Unión Europea: la torre de Babel.

A partir de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el Viejo Continente hizo un esfuerzo para que alemanes y franceses nunca más fueran a la guerra. Nacía en 1951 la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), con seis miembros fundadores: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Alemania e Italia.

Con los años el número de miembros creció y la CECA pasó a ser Comunidad Económica Europea (CEE) (1957) y después Unión Europea (UE) (1992). Hoy es un gran mercado con cuatro libertades de circulación: personas, bienes, servicios y capitales. Su talón de aquiles es la carencia de una política exterior y defensa común.

Hoy, con 27 estados miembros, 500 millones de habitantes y unas instituciones sólidas, la UE es una alianza fuerte y próspera, una comunidad de valores basada en la paz, libertad, democracia, el imperio de la ley, la tolerancia y la solidaridad. Es el espacio económico más grande del planeta y un gran crisol de lenguas y culturas.

Eso en teoría, porque para los euroescépticos la UE es una dictadura disfrazada donde la ciudadanía no cuenta, una suerte  de Cuarto Reich en el que Alemania quiere dominar a todos, una pesada y carísima maquinaria burocrática que nos ha traído una moneda única, la del euro, con la que vivimos mucho peor que antes.

Los europeístas, en cambio, ven con buenos ojos que los estados miembros cedan cada vez más soberanía a la Unión. Persiguen el sueño romántico de crear en el futuro una gran Confederación, una suerte de Estados Unidos de Europa que pueda competir con los de América y con China. Es el naciente nacionalismo europeo.

Sea como fuere, unos y otros coinciden en que la Unión es un reino de taifas. La UE tiene vocación de imperio pero recuerda más a un gigante con pies de barro. Parece una nueva torre de Babel donde sus constructores no se entienden. Y no sólo por el idioma sino sobre todo porque en el fondo no tienen demasiado en común.

Hacia la dictadura europea.

euroflags

A diferencia de Estados Unidos y de los países anglosajones en general, Europa siempre ha vivido al filo de la dictadura, siempre a un paso del abismo. Si examinamos con detalle la extensa historia del Viejo Mundo veremos que hemos vivido perpetuamente bajo dictadura interrumpida únicamente durante cortos períodos de libertad. Teocracia, monarquía absolutista, fascismo, nazismo, comunismo… ¡Cuantísimo esfuerzo cuesta conquistar la libertad en Europa y cuan poco tiempo nos dura!

Digo todo esto porque el rumbo que está tomando la Unión Europea (UE) es el de una dictadura. Disfrazada de democracia y con un rostro amable, pero una autocracia en cualquier caso. Una elite de políticos hace y deshace a su antojo en Bruselas y los votos del pueblo tan sólo sirven para dar un aire de legitimidad a este teatro, a esta farsa de democracia en que se ha convertido la UE. Asisto con honda preocupación al monstruo liberticida que están construyendo los políticos de espaldas al pueblo.

Hace unos años sometieron a referéndum la Constitución Europea. Tras la victoria del no en Francia y Holanda el proyecto quedó descartado. Así que le dieron una lavada de cara, lo rebautizaron con el nombre de Tratado de Lisboa y decidieron que lo iban a aprobar sin consultar a la gente. Tan sólo Irlanda hizo un referéndum y otra vez ganó el no. No contentos con esto, promovieron un segundo referéndum en Irlanda y esta vez gano el sí. Al resto de pueblos de Europa no nos ha consultado nadie.

Total, que nos han colado el Tratado de Lisboa sin ni siquiera preguntarnos. Y esto no es una excepción sino una peligrosa tendencia, una forma de hacer. No me opongo a la Unión Europea, ni a que haya una Constitución común, ni tan siquiera a unos Estados Unidos de Europa (aunque me seduce más la Europa de los pueblos). Ahora bien, no estoy dispuesto a aceptar nada de esto si es a costa de perder mi libertad. Prefiero ser un ciudadano libre en un país de Liliput a ser esclavo en un imperio.

Abogo por salirnos de la UE antes de que sea demasiado tarde. Nos han ido quitando poco a poco la soberanía nacional. Nos han hundido en la miseria con una moneda que lo ha encarecido todo. Y si nos quedamos, nos arrebatarán la poca democracia y libertad que todavía tenemos. No necesitamos a la UE para ser ricos. Con firmar un tratado de libre comercio para comprar y vender productos en todo el continente sin pagar aranceles resultaría más que suficiente. ¡¡No a la Europa de los esclavos!!

¿Y si nos saliéramos de la Unión Europea? (2/2).

Euroscepticism-EU

¿En qué nos beneficia la Unión Europea (UE) a los valencianos? A cambio de unas subvenciones que no dejan de ser calderilla, nuestra agricultura ha sido espoleada en beneficio de Francia y Austria, hemos construido un campo sólo para burócratas con costes de sostenimiento imposibles, nos han obligado a desmantelar industrias para que no le hicieran la competencia a Alemania y nos hemos tenido que resignar a ese tristísimo destino de ser los camareros y los botones de los opulentos jubilados ingleses y germanos que vienen tomar el sol. Como en ¡ Bienvenido Mr. Marshall ! somos los paletos que saludamos con alegría; un país de chalet, discoteca y bar.

