¿Sabías que los valencianos tenemos mucho más en común con los árabes que con los catalanes?

La propaganda del catalanismo oficial repite una y otra vez que valencianos y catalanes compartimos una misma identidad, lengua y cultura. En teoría Valéncia habría sido repoblada por catalanes, que nos habrían legado su saber. En esencia el truco pasa por considerar catalán todo. Por ejemplo si un baile es típico de Cataluña entonces es cultura catalana. Pero si otro baile diferente es privativo de Valéncia también es cultura catalana. En realidad los valencianos tenemos mucho más en común con los árabes que con los catalanes.

Pese a que se repite por activa y por pasiva que el rey Jaime I fundó el Reino de Valéncia en 1238 esto es una mentira histórica porque el Reino de Valéncia ya existía mucho antes. Cuando Jaime I el Conquistador (que no el Fundador, porque él conquistaba reinos, no los fundaba) entra en Valéncia en 1238, esta ciudad no era una república ni una comuna anarquista sino un reino de taifa (como casi todos los de la época). El último rey musulmán de Valéncia fue Zayyan ibn Mardanish, que se rindió a Jaime I.

Decimos el último porque no fue el único. De hecho el Reino de Valéncia -o Taifa de Balansiya- fue una ciudad-Estado gobernada por reyes musulmanes durante muchos siglos. En los siglos X y XI Balansiya era culturalmente tan importante como Alejandría, Bagdad, Córdoba o Granada. Durante todo este tiempo se siguió hablando, junto con el árabe, el latín, que acabó derivando en valenciano siglos antes de nacer Jaime I. Existen diversas jarchas que lo corroboran, como la de Ibn Sida, un escritor de Dénia del siglo XI.

Los poetas árabes valencianos constituyeron una verdadera escuela propia donde su poesía, que tanto en árabe como en mozárabe o lengua valenciana, que tuvo su máximo esplendor en los siglos X, XI y XII.  Podemos citar poetas y escritores como Abddallah Ben Adderraman, Abdallah Ben Soleiman, Abu Isa Ibn Labbun, Ibn Ruahinde, Ibn Al Labbana, Ibn Al Zaqqaq, Al Russafi, Abu Salt Umayya, etcétera. Hablamos de autores nacidos o residentes en nuestra tierra, a la que amaban puesto que era también la suya.

Por encima de todos ellos destaca Ibn Jafaya, que era de Alzira y está considerado el más grande poeta de la historia de Al-Andalus y uno de los grandes de la poesía árabe de todos los tiempos. También Abu Walit Al Waqqachi (el autor del Cantar de Mío Cid, según Dolores Oliver Pérez, profesora de la Universidad de Valladolid), Abd Allah Ben Isa (gran jurisconsulto), Abd Allah Ben Jahia Alhadh (el más grande filólogo árabe), Aben Al Abbar y Al Idrisi (historiadores) o Abd Allah Ben Mohamed (filósofo).

Los árabes estuvieron siglos entre nosotros y eso se nota por ejemplo en los miles de arabismos presentes en la lengua valenciana (albelló, aljup, alqueria, garrofa…), mientras que por centurias los catalanes estuvieron más influenciados por los francos. Desde el punto de vista toponímico la cosa es aún más impresionante. Casi todos los topónimos valencianos que comienzan por Al (Algemesí, Alginet…) o Ben (Benimodo, Benimuslem…) denotan un origen árabe y no son los únicos puesto que hay muchísimos más.

El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valéncia, que es el más antiguo de Europa. El Palmeral de Elig, el mayor de Europa. La primera fábrica de papel de Europa fue la de Abú Masaifa (Xàtiva, siglo XI). Grandes médicos como Ibn Tumlus, Abú Salt o Abd-al Wadüd b Abd-al Malik. El molino hidráulico y técnicas modernas de agricultura y regadío que hicieron de Valéncia un vergel de naranjos. La alcachofa en Benicarló. Trajeron el ajedrez indio. ¡Hasta el panquemado y la mona de Pascua se los debemos a ellos!

Desde la llegada de los árabes a la Península Ibérica en 711, la relación de los valencianos con ellos ha sido intensa justo hasta el final. En 1609 el rey Felipe III firmó la expulsión de los moriscos. Del conjunto de las Españas fueron expulsados 300.000 moriscos (a Valéncia le correspondieron 150.000, a Aragón 70.000 y a Cataluña 8.000); expulsión que supuso la inmediata decadencia de nuestro reino. Los árabes han dejado una huella imborrable en la cultura valenciana, cosa que no podemos decir de los catalanes.

Fuentes consultadas:

Aimeur, Carlos. El legado de los médicos musulmanes medievales renace tras siglos de olvido. Valencia Plaza. 13-5-2014.

Mourelle de Lema, Manuel. La identidad etnolingüística de Valencia. Desde la antigüedad hasta el siglo XIV. Grugalma. Madrid, 1996. Págs. 369-390.

Peñarroja, Leopoldo. Cristianismo valenciano. De los orígenes al siglo XIII. Ajuntament de Valéncia. Valéncia, 2007.

