¿Sabías que la Renaixença valenciana es anterior a la catalana, a la balear, a la gallega y a la vasca?

El Romanticismo fue un movimiento literario de finales de siglo XVIII que, entre otras muchas virtudes, ayudó a que muchos pueblos europeos comenzaran a dignificar sus correspondientes lenguas vernáculas a través de la expresión literaria y cultural. El Romanticismo llegó de una forma tardía a España y dio paso, en el siglo XIX, a un movimiento literario llamado «renacimiento» que trató de dignificar y poner en valor las distintas lenguas no castellanas que durante tanto tiempo fueron relegadas por el español.

Este renacimiento se denominó Renaixença en Cataluña y su punto de partida fue el poema Oda a la pàtria de Bonaventura Carles Aribau, publicado en 1833. La fundación del semanario La Palma en 1840 dio paso a la Renaixença en las Islas Baleares. Por su parte, la publicación del libro Cantares Gallegos de Rosalía de Castro en 1863 inicia el Rexurdimento gallego. Finalmente el Euskal Pizkundea o Renacimiento vasco surge en 1876, año de finalización de la Segunda Guerra Carlista.

Pues bien, a pesar de que suele considerarse la Renaixença catalana como el primer movimiento literario de estas características en España, lo cierto es que la Renaixença valenciana es incluso anterior a la catalana. Este movimiento literario y de recuperación de la lengua y literatura valencianas comienza con el poema Lo Somni del político, editor y escritor valenciano Vicent Salvà, publicado originalmente en 1831 (dos años antes que el de Carles Aribau). A continuación, reproducimos el poema.

Lo Somni de Vicent Salvà (1831).

 Pasetjan-me una vesprada
per lo fresch Guadalaviar,
no llunt de Montolivet,
front als arbres de Salvà,
gran gorja en lo Turia note,
y que les ninfes saltant,
al pare qu-alberch els dona
es proposen festejar.

Mentrestant que lo stol d’elles
dantsaba en alegre ball,
una tocant lo psalteri
gotjosa llohaba els sants:
los miracles de Ferrer
los detjunis de Bertran,
al patriarca Ribera
y tambe a Pere Pascual.

Un altra es posa en seguida,
ab llaüt d’or en la ma,
a recordar de Valencia
moltes glories militars:
de Moncada y de Coloma,
de Carroz el almirant,
de Valldaura y d’Aguiló
les haçanyes celebrà.

La terça del instrument
les dolces cordes polsant,
ab sa veu de rosinyol
al gran Vives, Perpinyà,
Núñez, Falcó, Polo y Castro
per ses lletres va cantar.

Mes profunda fon la cuarta,
referint d’esta Ciutat
los furs, y com contra els reys
los guardaven los Jurats:
com lo Asenci Vinatea,
de Llop de Gonent aidat,
de Lleonor y En Alfons
al desafur s’oposà.

Anaba a seguir la ninfa
a donar curs a son cant…
pero, sobre-l pit, lo Turia,
de colp deixant caure-l cap,
gemech fondo despedi
qu-en los contorns resonà.

 

Fuentes consultadas:

Baydal, Vicent. La biblioteca perdida del librero Vicent Salvà. Valencia Plaza. 31-1-2005.

Otaegi, Lourdes. Poesía vasca del siglo XX. Basque Literature.

Montoliu, Manuel de. La Renaixença i els Jocs Florals: Verdaguer. Editorial Alpha. 1962.

-Rexurdimento. Wikipedia.

-Renaixença catalana. Wikipedia.

-Renaixença valenciana. Wikipedia.

-Salvà, Vicent. Lo somni. Associació d’Escritors en Llengua Valenciana (AELLVA).

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¿Sabías que en 1918 se creó la Cátedra de Lengua Valenciana?

La Universitat de Valéncia se constituyó formalmente el 23 de enero de 1501 gracias a la bula Inter ceteras felicitates firmada por el papa valenciano Alejandro VI, por la cual se creó definitivamente el Estudi General (Estudio General) en Valéncia, entidad docente que posteriormente se convirtió en la Universitat de Valéncia, que en sus tiempos fue conocida como «la Atenas española». Aunque la lengua vehicular que se empleaba era el valenciano, no existió una cátedra de lengua valenciana hasta tiempos recientes.