Por si fuera poco, como ya no podemos controlar las fronteras están arribando a nuestras ciudades toda clase de mafiosos lituanos, mendigos rumanos y otros indeseables que vienen no a trabajar sino a parasitarnos. No sólo no los podemos expulsar, sino que además tienen derecho a voto. Esto –junto con los jubilados europeos que se instalan en nuestras costas- está suponiendo un incremento en la demanda de vivienda (y por lo tanto en el precio), y un colapso en la Seguridad Social, la sanidad y la educación. Y la Constitución Europea busca imponer una dictadura disfrazada de democracia sustentada en una catedralicia burocracia… Ojalá que no salga.

Y lo más grave de todo. La gran estafa del euro. Con la moneda única lo que antes valía 100 pesetas pasó de un día para otro a costar un euro; es decir, una inflación del 66% en tan sólo 24 horas. Nos ha empobrecido; hoy contamos con los mismos salarios de hace diez años pero los productos tienen precios alemanes. El euro ha disparado la especulación urbanística. Comprar una casa es misión imposible, tener hijos una utopía, llegar a final de mes un lujo apto sólo para ricos. Y todo eso que se supone que vivimos en un estado del Primer Mundo que crece al doble que la UE, bla, bla. Estamos innegablemente peor que con la peseta. Pero mucho peor.

La verdadera riqueza para los valencianos pasa por compartir mercado con Europa, lo cual no tiene por qué ser necesariamente dentro de la UE. Abogo por un tratado de libre comercio con la UE como el de Israel o Suiza, para comerciar con el continente sin necesidad de aranceles. Pero a la vez urge recuperar el control de la moneda, de los tipos de interés y las fronteras si no queremos vernos con el malestar creciente que recorre Europa. Y si para ello tenemos que salir de la UE, que así sea. Es preferible vivir bien en un país pequeño que formar parte de un imperio si con ello vamos a padecer la angustia de levantarnos un poco más pobres cada día.

 

FONT: Llengua Valenciana Blogspot. 16-11-2006.

—————————————————————————–

¿T’agrada l’articul? Pots llegir molts més com este en el meu llibre PER A OFRENAR NOVES GLORIES A VALENCIA. ¡Fes clic en la portada!

portada-sa-lluna-3a

¿Y si nos saliéramos de la Unión Europea? (1/2).

Capture d’écran 2014-05-26 à 15.12.23

Valencia –y España en general- siempre ha sentido un profundo anhelo europeísta. Y quizás sea por los siglos de decadencia que hemos afrontado, nuestras guerras civiles y discordias internas, por haber perdido todos los trenes de progreso que nos han conducido a una situación de varias décadas de retraso con respecto a otros países. Para nosotros, entrar en la Comunidad Económica Europea (C.E.E.) en 1986 supuso un hito histórico; por fin superábamos el histórico aislamiento, África ya no comenzaba en los Pirineos, al fin éramos dignos de ser llamados europeos. El reencuentro de España con Europa cerró una herida psicológica que duró doscientos años.

Ahora ese complejo de inferioridad que existía con respecto a Europa –el complejo del españolito– ha pasado a mejor historia. Aún persiste por desgracia un sentimiento de inferioridad de los valencianos con respecto a los catalanes –el complejo del valencianito, podríamos llamarlo-, que esperemos desaparezca en un futuro. En cualquier caso, hemos demostrado que cuando tenemos fe en nosotros mismos podemos alcanzar las mismas metas que alemanes, austríacos, holandeses o británicos. Así pues, sacudidos los complejos y convencidos de que podemos ser tan europeos como el que más… ¿tiene sentido permanecer dentro de la Unión Europea (UE)?

La UE solamente es útil para dos tipos de países. Primero, para aquellos que ven en la UE un sucedáneo de sus antiguos imperios (Alemania y Francia). Estas dos potencias (la tercera y cuarta del orbe, respectivamente) junto con la oleada de pequeños estados satélite centroeuropeos que les rodean, dominan aplastantemente sobre los pueblos del Sur (es decir sobre nosotros). El problema se puede agravar aún más si Rusia ingresa en la unión algún día ya que con sus 150 millones de habitantes, Rusia nos gobernará sin ninguna resistencia. Moscú puede reeditar la Unión Soviética –sólo que en esta ocasión sería capitalista- si finalmente entra en la UE.

Segundo, los estados limosneros que viven de las subvenciones. España, Portugal o Grecia se encontraban en ese segundo grupo, pero con la entrada de los estados de Europa del Este, los nuevos beneficiarios del maná europeo van a ser Polonia, Chequia, Letonia, etc. Ciertamente, los valencianos hemos crecido mucho gracias a la UE; Bruselas nos dio numerosas autopistas, carreteras e infraestructuras. Pero ahora vamos a ser nosotros quienes tengamos que rascarnos el bolsillo en lugar de pasar la bandeja… ¿la unión pues nos seguirá siendo útil? ¿Es justo costear las carencias de otras naciones cuando aún tenemos múltiples déficits en nuestro propio país?

 

FONT: Llengua Valenciana Blogspot. 15-11-2006.

—————————————————————————–

¿T’agrada l’articul? Pots llegir molts més com este en el meu llibre PER A OFRENAR NOVES GLORIES A VALENCIA. ¡Fes clic en la portada!

portada-sa-lluna-3a

A %d blogueros les gusta esto: