Macao: el casino del mundo.

Macao es un país muy pequeño con una gran historia que contar. Es una de las dos Regiones Administrativas Especiales de China (la otra es Hong Kong). Portugal se la devolvió a China en 1999, bajo la fórmula de «un país, dos sistemas» que otorga a Macao un autogobierno enorme, aunque su identidad viene marcada por siglos de presencia europea.

Pero comencemos por el principio. Los comerciantes portugueses se asentaron en Macao en 1550. En 1557 la Dinastía Ming le alquiló Macao a Portugal como puerto comercial en pago a la ayuda de los lusos contra la piratería en la zona. Lisboa administró Macao (aunque seguía siendo china) hasta 1887 cuando pasó a ser, oficialmente, una colonia lusa.

Curiosamente Portugal tenía dificultades para proteger un territorio tan distante de la metrópoli, así que en 1967 y 1974 ofreció devolvérselo a China, que inmersa en plena ebullición maoísta, rehusó tener un territorio capitalista en su interior. Finalmente, tras la devolución británica de Hong Kong a China en 1997, Portugal hizo lo propio dos años después.

Macao fue el primer enclave europeo (y la última colonia europea) en Asia. También la única región de administración lusa no dominada por Castilla el tiempo que Portugal y las Españas se unieron. Es el territorio más densamente poblado del mundo, con 650.000 habitantes en 28,2 km2. Sus rascacielos son de infarto puesto que sólo puede crecer a lo alto.

La pequeña Macao es una de las regiones más ricas del mundo, con una altísima renta per cápita. Tiene una enorme tradición comercial, aunque su puerto se ha visto superado por el de Hong Kong. Su economía depende fuertemente del juego y del turismo. De hecho, Macao ha sobrepasado a Las Vegas o Mónaco como el centro de juego más grande del mundo.

Al igual que en Hong Kong, en Macao se habla el cantonés y existe la libertad religiosa. Disfruta del mismo nivel de autogobierno y sufre el autoritarismo de la dictadura china por igual. Pero existe una diferencia clave: Hong Kong quiere ser independiente y Macao no. Y aunque la gente demanda más democracia, por ahora Macao no se plantea salir de China.

Sri Lanka: tamiles contra cingaleses.

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Por miles de años esta isla estuvo dividida en pequeños reinos de taifas. Luego llegaron los colonos chinos, portugueses, holandeses y británicos. Ceilán -como era conocida en tiempos coloniales- se independizó de Londres en 1948 y pasó a llamarse Sri Lanka. Ubicada en pleno Golfo de Bengala, la llaman «la lágrima de India».

Durante el colonialismo, su economía se basó en la agricultura. Destacaba en canela, caucho y té. Tras la independencia, entre 1948 y 1977, tuvo una economía planificada de corte socialista con un estado benefactor. Ahora trata de transitar hacia una economía de libre mercado. Es una república democrática con sufragio universal.

Sri Lanka es una nación muy hermosa. A nivel cultural, es un referente internacional del budismo theravada, con históricos templos y monumentos. Cuenta con frondosos bosques, magníficos paisajes y paradisíacas playas de aguas azul celeste. La ínsula sería conocida por su belleza de no ser por sus conflictos internos.

El país es un un puzzle multicultural. Simplificando mucho las cosas podemos decir que la mayoría de la sociedad habla cingalés y profesa el budismo. La minoría principal procede de India, habla tamil y es hindú. También hay dos minorías más: árabes musulmanes que hablan tamil y los cristianos, que hablan inglés.

Por desgracia, tamiles y cingaleses son enemigos acérrimos. Durante el colonialismo británico la minoría tamil disfrutó de grandes privilegios, pero tras la independencia, la mayoría cingalesa comenzó a hostigarla. Los secesionistas tamiles fueron a una guerra de guerrillas contra el Estado, que duró de 1983 a 2009.

La zona tamil (Tamil Eelam) llegó a ser un estado independiente de facto entre 1990 y 2009, pero los tigres tamiles perdieron la guerra civil. Aún hay algunos conflictos esporádicos, pero el país trata de avanzar hacia la reconciliación. El gran problema de Sri Lanka es que genera mucha más historia de la que puede consumir.

