Guinea: al ritmo frenético de los tambores.

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Guinea viene del portugués Guiné, la cual surgió a mediados del siglo XV para referirse a la región habitada por los guineus, pueblos africanos que vivían al sur del río Senegal, en contraposición a los bereberes que vivían en el Sáhara. Esta tierra fue un importante centro de comercio de esclavos desde el siglo XVI hasta el XIX.

La actual Guinea fue creada como colonia por Francia en 1890. En 1895 la incorporaron al África Occidental Francesa. En 1958 se independizó de París. Su nombre oficial es República de Guinea pero a veces es llamada Guinea-Conakri para diferenciarla de Guinea-Bisáu y Guinea Ecuatorial. Conakri es su principal urbe.

Es una república del África Occidental de clima templado. De 1958 a 1984 sufrió la larga dictadura de Ahmed Sékou Touré. A partir de aquel año ha habido más dictadores y posteriormente elecciones farsa con pucherazos electorales, todo ello sazonado con golpes de estado que se repiten cada cierto tiempo. Vamos, un caos.

Pese a contar con grandes recursos minerales -como bauxita, diamantes, oro y aluminio- Guinea vive sumida en la pobreza y el subdesarrollo. Es uno de los países más pobres del mundo y depende de la ayuda internacional. El 80% de la población vive de la agricultura de subsistencia. Sólo el 30% de la gente sabe leer y escribir.

Esta patria tiene 24 etnias, cada una con lengua y cultura propia. Las principales son fulani 40%, mandingo 30% y susu 20%. Hay un 85% de musulmanes suníes y una minoría cristiana.  El pueblo guineano es rico en tradiciones, ritmos musicales y frenéticas danzas tribales. El francés es la lengua oficial, pero pocos lo usan a diario.

Mención aparte merece el factor fulani -el pueblo nómada más grande del planeta-. Guinea es la nación del globo donde hay mayor porcentaje de fulanis, con un 40% del total de la población del estado y allí se encuentra Futa Yallon, una región montañosa que es el santuario fulani por excelencia, la cuna de esta cultura.

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