-Peñarroja, Leopoldo. Cristianos bajo el Islam: los mozárabes hasta la reconquista de Valencia. Gredos. Madrid, 1993.

-Peñarroja, Leopoldo. El mozárabe de Valencia: nuevas cuestiones de fonología mozárabe. Gredos. Madrid, 1990.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anubar, 1979-1981.

-Universitat d’Alacant. El autor del Cantar de Mío Cid fue un musulmán afincado en Valencia en vida de Rodrigo Díaz de Vivar. Universitat d’Alacant. Alacant, 30-3-2009.

-Valencia Canta. El origen valenciano de la Mona de Pascua. Blog Valencia Canta. 24-4-2011.

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¿Sabías que la Bíblia Parva prueba que en Valéncia se hablaba valenciano antes de Jaime I?

Sant Pere Pasqual (Valéncia, 1227-Granada, 1300) es el protagonista de la historia de hoy. Este hombre nació el Cap i Casal en 1227. Es decir, que cuando el rey Jaime I reconquistó para la cristiandad el Reino de Valéncia en 1238 él era un niño de unos once años.

Los padres de Sant Pere Pasqual eran mozárabes valencianos, protectores y patronos de la Iglesia del Santo Sepulcro. El joven Pere aprendió el valenciano que le enseñaban sus padres y que hablaban los mozárabes valencianos durante el tiempo de la dominación musulmana.

Sant Pere Pasqual fue nombrado canónigo de la Catedral de Valéncia por Jaime I, estudió teología en la Universidad de París, y posteriormente fue ordenado obispo de Jaén por el papa Bonifacio VIII. Murió mártir en Granada en el año 1300, que por entonces aún era islámica.

Sant Pere es célebre por ser el autor de diversas obras. Especialmente la Bíblia Parva (o Biblia pequeña), escrita en romance valenciano y publicada a mediados de siglo XIII: una especie de catecismo para que los cristianos defiendan su fe frente a musulmanes o judíos.

La Bíblia Parva es el primer gran libro escrito en valenciano de la historia. Además es el primer libro teológico-religioso en valenciano (mucho antes de que hubiera uno en catalán). Y por último demuestra que el valenciano ya se hablaba en Valéncia antes de Jaime I.

La obra de Sant Pere Pasqual es una de las pruebas más incontestables de que se hablaba valenciano antes de la Reconquista de 1238. Bajo el dominio de Al-Andalus, nunca llegó a desaparecer del todo el cristianismo como tampoco lo hizo el latín, que convivía con el árabe.

De hecho, escritores musulmanes, como Ibu-Albathar o Ibn-Sida, confirman la existencia de esta lengua romance prejaimina, a la que los moros denominaban «Al-Romia». Este latín con los siglos fue evolucionando hasta convertirse en la lengua valenciana.

Sant Pere Pasqual publicó su Biblia Parva a mediados del siglo XIII. Esto significa que tuvo que escribirla en su lengua natal (el valenciano, no el árabe) pues hubiera sido imposible aprender el catalán -hasta un nivel literario tan perfecto- en tan poco tiempo.

Y la escribió en valenciano porque era lo que se hablaba. ¿Qué sentido tiene escribir una Biblia para un pueblo que, según los catalanistas, era todo moro y no tenía cristianos ni mozárabes? ¿Y por qué en valenciano si, según los catalanistas, solamente se hablaba árabe?

Pese a esto los pancatalanistas niegan la existencia de la lengua valenciana, y la consideran un dialecto del catalán. Aducen que los guerreros analfabetos catalanes (Cataluña aún no existía) que venían con Jaime I (nacido en Motpellier) nos trajeron el catalán.

Historiadores como Antonio Ubieto y Ampar Cabanes demostraron que la influencia de los conquistadores catalanes fue mínima en número (se apunta a 660 guerreros analfabetos catalanes frente a una población de 24.000 almas sólo en la Ciudad de Valéncia).

Por lo visto estos conquistadores no eran mercenarios que venían a saquear y obtener un botín de guerra sino que venían a culturizar a una población musulmana más avanzada intelectualmente que el primitivo mundo cristiano del que provenían estos guerreros analfabetos.

La figura de Sant Pere desquicia a los integristas del catalanismo porque desmonta sus dogmas. Así Manuel Sanchis Guarner defiende que la Biblia Parva no presenta características lingüísticas valencianas. Basta con leerla para saber que esto es una burda mentira.

Otra crítica es que los textos más antiguos que se conservan son del siglo XV, por lo que no pudo ser escrito originalmente en el siglo XIII.  Pero esto es como decir que los textos aristotélicos son falsos porque no se conserva ninguno de la misma época de Aristóteles.

Pero el campeón del negacionismo es Jaume Riera i Sans, quien afirma nada menos que Sant Pere Pasqual es un personaje de ficción que en realidad nunca existió. ¡Y se queda tan pancho! ¡Oiga, pues para no existir sus huesos reposan en la Catedral de Baeza, en Jaén!