Guadalupe: tierra criolla.

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Este menudo archipiélago caribeño fue poblado durante siglos por arawaks, quienes luego fueron sometidos por los caribes. Descubierta por los españoles, ambicionada por los británicos, fueron finalmente los franceses quienes colonizaron Guadalupe en 1635. Los esclavos africanos cultivaban azúcar de sol a sol.

Teóricamente, en 1946 Guadalupe dejó de ser una colonia para convertirse en un departamento de ultramar francés.  En 2007 las islas de San Bartolomé y San Martín se segregaron para convertirse en colectividades territoriales de Francia. Bueno, en el caso de San Martín media isla. La otra media pertenece al Caribe Neerlandés.

La economía local depende básicamente del turismo y la agricultura. Es una zona subdesarrollada donde la pobreza, el desempleo y la carestía de la vida azotan a la población. Pese a ello, los guadalupeños rechazaron incrementar su autonomía en un referéndum del año 2010, por miedo a que París les cortara el grifo de los subsidios.

Guadalupe es un crisol de blancos, negros, amerindios e indostaníes. La población es, en esencia, mestiza desde un punto de vista racial. También desde el punto de vista cultural. Se habla francés y criollo. Y aunque la mayoría es católica, hay un sinfín de creencias religiosas, así como de tradiciones y costumbres de mil y un sitios.

La sangre africana corre por las venas de los guadalupeños, y eso se nota en el frenesí de su música y sus danzas. La isla cuenta con muchos estilos de danza propios, como el zouk, zouk-love o konpa. También es una tierra prolífica en escritores. El más destacado es el poeta Saint-John Perse, ganador del Premio Nobel.

Y hasta aquí llega, por el momento, la historia de Guadalupe. La historia de una tierra que es Francia pero parece África, que formalmente no es una colonia pero que está teledirigida por control remoto desde París; un pueblo que piensa que es libre pero que prefiere vivir encadenado a la metrópolis a cambio de unas pocas migajas.

Antigua y Barbuda: todo un mundo de curiosidades.

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Antigua y Barbuda es un estado soberano del Mar Caribe. En este  archipiélago habitaron los arawak y los caribe por siglos hasta la llegada de los colonos españoles primero, y de franceses e ingleses después. Estos últimos llenaron las islas de esclavos africanos y presos políticos irlandeses para hacer trabajos forzados.

Vere Bird es el auténtico padre de la nación. Él fundó el primer partido político del país (Partido Laborista); así como el primer sindicato. Fue también el que más luchó por lograr la independencia nacional (que obtuvo de Reino Unido en 1981) y el hombre que más veces ha sido primer ministro. La reina es Isabel II de Inglaterra.

La economía ha ido evolucionando con los años. Empezó con las plantaciones de caña de azúcar, después pasó al turismo (que gracias a su clima tropical y playas de ensueño, es la principal fuente de ingresos y empleo) y finalmente el país ha acabado convirtiéndose en un paraíso fiscal al estilo del resto de ínsulas de la zona.

La nación cuenta con algo más de 90.000 almas. Predominan los negros, pero también hay blancos, mulatos y mestizos. La mayoría  es protestante y se habla tanto el inglés como el criollo. La cultura británica, el crícket y los platos a base de maíz y patatas dulces son algunos rasgos de la cultura popular de este diminuto estado.

Su origen etimológico es curioso. El explorador Cristóbal Colón llamó a una isla «Santa María la Antigua», y a la otra «Barbuda» (por las barbas de líquenes de adornaban sus palmeras). Otra curiosidad: el país cuenta con el Hospital más avanzado de todo el Caribe y varias Universidades donde estudiar Ciencias de la Salud.

Otro detalle: Una de sus islas (la minúscula Redonda) es un ficticio reino que pasa de escritor en escritor desde que el autor M.P. Shiell propagó la leyenda de que su padre Matthew Shiell se proclamó rey para hacerlo heredero al trono. La reina de Inglaterra autoriza el Reino de Redonda, a condición de que éste sea ficticio.

