En los últimos años cada vez se habla menos del infierno. Hoy es casi un tema tabú. En siglos pasados se abusó de este recurso para aterrorizar a la gente y así hacerla creer. Sin embargo, el descrédito creciente de la Iglesia, así como la incredulidad y secularismo imperantes hacen pensar erróneamente que el infierno no es un lugar tan grave, que irá muy poca gente a él o que incluso no existe. Sin embargo, hay más de 160 advertencias sobre el infierno solamente en el Nuevo Testamento. Más de 70 de las cuales fueron pronunciadas por Cristo. Ninguna describe con detalle cómo es aquel terrorífico lugar pero una y otra vez se advierte sobre cuatro de sus características: tiene fuego, es oscuro, hay tormento y es eterno:
¿CÓMO DESCRIBE JESUCRISTO EL INFIERNO? | |
«Fuego» | Mateo 7:19, 13:40 |
«Fuego eterno» | Mateo 18:8, 25:41 |
«Pecado eterno» | Marcos 3:29 |
«Juicio del infierno» | Mateo 5:22 |
«Fuego del infierno» | Mateo 18:9 |
«Arrojado al infierno» | Marcos 9:45 y 47 |
«Severidad» | Mateo 23:14, |
«Peor castigo» | Marcos 12:40, Lucas 20:47 |
«Será condenado» | Marcos 16:16 |
«Condenación del infierno» | Mateo 23:33 |
«Resucitarán para ser juzgados» | Juan 5:29 |
«Horno encendido» | Mateo 13:42, 50 |
«Donde el fuego nunca se apaga» | Marcos 9:43, 44, 46, 48 |
«Donde el gusano de ellos no muere» | Marcos 9:44, 46, 48 |
«Lloro y rechinar de dientes» | Mateo 8:12, 13:42, 13:50, 22:13, 25:30 |
«Tormentos» | Lucas 16:23 |
«Sufriendo en este fuego» | Lucas 16:24 |
«Lugar de tormento» | Lucas 16:28 |
«Oscuridad de afuera» | Mateo 8:12, 22:13, 25:30 |
«Castigo eterno» | Mateo 25:46 |
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Existe otro pasaje impagable que describe el infierno. Dice así: «Había un hombre rico que se vestía lujosamentey daba espléndidos banquetes todos los días.A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba cubierto de llagas y que hubiera querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico. Hasta los perros se acercaban y le lamían las llagas. Resulta que murió el mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron.En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.Así que alzó la voz y lo llamó: «Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego.» Pero Abraham le contestó: «Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente.Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá». Él respondió: «Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento». Pero Abraham le contestó: «Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que les hagan caso a ellos!» «No les harán caso, padre Abraham —replicó el rico—; en cambio, si se les presentara uno de entre los muertos, entonces sí se arrepentirían». Abraham le dijo: «Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos».» (Lucas 16:19-31).
A partir de lo relatado en este pasaje bíblico (tanto si es una parábola ilustrativa como si es una historia real), podemos extraer algunas conclusiones muy claras acerca de cómo es el infierno. Primero, es es un lugar concreto, no un simple estado de conciencia. Segundo, hay un fuego que atormenta a quienes moran allí. Tercero, el sufrimiento es tan atroz que el rico suplica simplemente por un mínimo alivio. Cuarto, el rico se lamenta -pero es demasiado tarde- de lo que ha hecho en vida y trata de advertir a sus familiares para que no vayan a este lugar de tormento, pero le resulta del todo imposible. Quinto, existe una gran sima puesta entre el cielo y el infierno, con lo que no se puede pasar de un lugar al otro ni viceversa.
¿Qué más sabemos? Apocalipsis 14:10 habla de ser «atormentado con fuego y azufre». Job 18:21 habla de un «lugar del que no conoce a Dios» y otra vez menciona el azufre (Job 18:15). Apocalipsis 14:11 advierte: «El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen, ni para quien se deje poner la marca de su nombre». La Biblia dice en Hebreos 9:27: » Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio». Apocalipsis 20:15 añade: «Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego». Fuego, azufre, tormento eterno… Son conceptos que se repiten sin fin.
¿Dónde está el infierno? La Biblia dice que Jesús descendió al sepulcro (Hechos 2:27) pero que Dios no permitió que su alma quedara allí ni su carne vio corrupción y fue resucitado (Hechos 2:31-32). Jesús estuvo tres días y tres noches en las entrañas de la tierra (Mateo 12:40) y descendió a las partes más bajas de la tierra (Efesios 4:9). Números 16:32-33 dice: «Se abrió y se los tragó, a ellos y a sus familias, junto con la gente y las posesiones de Coré. Bajaron vivos al sepulcro, junto con todo lo que tenían, y la tierra se cerró sobre ellos. De este modo fueron eliminados de la comunidad». Pasajes así hacen que muchos interpreten que el infierno es un lugar en las profundidades de la Tierra, donde hay un abrasador magma.
Jesús, quien era Dios, habló muy seriamente acerca del infierno. Hasta el punto de descender allí mismo para predicar a los espíritus encarcelados (1 Pedro 3: 18-21). Hasta el punto de advertir que es mejor cortarse la mano, el pie o el ojo y ser salvo a ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga (Marcos 9: 43-48). El propio Cristo preguntó, en Marcos 8:36: «¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?» Dios amó al mundo hasta el punto de entregar a su hijo unigénito para darnos vida eterna (Juan 3:16) pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida; sino que permanecerá bajo el castigo de Dios (Juan 3:36). Muchos arderán en el fuego eterno para siempre.
Hay muchos nombres para referirse al infierno (lago de fuego, lugar de tormento, abismo, inframundo, tártaro, gehena…) pero todos se refieren a un mismo macabro lugar. No existe en la Biblia una descripción detallada acerca de cómo es concretamente ese espantoso reino, o cómo funcionan las cosas allí o dónde se encuentra ubicado con exactitud, por lo que existen todo tipo de especulaciones y debates al respecto. Ahora bien, podemos dibujarnos bien el averno con sólo cuatro pinceladas: es un lugar sepulcral y tenebroso, con fuego que atormenta a quien allí mora y este castigo es eterno. Esto debiera bastar para aceptar a Cristo como señor y salvador y para tratar de evitar aquel monstruoso horror a toda costa.
Fuente: Santa Biblia Nueva Versión Internacional 1999.
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