La figura de Sant Pere Pasqual ha sido objeto de diversos estudios. El más completo es el que Joan Costa i Català hizo en La Biblia Parva de Sant Pere Pasqual, un trabajo de investigación publicado por Lo Rat Penat en 1998. Recomendamos encarecidamente su lectura.

Fuentes consultadas:

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (I, II y III). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

García Sentandreu, Juan. Argumento nº9 contra la mentira de que el valenciano proviene del catalán. Blog de Juan García Sentandreu. Noviembre de 2011.

-Pedro Pascual. Wikipedia.

-Pasqual, Sant Pere. Biblia Parva. Introduccio i transcripcio de Joan Costa Catala. Lo Rat Penat. Valéncia, 1998.

Navarro, Javier. Quan el Papa Pio II ordenà traduir la Biblia Parva de la llengua valenciana a l’italià. El Periodic. 17-2-2017.

-Riera, Jaume. La invenció literària de Sant Pere Pasqual. Caplletra nº 1. Octubre de 1986.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anúbar. Zaragoza, 1979-1981.

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¿Sabías que la genética desmiente la teoría de la repoblación catalana del Reino de Valéncia?

Agradecimientos a Joan Ignaci Culla (Almàssera).

De acuerdo con la teoría catalanista, los valencianos hablamos catalán porque el rey Jaime I trajo consigo durante la Reconquista oleadas de catalanes que nos legaron su idioma y que colonizaron esta tierra. Este flujo migratorio por el que cientos de miles o incluso millones de catalanes se habrían instalado en el Reino de Valéncia habría sido una constante no sólo en el momento de la Reconquista (siglo XIII) sino en siglos sucesivos.

Nosotros sabemos que tal repoblación masiva es un fraude histórico. Y lo sabemos porque los censos poblacionales de la época (Llibre del Repartiment o Libro del Repartimiento y Llibres dels Aveïnaments o Libros de Avecindamientos ) así como los estudios de historiadores como Menéndez Pidal, Antonio Ubieto o Ampar Cabanes, señalan que los pobladores catalanes serían, como mucho, el 5% del total de colonos.

Pero los catalanistas son los primeros que a base de repetirlas mil veces se acaban creyendo sus propias mentiras. Esto le ocurrió a Francesc Calafell, investigador del Institut de Biologia Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra y catalán para más señas. Él realizó un estudio genético de la población valenciana y catalana con la intención de certificar la teoría catalanista de la repoblación pero el estudio acabó certificando todo lo contrario en 2013.

En el estudio se buscaban vínculos genéticos comparando los genes de valencianos y catalanes. Pero no los de los apellidados García, López, Hernández, etcétera, cuyo linaje nos habla de un origen castellano. No. Examinaron sujetos con apellidos según ellos catalanes: Pitarch, Cardona, Adell, Ferrer, etc. Pero el resultado no fue el esperado. Francesc Calafell declaró: “No encontramos vínculos genéticos entre Cataluña y el País Valencià”.

¿Pero hasta qué punto es fiable la genética? Veamos el caso del hombre de Ötzi, un varón de hace cerca de 5.500 años que unos alpinistas encontraron congelado en las montañas en la frontera entre Austria e Italia. Tras realizar estudios genéticos a 3.700 austríacos y compararlos con los genes del cadáver se descubrió que 19 personas tenían vínculos genéticos. Vamos, que 5.500 años después, los científicos corroboraron que 19 personas son descendientes del hombre de Ötzi.

Siendo así de fiable deberíamos poder encontrar vínculos genéticos entre valencianos y catalanes. Primero, porque son dos regiones vecinas. Segundo, porque la supuesta repoblación de los catalanes fue masiva. Y tercero, porque el período de tiempo es mucho menor que el del caso de Otzi: sólo 800 años entre la supuesta repoblación y el presente. El resultado: “No encontramos vínculos genéticos entre Cataluña y el País Valencià”.

No es el único estudio genético que desmiente la tesis catalanista de la repoblación. En diciembre de 2001 Carlos A. Flores Infante presentó en la Universidad de La Laguna (Tenerife) su tesis doctoral Composición genética y posible origen paterno de las poblaciones humanas canarias, deducidos de su polimorfismo en el cromosoma Y. El cromosoma Y es el del varón y revela la influencia genética del padre.

En el estudio hay una tabla de “Frecuencia (%) de haplotipos del cromosoma Y en la Península Ibérica y Normandía”, así como el resultado de la «distancias genéticas» entre las poblaciones estudiadas. De acuerdo al estudio con quien menos parentesco tenemos los valencianos es ¡con los catalanes! Nuestra lejanía genética con ellos es de 0,0781, bastante mayor que la que tenemos por ejemplo con gallegos (0’0492) o incluso vascos (0’0485).

Y como no hay dos sin tres, otro estudio genético desmiente al catalanismo. Un estudio de la Universidad de Oxford y de la de Santiago de Compostela de 2018 afirma que en la Península Ibérica hay más similitudes en el eje norte-sur que en el este-oeste y encontramos cinco grandes ejes verticales: el asturleonés-extremeño-suroeste, el cántabro-castellano-manchego-sudeste, el aragonés-valenciano, el catalán-balear y el galaico-portugués. Vamos, que Valéncia fue poblada por aragoneses y no por catalanes.

El estudio en cuestión se titula Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula (Patrones de diferenciación genética y huellas de migraciones históricas en la Península Ibérica) y es una obra de Clare Bycroft, Ceres Fernandez-Rozadilla, Clara Ruiz-Ponte, Inés Quintela-García, Ángel Carracedo, Peter Donnelly y Simon Myers.

Frente a tales resultados, el catalanismo argumenta que no hay una transmisión directa de los apellidos, y que las adopciones, violaciones, infidelidades o cambios de apellido rompen la cadena genética hasta el siglo XVI. Pero curiosamente esto no ocurre al comparar a los descendientes de mallorquines de La Marina Alta con los mallorquines actuales, donde sí hay parentesco genético por ejemplo en los portadores del apellido Alemany.

Así pues, y según Chimo Ferrer i Ferrer, sólo hay dos posibles conclusiones. O la violación de catalanas repobladoras y el adulterio de las mismas catalanas residentes en Valéncia, añadido a la impotencia de los catalanes que no pudieron tener hijos, fueron una práctica masiva en el Reino de Valéncia hasta el siglo XVI (cosa que no sucedió con las mallorquinas) o no existió la hipotética repoblación catalana. Que cada uno saque sus conclusiones.

Fuentes consultadas:

Cerdà, Paco. Sin el ADN de los conquistadores. Levante-EMV. 9-12-2013.

-Cognoms catalans. Estudi genètic dels cognoms catalans, valencians i balears (página web oficial del estudio de Francesc Calafell).

-Ferrer, Chimo. ¿Fue la violación de catalanas repobladoras una costumbre valenciana arraigada? ¿Levante-EMV. Burbuja. 19-12-2013.

Jiménez, Javier. Donde genes, haz lo que vieres: las sorprendentes diferencias (y similitudes) genéticas dentro de la península ibérica. Xataca.

-Levante-EMV. Ötzy, ‘el hombre de hielo’, tiene 19 descendientes vivos. Levante-EMV. 16-10-2013.

O.R. Noelia. La genética desmonta los ‘países catalanes’: los valencianos, más próximos a los aragoneses. El Español. 9-2-2019.

V.V.A.A. Ötzi.Wikipedia.

-V.V.A.A. Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula. Biorxiv.

-V.V.A.A. Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula. Nature.

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¿Sabías que la supuesta repoblación catalana del Reino de Valéncia es una manipulación histórica?

A todos nos enseñaron en la escuela la falsa historia de que el rey Jaime I de Aragón conquistó el Reino de Valéncia en el siglo XIII, que expulsó a los musulmanes y que nuestra tierra fue repoblada mayoritariamente por catalanes, que trajeron su lengua y que por ello el valenciano es un dialecto del catalán. De algún modo se nos presenta la historia de un modo semejante a la conquista del Lejano Oeste americano: como si Valéncia fuera un inmenso y despoblado desierto en el cual se van asentando los nuevos colonos. Pero para ser estrictos entonces Cataluña no existía como tal sino que era una docena de condados desunidos conocidos como la Marca Hispánica. Así pues, no existían los «catalanes» en el sentido estricto de la palabra, como tampoco existían los «canadienses» en esa misma época. Por otro lado los supuestos catalanes hablaban lemosín en ese tiempo, por lo que de traer alguna lengua sería la lemosina y no la catalana.

¿Pero en realidad se produjo esa gran repoblación catalana del Reino de Valéncia? Hay cuatro grandes fuentes bibliográficas para confirmar si esto es cierto o no. El Llibre dels Fets (Libro de los Hechos), escrito por el propio rey Jaime I, donde describe el proceso de conquista. El Llibre del Repartiment (Libro del Reparto), donde los escribas del rey apuntan las donaciones de pueblos, alquerías, tierras, villas, etc. a los caballeros que ayudaron a Jaime I en su empresa militar.  Els Llibres dels Aveïnaments (Libros de los Avecindamientos), que describen con detalle los caballeros o personas que se quedaron a vivir en el Reino de Valéncia. Y por último els Furs (Fueros), que contienen las leyes por las que se regirá el nuevo reino cristiano de Valéncia como estado independiente de los demás reinos y condados de la Corona de Aragón. Ninguna de las cuatro fuentes recoge una supuesta repoblación catalana.

Gracias al Llibre del Repartiment sabemos que vinieron pocos catalanes a la conquista de Valéncia y gracias als Llibres dels Aveïnaments que los que se quedaron a vivir fueron todavía menos. El Llibre dels Aveïnaments, que es la única prueba documental de quien se quedó a vivir en tierras valencianas, registra: valencianos autóctonos, moros, muladíes y mozárabes (36%), castellanos (30%), turolenses (28%), zaragozanos (1’2%), catalanes (1’2%), resto de la Península (2’4%) y extranjeros (1’2%). Los colonos procedentes la Marca Hispánica (actual Cataluña) fueron muy pocos. Según els Llibres dels Aveïnaments de los siglos sucesivos (XIII, XIV, XV) entre los años 1387-1396 el porcentaje de catalanes registrados es sólo del 1’2%, entre 1401-1450 el porcentaje es de 4´23 % y en 1475 el porcentaje de catalanes es el 2´5%. Esto desmiente la tesis catalanista de la repoblación, y por ende de la importación de la lengua.