Montserrat: terror en el Caribe.

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Poblada originalmente por los nativos arawak y caribe, esta isla fue descubierta por los españoles en el siglo XV. Entonces Cristóbal Colón la bautizó Santa María de Montserrat en honor a la Virgen de Montserrat. Este diminuto país quedó bajo dominio británico en 1632 y su historia se asemeja a una película de terror.

La ínsula fue poblada con esclavos africanos que trabajaban en las plantaciones de azúcar y algodón. No sólo negros, sino también los blancos eran esclavizados: concretamente muchos nacionalistas irlandeses fueron deportados allí por sus ideas. Esta isla tropical fue una especie de campo de concentración para presos políticos.

Para colmo de sus desgracias, los fenómenos metereológicos se han cebado con esta colonia británica. En 1989 el huracán Hugo la arrasó y acabó con el turismo, que era la principal actividad económica. En 1995 el volcán Soufriere Hills obligó a evacuar el país. De sus 13000 habitantes, 9000 se marcharon y casi ninguno regresó.

La economía no ha podido remontar. El volcán sigue arrojando lava y ceniza esporádicamente, el sur de la isla permanece deshabitado, y tampoco existe una ingeniería fiscal que atraiga grandes capitales. En consecuencia -y al contrario de lo que ocurre con otras colonias británicas en el Caribe-, la renta per cápita es baja.

De 1979 a 1989 los Estudios AIR del productor de los Beatles George Martin atraían músicos de fama mundial a la isla para grabar en un tranquilo, verde y exhuberante entorno tropical, pero los estudios cerraron por el huracán Hugo. Una calamidad tras otra. Parece casi como si la isla estuviese maldita. Todo sale mal.

Para finalizar, y a modo de anécdota, cabe destacar que a pesar de formar parte del Reino Unido, la divisa de curso legal no es la libra esterlina sino el dólar del Caribe Oriental. Esta moneda lo es también de Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Anguila.

Anguila: herencia inglesa, amerindia y africana.

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A orillas del Mar Caribe encontramos el liliputiense archipiélago de Anguila, que estuvo poblado por los arawaks antes de ser descubierto por los españoles en el siglo XV y colonizado por los británicos en el siglo XVII.  Este antiguo refugio de piratas es en la actualidad otra colonia ultramarina más perteneciente al Reino Unido.

Fue colonizado por los británicos y administrado por Antigua primero, San Cristóbal después y San Cristóbal y Nieves más tarde contra los deseos de los anguilenses. El político Ronald Webster lideró dos revoluciones (1967 y 1969) para ser una colonia separada de San Cristóbal y Nieves. Londres accedió en 1980.

En cuanto a la economía, Anguila vive basicamente del turismo. No obstante, en los últimos años se ha convertido en un paraíso fiscal muy popular y cada vez más bancos se asientan allí. Antes no cobraba ningún tipo de impuesto pero desde el año 2011 cobra un impuesto de estabilización del 3% para combatir el creciente déficit.

El archipiélago cuenta con apenas 15000 habitantes, de los cuales la mayoría es de raza negra, descendiente de esclavos, aunque también hay mulatos y blancos. Protestantes y anglicanos son mayoría y hablan inglés y criollo. La cultura es una herencia de las tradiciones de colonos ingleses, nativos amerindios y esclavos africanos.

Existe una gran tradición deportiva en la isla; un lugar ideal para practicar submarinismo, vela, cricket, rugby o fútbol. Gastronomía, artesanía y ritmos musicales son variados. En 1993 el Gobierno fundó la Anguilla National Trust, institución creada para preservar el legado histórico, arqueológico y cultural del país.

Como dato curioso, destacamos que los primeros pobladores indígenas de la isla la nombraron Malliouhana, que significa «serpiente marina con forma de arco». Con la llegada de los exploradores ingleses en el siglo XVI, el nombre de la ínsula pasó a llamarse Anguila debido a la forma alargada y estrecha que tiene la isla.

