Falacia atea: Dios es comparable a los unicornios y otros seres imaginarios.

«Dawkins compara con frecuencia la creencia en Dios con una creencia infantil en Santa Claus o el Ratoncito Pérez, diciendo que es algo que todos deberíamos superar. Pero la analogía es imperfecta. ¿Cuánta gente conocen que empezase a creer de adulta en Santa Claus?» Alister McGrath (teólogo).

En este debate interminable acerca de la existencia o no de Dios, muchos creyentes afirman que los ateístas no pueden demostrar la inexistencia del Señor. Y éstos a su vez responden que resulta imposible probar que un ser imaginario no existe. Por ejemplo, no podemos demostrar la inexistencia de seres de fábula como Santa Claus, los unicornios, los dragones o la tetera voladora, y este hecho no los convierte en seres reales. Igual ocurre con Dios, en opinión del escritor Richard Dawkins.

El articulista de BiblicaMente.org advierte de la trampa que supone comparar a Dios con archiglifos voladores y otros seres de fantasía. La cuestión es que hay algo que resulta indiscutible que sí existe: la realidad; es decir, el Universo, la Tierra, las personas… Por lo tanto, el auténtico quid del debate es argumentar acerca de las causas, de los orígenes, de los fundamentos de ese Universo que está ahí. ¿Qué explicación emplean los ateos para justificar esta realidad que podemos ver?

Dice así: «Y si los creyentes afirmamos que la realidad es originada y sustentada por ‘Dios’, los ateos afirman que la realidad es originada y sustentada por el azar y la necesidad. En el fondo, demostrar la inexistencia de Dios es equivalente a demostrar la posibilidad de que el azar y la necesidad sean capaces de generar el Universo y conseguir un nivel de evolución capaz de producir seres semejantes a los humanos.  Y en esto tampoco los ateos han tenido éxito. Ni lo tendrán   jamás».

¿Qué es más lógico? ¿Pensar que Dios creó el Cosmos o que éste nació él solito por pura casualidad? «Tengo la convicción de que es muchísimo más factible demostrar que el fundamento de la realidad está una entidad inteligente (a la que habitualmente llamamos Dios) que no en la capacidad de la ‘nada’ para generar la existencia del Universo pilotada exclusivamente por el azar y la necesidad (cosa que afirma Stephen Hawking, pero sin aportar demostración)» -añade BiblicaMente-.

Y concluye: «Así, pues, en el futuro evitad el error de pedir la demostración de la ‘inexistencia de Dios’. Mejor solicitar la demostración de que el azar y la necesidad son capaces de generar el Universo (o los Universos). Ésta sí es una afirmación de los ateos, que en buena lógica deben demostrar». El razonamiento es impecable. La realidad existe, de eso no hay duda, y ver en el azar su causa es algo nunca demostrado y además menos racional y menos lógico que la tesis de que haya un Creador.

Para leer  el estupendo artículo original de BíblicaMente pinche aquí.

 

FUENTE: Por qué dejé de ser ateo de Josué Ferrer.

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