Pero si esto es así ¿por qué se sigue enseñando esta teoría en las escuelas? Porque es la base sobre la que se sostiene la mentira de que el valenciano procede del catalán. La falsa teoría de la repoblación nace en 1848, con el archivero catalán Prósper de Bofarull, que controlaba el Archivo de la Corona de Aragón (creado por los catalanes cuando la Corona de Aragón ya no existía). Él hizo una edición falseada del Llibre del Repartiment, absolutamente tendenciosa e incorrecta que sobrepasaba los límites de la falsificación. En ella consideró única y exclusivamente los asentamientos poblacionales que le interesaban y hasta se permitió el lujo de tachar los que le parecían difíciles o iban contra sus teorías. De esta edición manipulada de Bofarull nace la idea de una repoblación masiva de catalanes que coloniza el desierto valenciano. Es un drama que esta mentira mil veces repetida se siga enseñando a nuestros hijos en las escuelas hoy.

Fuentes consultadas:

Almela i Vives, Francisco. Valencia y su reino. Ediciones Mariola. Madrid, 1965.

Bueno, Baltasar. Breve historia de la lengua valenciana (suplemento). Las Provincias. Valéncia, 1999. Págs. 58, 68, 69.

Huici, Ambrosio y Cabanes, María Desamparados. Documentos de Jaime I de Aragón. Anubar. Zaragoza, 1976-1988 (3 tomos).

–Jaume I. El Llibre dels Fets. L’Oronella. Valéncia, 2001 (2 tomos).

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (3 tomos). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

Ramon i Pastor, Enric. Som uns ignorants (2ª edición). Autoedición. Valéncia, 2011.

Simó Sintonja, Vicente. ¿Valenciano o catalán? Centro de Cultura Valenciana. Valéncia, 1975. Págs. 166-181.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anubar. Zaragoza, 1979-1981.

-Ubieto, Antonio. La inmigración en la Valencia Medieval. Temas valencianos. Anubar. Valéncia, 1972.

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¿Sabías que el pendón de la Conquista es una reliquia falsa?

El pendón de la Conquista (penó de la Conquista en valenciano) es una señal que los andalusíes del Reino Taifa de Balansiya izaron el 28 de septiembre de 1238 sobre la torre de Alī-Bufāt, después llamada del Temple, en las murallas árabes de la ciudad, para indicar su rendición a las tropas feudales del rey Jaime I. Está hecho de tres tiras cosidas de trapo tosco, de color blanco, que han sido recortadas de forma rápida en forma de bocel, sobre el que se han pintado cuatro barras rojas. Actualmente las franjas blancas están amarillentas por el paso del tiempo. Mide 2 metros de largo, aunque podría haber sido más largo. Tiene una inscripción que reza: «Año 1238». Este pendón lo trajo Jaime I, es una reliquia y es la verdadera bandera de los valencianos, no la Real Senyera de franja azul.

Esto es lo que cuentan los catalanistas. Ahora contaremos la verdad. El pendón de la Conquista no es tal. Primero, no lo llevaban los conquistadores sino los que se rindieron por lo que debería llamarse penó de la rendició. Segundo, tiene inscrito el texto: «Año 1238». Así, en castellano. Algo que no encaja por ningún sitio ya que en el siglo XIII no se hablaba castellano en la Ciudad de Valéncia. Se podría entender que estuviera en valenciano, en árabe o en latín. O incluso en catalán, si diéramos por cierto la falsa teoría de la repoblación según la cual los catalanes nos trajeron su lengua. Pero ¿en castellano? El pendón representaría teóricamente a la Corona de Aragón, pero es que en los tiempos de Jaime I la bandera de Aragón tenía dos barras rojas y no cuatro como ahora.

Estudiosos como Roc Chabàs, Ricart García Moya, Antoni Atienza, Òscar Rueda o Joan Ignaci Culla consideran que la bandera es falsa. También lo creía así Dolors García Broch, concejal del Ayuntamiento de Valéncia por parte de Unió Valenciana (UV) que a principios de la década de 1990 consultó con expertos textiles, que a simple ojo negaron que fuera del siglo XIII. Garcia Broch propuso hacer la prueba del Carbono 14 y la del polen para demostrar su falsedad de una vez por todas. Pero Vicent Gónzález Lizondo, presidente de Unió Valenciana, se lo prohibió. Lizondo negociaba en ese momento una coalición electoral con varios partidos, algunos de ellos catalanistas, que le exigieron que no hiciera esa prueba. Al final ni hubo coalición ni tampoco se demostró la falsedad de ese trapo.