Islas Turcas y Caicos: la colonia que rechazó ser independiente.

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Este archipiélago se compone de dos grupos distintos de islas. Por un lado, el nombre de «Islas Turcas» se debe a la abundancia natural, en el archipiélago, de cierta especie de cactus cuya forma recuerda un fez turco. Por otro lado, los «Caicos» son unos «bajos o arrecifes grandes que llegan a veces a formar islotes».

Este diminuto archipiélago fue poblado originalmente por caribes y arawaks. Con posterioridad llegaron los colonos españoles, franceses y finalmente británicos, que hicieron de las islas un refugio de piratas.  Desde el siglo XVIII forma parte del Imperio Británico y todavía hoy es una colonia feliz por depender de la corona.

La historia de Turcas y Caicos es muy curiosa. Siempre dentro del dominio británico, ha pasado por diferentes administraciones: primero fue anexionado a las Bahamas, luego fue colonia separada, luego parte de Jamaica, luego otra vez parte de las Bahamas. Actualmente es un territorio no autónomo dentro del Reino Unido.

En 1982 Londres le ofreció la independencia pero en el último minuto Turcas y Caicos la rechazó. Canadá les ha ofrecido en varias ocasiones formar parte de su país, cosa que también ha rechazado. De momento están satisfechos siendo británicos, aunque no se puede descartar una declaración de independencia en el futuro.

Desde el punto de vista económico, las islas viven del turismo de sol y playa, y, como suele ser habitual en estos casos, de ser un paraíso fiscal. No obstante, Turcas y Caicos es bastante más corrupta que otras dependencias británicas. De hecho Londres suspendió su autogobierno por un escándalo de corrupción en 2009.

El archipiélago tiene apenas 30.000 habitantes, de los cuales el 90% es de raza negra y el 85% de fe protestante. La lengua oficial es el inglés aunque también se habla el criollo. En cuanto a la cultura, destaca un género musical propio llamado ripsaw, que cuenta con instrumentos muy poco habituales, como una sierra de mano.

Islas Vírgenes de los Estados Unidos: en el limbo americano.

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El navegante Cristóbal Colón las bautizó «Islas de las once mil vírgenes» por la leyenda de Santa Úrsula y las once mil vírgenes. Este archipiélago poblado tradicionalmente por los siboney, caribes y arawaks, pasó a ser colonizado por España, Reino Unido, Países Bajos, Francia, Dinamarca ¡y hasta la Orden de Malta!

En el siglo XVIII las islas se convirtieron en una colonia danesa. Pero en 1917, Copenhague cedió a las presiones políticas de Washington y se las vendió. Dinamarca temía que si Alemania la invadía, los americanos conquistarían las Islas Vírgenes, así que decidieron vendérselas antes de perderlas a cambio de nada.

Islas Vírgenes Americanas es uno de los tres territorios no autónomos pendientes de descolonización de los Estados Unidos (los otros dos son Guam y la Samoa Americana). En 1993 se hizo un referéndum en las islas para decidir si querían ser un estado o seguir como estaban. Por la baja participación, el resultado se declaró nulo.

Los virgenenses están como en un limbo legal: tienen la nacionalidad americana pero no pueden votar al presidente de Estados Unidos. Las Vírgenes tienen sus propios partidos políticos, elecciones, gobernador y senadores. También cuentan con un delegado que les representa en el Congreso americano, con voz aunque sin voto.

El 80% de la población local es de raza negra y el 15% es blanca. Pese a haber sido colonia danesa, esta lengua nunca arraigó entre la población local, que emplea el inglés y tiene como religión predominante el cristianismo protestante. La economía se centra básicamente en el turismo, gracias a su clima caribeño y tropical.

En cuanto a los deportes, Islas Vírgenes Americanas acude a los torneos internacionales con una selección propia, distinta de la de los Estados Unidos. El baloncesto y el béisbol son los juegos más populares. Su hijo más célebre es el baloncestista Tim Duncan, posiblemente el mejor «cuatro» de la historia de este deporte.

Islas Vírgenes: Inglaterra en el Caribe.