El 27 de junio de 1916 el periodista Teodor Llorente Falcó propuso a la Junta de Gobierno del Centro de Cultura Valenciana (CCV) -hoy Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV)- de la cual formaba parte, la creación de una Cátedra de Lengua Valenciana, propuesta admitida por el decano Josep Martínez Aloy. El Centro de Cultura Valenciana acordó que la cátedra fuera para el erudito Lluís Fullana i Mira, al que pagaría una modesta retribución de acuerdo a las escasas posibilidades económicas del CCV.

La Cátedra se inauguró oficialmente en la Universitat de Valéncia el 27 de enero de 1918. La primera clase la impartió en el aula 7 el Pare Lluís Fullana i Mira, que fue nombrado primer catedrático de la Cátedra de Lengua Valenciana. A dicha inauguración, por parte del CCV asistieron el decano Martínez Aloy y Llorente Falcó. De parte de la Universitat asistieron el rector Rafael Pastor González, el decano de la Facultad de Filosofía y Letras Pedro María López, así como también numerosos profesores del claustro.

Desgraciadamente esta Cátedra de Lengua Valenciana duró poco, puesto que en 1928 la suprimió el dictador Miguel Primo de Rivera, quien era un centralista y castellanista acérrimo. Pero en 1936 el presidente de la II República Española, Manuel Azaña Díaz, firmó un decreto, que apareció en la en la página 769 de la Gaceta de la República número 328 del 23 de noviembre de 1936, y bajo el titular de «Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes» y siendo el ministro de esta institución, Jesús Hernández, decía así:

“La gran densidad de población de la zona marítima de Valéncia y el deseo de incorporar a los centros de Enseñanza del Estado el mayor número posible de hijos de trabajadores, al mismo tiempo que se da satisfacción a las aspiraciones regionales, aconsejan la creación de nuevos establecimientos docentes en los que se preste debida atención al estudio de la lengua vernácula.

Por todo lo cual, y de acuerdo con el Consejo de Ministros y a propuesta del de Instrucción Pública, Vengo en decretar:

Artículo primero. Se crea en el Grao de Valéncia un Instituto Nacional de Segunda Enseñanza que llevará por título «Lo Palleter», como homenaje al héroe de la guerra de la independencia en la región valenciana, y que se instalará por lo pronto en el antiguo Colegio de la Pureza, Travesía de la Borrasca (Grao).

Artículo segundo. Se crea en este Instituto una cátedra de Lengua y Literatura valenciana que formará parte integrante del plan de estudios en la forma que se establezca por este Ministerio.

Dado en Barcelona, a 21 de noviembre de 1936”.

Para esta cátedra también se contó con Lluís Fullana como catedrático de la misma pero tampoco duró demasiado porque se suprimió al inicio de la dictadura de Francisco Franco Bahamonde. Otra vez un dictador. Otra vez un rabioso centralista. Pero para la posteridad queda que la lengua valenciana ha contado con dos cátedras a lo largo de su historia -la primera de Universidad, y la segunda de enseñanza secundaria- y en las dos el catedrático fue el eminente gramático y estudioso valenciano Pare Lluís Fullana i Mira.

En enero de 2018 se cumplió el centenario de la creación de la primera Cátedra de Llengua Valenciana. Y aunque el valenciano fue la lengua primera y vehicular del Estudi General, a día de hoy la Universitat de Valéncia cuenta con una cúpula absolutamente politizada y copada por catalanistas fanáticos, por lo que no existe un Grado en Lengua Valenciana o un Grado en Filología Valenciana o como prefiramos llamar a esta carrera. Esperemos que algún día regrese la cordura, y con ella la Tercera Cátedra de Lengua Valenciana.

Fuentes consultadas:

Agulló, Fr. J. Benjamí. Biografia de Lluïs Fullana Mira. Del Sénia al Segura. Valéncia, 1998.