Los pancatalanistas afirman que la franja azul de la Senyera la puso el caudillo Francisco Franco. Basta con ver carteles de la Guerra Civil (1936-1939) del bando republicano donde nuestra Real Senyera sale junto a la bandera de la República Española e incluso de la Unión Soviética, para percatarse de que es una monstruosa mentira. Pero lo más curioso es que en la procesión cívica del 9 de Octubre de 1939, en su particular desfile de la victoria, los franquistas pasearon el penó de la rendició en vez de la Real Senyera coronada con su franja azul, considerada un símbolo republicano (recordemos que Valéncia fue uno de los últimos bastiones republicanos en caer). Fueron tantas las quejas y el malestar causado que las autoridades rectificaron y en los años siguientes recuperaron la Senyera en lugar del pendón.

Pero entonces ¿de dónde surge la absurda idea de que ese trapo es la bandera de los valencianos? Fue Pere Antoni Beuter, un cronista valenciano, el primero en documentar este colgajo en su libro Primera part de la Història de València (1538), en el que escribió que el pendón que se conservaba en la cúpula de la iglesia de Sant Vicent era el mismo pendón izado por los musulmanes en la conquista de Valéncia. Se desconoce en qué momento preciso fue añadida la inscripción “Año 1238”. Suponiendo que esta rocambolesca historia fuera cierta seguiría siendo un verdadero misterio cómo es que durante trescientos (300) años absolutamente nadie se diera cuenta de que la verdadera bandera de los valencianos era un colgajo en el que nunca nadie reparó hasta Pere Antoni Beuter.

 

Fuentes consultadas:

-Atienza, Antoni. La Real Senyera. Bandera Nacional dels Valencians. L’Oronella / Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV). Valéncia, 2001.

-Culla, Joan Ignaci. El Peno de la Conquesta, una falsa reliquia. Las Provincias. 9-10-2008.

-García Moya, Ricart. Tratado de la Real Senyera. Senyeras valencianas y pendones catalanes. Ajuntament de Valéncia. Valéncia, 1993.

-Rueda, Òscar. La Senyera Valenciana: Historia y simbolismo. Editorial Sargantana. Valéncia, 2017.

-Rueda, Òscar. Senyera valenciana. Símbol de llibertat. L’Oronella. Valéncia, 2013.

-Tintorer, Andreu y Bens, Felip. Senyera Valenciana. La bandera de tots. Lo Rat Penat. Valéncia, 2006.

-V.V.A.A. Pendón de la Conquista. Wikipedia.

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¿Sabías que Requena es el municipio más grande del Reino de Valéncia?

¿Alguna vez te has preguntado cuál es el municipio valenciano más grande? Se trata de Requena (en la comarca de Utiel-Requena), que con sus 814,21 km2 es el más extenso de todo el Reino de Valencia. Para hacernos una idea, es ocho veces más grande que Barcelona, seis más que Valéncia y supera por 200 km2 a Madrid.

No sólo eso: es más grande que algunos estados europeos. Por ejemplo es 1850 veces más grande que el Vaticano, 417 veces mayor que Mónaco, trece veces más que San Marino, cinco que Liechtenstein, el doble que Malta y casi duplica el Principado de Andorra. Pese a ello sólo cuenta con 20.510 habitantes (datos de 2016).

Pero si Rquena nos parece grande hoy, eso no es nada. Hay que decir que este municipio, famoso por sus excelentes vinos y embutidos, llegó a abarcar casi 1800 km2, cuando formaban parte de él los actuales pueblos de Utiel, Mira, Villagordo de Cabriel, Camporrobles, Venta del Moro, Fuenterrobles y Caudete de las Fuentes.

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¿Sabías que Cavanilles es uno de los mejores botánicos de todos los tiempos?

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El botánico y naturalista Antoni Josep de Cavanilles i Palop (Valencia 1745-Madrid 1804) es uno de los máximos exponentes de la ciencia y cultura valencianas. Estudió en la Universidad de Valencia, donde obtuvo los títulos de maestro en Filosofía (1762) y de doctor en Teología (1766) y se ordenó sacerdote en Oviedo en 1772. Trabajó como profesor y marchó a París en 1777 como preceptor de los hijos del Duque del Infantado. Allí conoció la botánica de la mano de André Thouin y Antoine Laurent de Jussieu, se impregnó del enciclopedismo y del pensamiento ilustrado y fue uno de los primeros científicos en usar los novedosos procedimientos del padre de la taxonomía, Carl von Linné.

La primera publicación de Cavanilles no fue de tema botánico, sino un artículo titulado Observations de M. l’abbé Cavanilles sur l’article Espagne de la Nouvelle Encyclopédie (1784) en que respondió al texto Espagne de Nicolas Masson de Morvilliers en la Nouvelle Encyclopédie (1782), que cuestionaba la aportación española a la ciencia europea. Entre los años 1785 y 1790 publicó Monadelphiae classis dissertationes decem, unas reflexiones sobre los monadelfos. También siguió con sus labores botánicas y describió plantas peruanas y chilenas procedentes de la Expedición Botánica al Virreinato del Perú (1777-1788) así como las de la Real Expedición Botánica a Nueva España (1787-1803).

A partir de 1791 recorrió toda la Península Ibérica estudiando plantas. Publicó en seis volúmenes su monumental obra Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte Hispaniae crescunt, aut in hortis hospitantur (1791-1801). En él describió numerosas plantas peninsulares pero la mayor parte de su contenido está dedicado a especies americanas, filipinas y del Pacífico, que describió basándose en los herbarios y pinturas y en las plantas vivas del Jardín Botánico, de Madrid. Los estudios están acompañados de cuidadas láminas de gran detalle y belleza. El libro incluye el estudio de seiscientas doce especies, muchas de ellas nuevas. La obra, realmente extraordinaria, es una de las pioneras de la botánica europea.

Como resultado de sus constantes idas y venidas por el territorio valenciano, Antoni Josep de Cavanilles publicó, por otra parte, sus Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia (1795-1797). Ésta es la obra más popular de toda su producción, en parte porque no está escrita en latín sino en idioma vulgar. Aborda disciplinas tan diversas como la botánica y la agricultura, las ciencias de la tierra, la economía y la demografía, e incluso la arqueología. Describe los ecosistemas, las comunidades vegetales de las ciudades y hasta describe el relieve terrestre. Este fabuloso libro sin duda constituye un referente imprescindible para los amantes de la cultura valenciana.

En 1799 Cavanilles fundó la revista Anales de Historia Natural, que luego pasó a llamarse  Anales de Ciencias Naturales. Allí publicó 48 artículos. En 1891 Cavanilles fue nombrado director del Jardín Botánico de Madrid. Publicó Descripción de las plantas que D. Antonio Josef Cavanilles demostró en las lecciones públicas del año 1801, precedida de los principios elementales de la Botánica (1802) y Géneros y especies de plantas demostradas en las lecciones públicas del año 1802 (1803). Cavanilles murió en 1804, cuando preparaba un tratado para dar a conocer las colecciones del Jardín Botánico de Madrid a los científicos de otros países.

La figura de Cavanilles como botánico y naturalista es simplemente colosal. En una época en la que la flora no estaba apenas documentada, él se tomó la molestia de describir con todo lujo de detalle más de 2000 especies, muchas de las cuales eran nuevas (es decir, las descubrió él mismo). La repercusión internacional de su obra se refleja no sólo en las traducciones y ediciones de escritos suyos en los principales idiomas, sino en las numerosas citas que recibió y continúa recibiendo en publicaciones especializadas. Cavanilles fue un pionero de la botánica, un adelantado a su tiempo, un referente científico a nivel de Europa. No resulta exagerado decir que es uno de los mejores botánicos de todos los tiempos.

López Piñero, José María. Antonio José Cavanilles. La web de las biografías.

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¿Sabías que Arnau de Vilanova descubrió las propiedades medicinales del alcohol y que fue médico de reyes y papas?

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Probablemente Arnau de Vilanova nació en la ciudad de Valencia en el año 1240 y murió en Messina (Sicilia) en 1310. Existe cierta controversia porque podría haber nacido en Aragón, pero desde luego si fue así casi de inmediato se trasladó a Valencia, donde creció. Pasó su larga vida a caballo entre Montpellier, Valencia y Sicilia.

En 1260 estudiaba Medicina en Montpellier. En 1290 era un destacado profesor de la Facultad de Medicina de esa ciudad, la mejor del medievo. La ciencia que Arnau practicó se basaba en los preceptos de Hipócrates, Galeno y Avicena, la medicina árabe y teorías propias. Él mismo tradujo a Avicena, Galeno y otros autores.

Vilanova escribió docenas de libros, algunos obras clave para la medicina europea, como Regimen Sanitatis ad regum Aragonum (Régimen de salud para el rey de Aragón)(1305-1308) o  Speculum medicinae  (Cristal médico) (¿1311?). Sus libros y tratados fueron traducidos a varios idiomas y reimpresos en numerosas ocasiones.

Tradicionalmente se le considera el descubridor de las propiedades desinfectantes y profilácticas del alcohol, sin duda un hecho muy importante para la medicina de aquella época, puesto que aún no se conocía el concepto de infección. También introdujo en Europa el secreto de la destilación del alcohol, un descubrimiento árabe.

Vilanova fue el mejor médico de Europa, posiblemente el mejor del mundo latino medieval. Prueba de ello es que fue el doctor personal de los reyes de Valencia Pere I, Alfons I y Jaume II y de papas como Bonifacio VIII, Benedicto XI y Clemente V. También fue intérprete de sueños de Federico II, el rey de Sicilia.

Este Homo Universalis fue un erudito que sabía de medicina, humanidades, filosofía, teología y un políglota que hablaba hebreo, árabe, algunas lenguas vulgares de las actuales Francia e Italia y probablemente el griego. Escribió sus obras en valenciano y latín.  Fue médico, profesor, teólogo, escritor, embajador en París…

Autor de obras religiosas y científicas, en ellas abordaba temas de medicina, cirugía, farmacia, astrología, alquimia, higiene, etc. Pensaba que el fin del mundo era inminente y sus obras religiosas levantaron ampollas. Fue perseguido por inquisidores y conoció la cárcel, pero al final siempre fue absuelto por todos los papas.

 

Bibliografía consultada:

Gil i Barberà, Joan. Personages ilustres valencians relacionats en la medicina. Lo Rat Penat, 1994.

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¿Sabías que los valencianos tuvimos una Constitución propia desde el siglo XIII?

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Los valencianos teníamos una Constitución propia desde hace más de ocho centurias. Concretamente, desde el siglo XIII. No era otra que nuestros Fueros, que constituían al Reino de Valencia en un estado soberano y estaban basados en las normas y costumbres preexistentes en Valencia, así como en el derecho justiniano. Los Fueros valencianos eran muy avanzados para su tiempo. Supusieron una auténtica revolución jurídica ya que dotaron a los ciudadanos de derechos y obligaciones, rompieron con la tradición feudal de la época y nos convirtieron en un estado moderno, étnica y religiosamente integrador. Los Fueros configuraron un régimen político, económico y social comparable al de las grandes naciones europeas. Estas facilidades económico-comerciales atrajeron inmigrantes de toda Europa, y el glorioso Reino de Valencia vivió una expansión económica y cultural que lo llevaría a un gran florecimiento político, literario y artístico.

El rey Jaime I el Conquistador estableció las costums o costumbres en 1238, que dieron paso a los Fueros como tales en 1261, con la oposición de los nobles aragoneses que preferían que los Fueros aragoneses rigieran Valencia. Los Fueros valencianos eran realmente innovadores para la época. Por ejemplo, el monarca estaba obligado a jurarlos antes de transcurrido un mes de iniciado su reinado, no podía revocarlos unilateralmente y quedaba sometido a las Cortes. Los ciudadanos gozaban de derechos y obligaciones, por lo que no estaban a merced de la arbitrariedad de los señores. El derecho foral valenciano garantizaba el régimen matrimonial de separación de bienes, y que en caso de enviudar, el cónyuge era el que heredaba (en el derecho castellano impera el régimen de bienes gananciales y en las herencias prima la sucesión en favor de hijos y descendientes).  La legislación valenciana reconocía asímismo instituciones jurídicas pioneras como el Consulado del Mar o el Tribunal de las Aguas, entre otras.

Los Fueros de la Ciudad y Reino de Valencia, que fueron jurados por Jaime I por primera vez en 1261, se desarrollaron y perfeccionaron con el paso de los siglos, y duraron hasta el año 1707. A partir de la Batalla de Almansa (25 de Abril de 1707), el rey Felipe V de Castilla promulgó el decreto de Nueva Planta (29 de Junio de 1707) en el que declara «abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella, y en sus tribunales sin diferencia alguna en nada». El decreto de Nueva Planta supuso el golpe de gracia para el Reino de Valencia, que desapareció como estado soberano. Una vez abolidos nuestros Fueros, Valencia pasó a regirse por las leyes castellanas «por justo derecho de conquista». Triste final sin duda para la que fue nuestra Carta Magna.

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¿Sabías que la carrera de joyas es un deporte autóctono valenciano?

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Uno de los deportes autóctonos del Reino de Valencia es la correguda de joyes (carrera de joyas, en castellano). Se trata de una carrera de caballos tradicionales en la que los jinetes recorren un trayecto (que viene a ser de 500 a 700 metros) a lomos de sus caballos sin utilizar ningún tipo de silla de montar y llevando la “joya” atada al cuello. Esta “joya” consiste en un pañuelo de seda de distinto color sobre una corona de laurel, que antiguamente se regalaba a la mujer amada al finalizar la carrera. El que llega primero a la meta gana. No existe un reglamento muy definido puesto que las normas han ido pasando oralmente de padres a hijos.

Es un deporte en el que pueden competir tanto hombres como mujeres. Eso sí, el o la jinete debe mostrar un comportamiento exquisito antes, durante y después de la prueba. Queda estrictamente prohibido maltratar al animal, lo cual es motivo de descalificación. El jinete sólo puede emplear las riendas y una fusta de longitud de entre 60 y 90 centímetros para alentar al caballo. Queda prohibido utilizar espuelas o cualquier otra martingala que pueda dañar al caballo. Al acabar el torneo, todos los participantes obtienen un trofeo con un pañuelo de seda como manda la tradición que es entregado cuando finaliza la última carrera del último día.

Estas carreras de caballos se han venido celebrando en la mayoría de las pedanías de L’Horta Sur de Valencia desde el siglo XIX pero esta tradición prácticamente desapareció en los años 70 del pasado siglo XX. Actualmente sólo la conserva la pedanía de Pinedo. La competición tiene lugar en la playa de Pinedo, en la zona llamada La Creu de la Conca (La Cruz de la Cuenca) durante las fiestas patronales de la localidad, en la segunda quincena del mes de agosto. Están promovidas por la Asociación Corregudes de Joyes y la Asociación Sant Antoni Abad de Pinedo y se financian con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Valencia.

Fuentes consultadas:

-Asociación Corregudes de Joies i Sant Antoni Abad de Pinedo.

-Ayuntamiento de Valencia. Corregudes de joies. DeporteValencia.com

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