¿Y si Dios fuera del Barça?

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Para los cristianos el domingo es un día especial, el día del Señor, una fiesta. Pero para el grueso de la sociedad el domingo es el día del fútbol. Y hablando del deporte rey, un club  ha sobresalido de forma especial en las últimas campañas y es el FC Barcelona. Es innegable que en las últimas temporadas el Barça ha conquistado muchos títulos, ha ganado muchos partidos, ha cosechado grandes éxitos. No comento todo esto porque yo sea del Barça ni muchísimo menos (ojo, yo soy del Valencia, como cualquier persona decente), pero no cabe la menor duda de que el Barça ha sido el gran dominador del fútbol europeo los últimos años.

Cuando analizamos los éxitos de este club nos preguntamos cuál es el porcentaje de responsabilidad de los jugadores y cuál el del entrenador. ¿Gana el Barça porque tiene una plantilla conformada por una gran constelación de estrellas o porque ha tenido un magnífico entrenador como Josep Guardiola? ¿De quién es el mérito? ¿Un 60% de los jugadores y un 40% del entrenador? ¿Un 50%-50%? ¿Un 90%-10%? Yo a veces me pregunto qué hubiera pasado si Jesucristo en lugar de haber sido un carpintero hace miles de años fuera un entrenador de fútbol en nuestros días y finalmente hubiese acabado entrenando al conjunto catalán.

Jesucristo-entrenador tendría una filosofía deportiva completamente diferente. Jesús le pediría al presidente del Barça que vendiera todas las estrellas (Víctor Valdés, Carles Puyol, Gerard Piqué, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Leo Messi, David Villa, etc.) y en su lugar haría extraños fichajes: este gordo que se queda sin aliento a los cinco minutos para subir y bajar la banda, aquel jugador de balonmano para la defensa, ese chaparro que mide 1,50m de portero, aquel delantero de primera regional será el goleador del equipo y el fichaje estrella será ese paralítico que ahora mismo ni siquiera camina porque está en silla de ruedas.

Posiblemente el presidente del Barça pensaría que Jesús es un loco o peor; un infiltrado del Real Madrid para sabotear el equipo desde dentro. Pero aún así, incluso con unos jugadores tan lamentables, el Barça ganaría los títulos igualmente… porque ahí estaría actuando el poder de Dios. Y cuando esto ocurriera ya nadie se preguntaría lo que ahora nos preguntamos: «¿gana el equipo porque los jugadores son muy buenos o porque el entrenador es muy bueno?» Ya nadie tendría dudas… Habría total unanimidad por parte de prensa y aficionados al afirmar que el entrenador es el único responsable de todos los éxitos.

Pues bien, ésta es la forma de actuar que tiene Dios. Cuando Jesús vino al mundo no se rodeó de los más sabios, los más valientes, los que mejor conocían las Escrituras, sino que eligió a Pablo, un asesino; Pedro, un cobarde que le negó por tres veces; Judas Iscariote, un traidor; Mateo, un traidor a su país; María Magdalena, una adúltera; Tomás, un incrédulo y en definitiva unos apóstoles que no eran sino rudos pescadores. Antes Yahveh eligió a Abraham, un anciano; Moisés, un líder sin facilidad de palabra; David, un pastorcillo; Salomón, un jovencillo inexperto cuando subió al trono;  Josué y Gedeón, unos militares patéticos.

Dos cosas debemos aprender de todo esto. Primera: Dios no quiere superhéroes. No busca a Superman ni a Batman sino a gente normal y corriente, con sus pecados y defectos, gente como tú o como yo. Dios busca gente que se reconozca pecadora y que esté dispuesta a dar a su vida un giro de 180º y seguirle y aceptar a Jesús como su Señor y Salvador. Y  segunda, Dios no llama a los capacitados sino que capacita a los llamados. Si tú eres creyente y anhelas firmemente servir a Dios, Él te va a capacitar con las cualidades y dones necesarios. No importa cuáles sean tus limitaciones. Puedes lograr cosas increíbles cuando el Señor está de tu lado.

LFP: esta liga es una farsa.

Con el triunfo del Real Madrid los medios de comunicación de la Meseta vuelven a agitar el mantra de que la española es la mejor liga de fútbol del mundo. Siempre es la mejor liga del mundo cuando gana el Real Madrid. Pero lo cierto es que esta liga es una farsa: no tiene ninguna emoción porque el desnivel existente entre Real Madrid y Barcelona respecto del resto de clubs es abismal. Esto es la liga escocesa sólo que con más presupuesto. ¿Dónde si no los dos primeros equipos rondan los cien puntos y el tercer clasificado queda 30 ó 40 puntos atrás o el máximo goleador supera los 40 goles como si tal cosa? Pues en Escocia y en España.

Veamos algunos datos de la finalizada liga 2011-2012. Puntos: 1º Real Madrid (100 puntos), 2º Barcelona (91), 3º Valencia (61). Del tercer clasificado (Valencia, 61 puntos) al último (Racing, 27) hay casi la misma diferencia que entre el segundo y el tercero. Equipos más goleadores: 1º Real Madrid (121 goles), 2º Barcelona (114), 3º Valencia (59). Pichichi: 1º Leo Messi, Barcelona, 50 goles; 2º Cristiano Ronaldo, Real Madrid, 46; 3º Falcao, Atlético de Madrid, 24.  Campeones en la última década: Barcelona (5 ligas), Madrid (4), Valencia (1). Juzguen si existe algún tipo de rivalidad deportiva en la llamada mejor liga del mundo.

¿Cómo se ha llegado a este punto? Por el desigual reparto de los derechos televisivos. En la liga inglesa el equipo que más dinero ingresa percibe 68 millones de euros y el que menos cobra 44, en la francesa el que más cobra 50 y el que menos 14 y en la alemana al mayor le dan 28 y al menor 14. Comparen estas cifras con España: Madrid y Barcelona perciben 140 millones cada uno, le siguen Atlético de Madrid y Valencia, con 42 cada uno y el que menos gana de toda la liga cobra 12. Es decir, Real Madrid y Barcelona ganan casi 100 millones más que el tercero y múltiplican por casi doce veces la cantidad monetaria que percibe el último.

No es de extrañar pues que más que una liga de fútbol profesional esto parezca una pachanga de solteros contra casados. ¿Cómo se resolvería esto? Muy sencillo. Bastaría con que cuatro o cinco equipos fuertes se pusieran de acuerdo y que cada vez que fueran a jugar contra Madrid o Barça se llevaran a la plantilla de juveniles. Cuando la TV fuera a ofrecer un Real Madrid-Valencia B o un Barça-Sevilla B los anunciantes huirían como de la peste de semejante fraude y las televisiones sufrirían pérdidas millonarias. Al año siguiente, ofrecerían a todo el mundo una porción del pastel mucho más equitativa y justa y no la vergüenza de ahora.

El mejor futbolista del mundo.

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¿Quién es el mejor futbolista del mundo? Elección harto difícil. Si tuviese que mencionar algunos nombres posiblemente citaría a Zlatan Ibrahimovic, Leo Messi y Xavi Fernández (Barcelona), Cristiano Ronaldo (Real Madrid) o David Villa (Valencia).

Ahora bien, si tuviese que escoger a un solo hombre, me quedaría sin duda con Ricardo Izercson Dos Santos, más conocido como Kaká.  Pases, visión de juego, olfato de gol… Cuando él juega, revoluciona al Madrid y a Brasil y se convierte en el motor del equipo.

Ahora bien, más allá de los inmensos dones futbolísticos del brasileño (que no voy a ser yo quien los descubra a estas alturas), mi predilección por Kaká radica por ser éste un espléndido ejemplo de conducta limpia e intachable tanto dentro como fuera de la cancha.

Kaká ganó la Copa de Europa en 2007 con el Milán. ¿Y cómo lo celebró? Poniéndose de rodillas en medio del campo, con los brazos alzados al cielo, dando gracias a Dios. Y con una camiseta con un mensaje inconfundible: «I belong to Jesus» (Yo pertenezco a Jesús).

Aquel mismo año fue designado por la FIFA como mejor jugador del mundo. A otro se le hubiera subido el éxito a la cabeza y se hubiera convertido orgulloso, jactancioso y prepotente, pero él recogió el trofeo con la humildad que solamente atesoran los sabios.

Pudo haber aprovechado su atractivo personal, su fama y su fortuna para ser un gran mujeriego. Pero en lugar de ello, prefirió casarse con su novia de toda la vida; llegar virgen al matrimonio, formar un hogar y una familia y ser fiel a su esposa. ¡Todo un hombre!

Hoy los futbolistas no son sólo deportistas de élite sino muy especialmente figuras públicas y espejos en que la juventud se mira. Y Kaká, a diferencia de la mayoría de sus colegas, es un ejemplo de fe, integridad y rectitud. Más gente así es la que hace falta.

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