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Islas Vírgenes es, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), uno de los diez territorios no autónomos de Reino Unido pendientes de descolonización. Los otros nueve son Anguila, Bermudas, Gibraltar, Caimán, Malvinas, Islas Turcas y Caicos, Montserrat, Pitcairn y Santa Elena. Islas Vírgenes es, oficialmente, una colonia.

Su nombre se presta a confusión. Oficialmente se llama Islas Vírgenes. A secas. Pero es conocida como Islas Vírgenes Británicas, para diferenciarlas de Islas Vírgenes de los Estados Unidos y de Islas Vírgenes de Puerto Rico. Cristóbal Colón las llamó así por Santa Úrsula y las once mil vírgenes: de ahí su curioso nombre.

Se trata de un achipiélago de cuarenta pequeñísimas ínsulas en medio del Caribe. Fueron pobladas inicialmente por los arawak. Luego los desplazaron los indios caribe. Más tarde llegaron los colonos españoles, holandeses, ingleses, daneses, franceses… Y al final fue el Reino Unido quien se llevó el gato al agua y se las quedó.

Con el tiempo ha pasado por diversas administraciones. Estuvo bajo la tutela de la Colonia de las Islas de Sotavento y también dentro de San Cristóbal y Nieves. El estatus de colonia separada lo alcanzó en 1960 y el de territorio autónomo en 1967. La soberana de estas ínsulas es la poderosísima reina de Inglaterra,  Isabel II.

La economía ha pasado del cultivo de la caña de azúcar y la agricultura básica al turismo de lujo y las finanzas. Su envidiable clima tropical y sus playas caribeñas hacen las delicias de los visitantes. También es un paraíso fiscal con numerosas empresas domiciliadas allí para evitar pagar impuestos. Su renta per cápita es alta.

De los casi 30.000 virgenenses, la gran mayoría es de raza negra (descendiente de esclavos africanos) aunque también hay una minoría blanca. Casi toda su población es cristiana; sobre todo metodistas y anglicanos. El idioma oficial es el inglés y destaca el quimbombó, un estilo musical muy festivo y con trazas de humor.

República Dominicana: media isla.

bandera-dominicanaÉste es uno de los países con más historia del Nuevo Mundo. Cristóbal Colón arribó a estas tierras buscando las Indias pero acabó encontrando las Américas. Se trataba de una isla poblada por taínos, arawak y caribes que él bautizó como La Española. Más de la mitad corresponde a República Dominicana y el resto a Haití.

Los españoles colonizaron la isla y dejaron su impronta. Santo Domingo fue la primera ciudad fundada en América (1496). Allí se establecieron el primer Obispado (1504), iglesia (1496), catedral (1530), Capitanía General (1511), Virreinato (1511), Real Audiencia (1511), hospital (1503) y Universidad (1538) de América.

República Dominicana se independizó en cuatro ocasiones: de España (1821), de Haití (1844), de España (1863) y de Estados Unidos (1924), aunque su fecha reconocida como día de la independencia es 1844. La han invadido españoles, franceses, haitianos, ingleses y americanos. Aún hoy es un satélite de los Estados Unidos.

Su historia es calamitosa: la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), la Guerra Civil (1965) y la represión de Joaquín Balaguer (1966-1978) han dejado paso a la pobreza, la corrupción, la desigualdad y habituales cortes de luz. Todo un éxodo de dominicanos ha emigrado al extranjero huyendo de la miseria.

El estado ha pasado de exportar azúcar, café y bananas a atraer turismo. Sus playas de ensueño lo convierten en el primer destino turístico del Caribe. Tierra colorista llena de luz, palmeras, frutas y alegría. Por el día los hombres juegan al béisbol. De noche, sensuales mujeres salen a lucirse y bailar salsa, merengue y bachata.

Esta nación está llena de mulatos y negros porque la población nativa murió a causa de las epidemias que trajeron los colonos españoles y fue sustituida con esclavos traídos de África. El catolicismo, el protestantismo y la santería son practicados con devoción. El célebre cantante Juan Luis Guerra es su hijo más ilustre.

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