existe el mal, que Dios no ha creado el mal y éste es el resultado de que el hombre no tenga el amor de Dios en su corazón. El niño se sienta en el pupitre. Su nombre es Albert Einstein.

No sé si la anécdota es real o ficticia. Lo que sí sé es que muchos acusan Dios de malvado porque entre otras cosas creó al demonio. Pero el Señor jamás creó ningún demonio. Creó ángeles y un tercio de los cuales decidió rebelarse contra el orden del Señor. Fueron creados como ángeles pero se convirtieron en diablos por voluntad propia. De igual modo tampoco creó la maldad, que es ausencia de bien. ¿Qué sentido tiene que los humanos nos apartemos voluntariamente de Dios (como hicieron los demonios) y luego le culpemos del mal que se extiende por el orbe?

 

FUENTE: Por qué dejé de ser ateo de Josué Ferrer.

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