Sri Lanka: tamiles contra cingaleses.

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Por miles de años esta isla estuvo dividida en pequeños reinos de taifas. Luego llegaron los colonos chinos, portugueses, holandeses y británicos. Ceilán -como era conocida en tiempos coloniales- se independizó de Londres en 1948 y pasó a llamarse Sri Lanka. Ubicada en pleno Golfo de Bengala, la llaman «la lágrima de India».

Durante el colonialismo, su economía se basó en la agricultura. Destacaba en canela, caucho y té. Tras la independencia, entre 1948 y 1977, tuvo una economía planificada de corte socialista con un estado benefactor. Ahora trata de transitar hacia una economía de libre mercado. Es una república democrática con sufragio universal.

Sri Lanka es una nación muy hermosa. A nivel cultural, es un referente internacional del budismo theravada, con históricos templos y monumentos. Cuenta con frondosos bosques, magníficos paisajes y paradisíacas playas de aguas azul celeste. La ínsula sería conocida por su belleza de no ser por sus conflictos internos.

El país es un un puzzle multicultural. Simplificando mucho las cosas podemos decir que la mayoría de la sociedad habla cingalés y profesa el budismo. La minoría principal procede de India, habla tamil y es hindú. También hay dos minorías más: árabes musulmanes que hablan tamil y los cristianos, que hablan inglés.

Por desgracia, tamiles y cingaleses son enemigos acérrimos. Durante el colonialismo británico la minoría tamil disfrutó de grandes privilegios, pero tras la independencia, la mayoría cingalesa comenzó a hostigarla. Los secesionistas tamiles fueron a una guerra de guerrillas contra el Estado, que duró de 1983 a 2009.

La zona tamil (Tamil Eelam) llegó a ser un estado independiente de facto entre 1990 y 2009, pero los tigres tamiles perdieron la guerra civil. Aún hay algunos conflictos esporádicos, pero el país trata de avanzar hacia la reconciliación. El gran problema de Sri Lanka es que genera mucha más historia de la que puede consumir.

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