-Agulló, Fr. J. Benjamí. Vida y obra del escritor Luis Fullana Mira (1871-1948). Instituto de Estudios Alicantinos. Alacant, 1975.

Culla, Joan Ignaci. La Catedra de Filologia Valenciana. Las Provincias. 13-2-2006.

Rodríguez, Joan Benet. Tercera Cátedra de lengua valenciana. El Monárquico. 4-2-2018.

-V.V.A.A. Centenari de la Càtedra de Llengua Valenciana en l’Universitat de Valéncia. Associació d’Escritors en Llengua Valenciana. L’Oronella. Valéncia, 2019.

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¿Sabías que entre el valenciano y el catalán del siglo XIII hay más diferencias que entre el español y el italiano?

Ejercicio de lógica. Si los colonos de un sitio A imponen su lengua en B entonces en A y en B se habla lo mismo. Si los castellanos colonizaron en el siglo XV y XVI América del Sur deberíamos poder comparar documentos de esa época de Castilla y de Suramérica y ver que efectivamente están escritos en la misma lengua. Lo mismo podríamos decir de los británicos y América del Norte. Y si mañana los chinos colonizan Marte, los documentos marcianos y los documentos chinos deben estar redactados en el mismo idioma.

La tesis pancatalanista afirma que los valencianos hablamos catalán porque los colonos catalanes nos lo trajeron durante la Reconquista en el siglo XIII. Comprobar si esto es cierto es muy sencillo. Basta con comparar documentos escritos del Reino de Valéncia y de los condados catalanes en el siglo XIII. Si coinciden, lingüísticamente hablando, es que en efecto esto es sí. Pero ¿y qué pensaría el lector si le dijera que los documentos en valenciano y en catalán del siglo XIII muestran más diferencias que entre el español y el italiano?

Cuando examinamos la correspondencia y la documentación del rey Jaime I el Conquistador en el siglo XIII apreciamos cosas muy interesantes. Normalmente se dirigía a sus súbditos  en latín, aunque romanceado, pero en algunas ocasiones recurrió también a las lenguas propias, como por ejemplo el valenciano o el catalán. Además de eso, también se dirigía a los navarros en navarro-aragonés y a los castellanos en castellano. Esta correspondencia es un tesoro pues testimonia cómo hablaban los pueblos.

Pero vamos a lo que nos interesa… Cuando Jaime I redactaba documentos reales emitidos desde los condados catalanes y dirigidos a súbditos o personalidades catalanas empleaba un catalán-provenzal muy acusado (cuando no recurría al latín). Un ejemplo de catalán-provenzal lo vemos en un documento dirigido al Vizconde de Cardona desde Balaguer o Cervera con fecha de 9 de octubre de 1268. Los rasgos provenzales son muy marcados y coinciden fuertemente con los de otros documentos catalanes de la misma época.

Leamos un pequeño fragmento de esa carta: «Iacobus… viro nobili R. de Cardona. A la carta quens enviats, en la qual era contengut que nos vos aviem tramesa quens donasetz postalz de totz los feus que tenietz per nos, per fadiga de servii, et, per ço car vos metietz els castels que vostros no son contra nos, encara queus en… la honor per tal car no eretz vengut ne vos nous deitz mes a nostre contrast ni per don de nos ni… e davetz en… que hon no fes mala nostres homens… per ço car no podietz viure on nuyll loc…»

Jaime I se dirigía en latín a sus súbditos pero, en al menos dos ocasiones, lo hizo en auténtica lengua valenciana, es decir, la hablada por el pueblo llano. Una, en agosto de 1250 en la Carta-Puebla de los moros de Uxó, y el 7 de noviembre de 1262, cuando desde Lleida «manda a los valencianos jurar heredero al infante Pedro». En ellas emplea un valenciano puro, sin duda puente entre el castellano-aragonés y el catalán-provenzal. Este valenciano coincide con el de otros autores y documentos valencianos de aquel siglo.

Veamos ahora un fragmento de la Carta-Puebla: «En nom de Deu tot piados e misericordios, oracio feta per nostre Senyor Dios sobre tots los apostols; aquest es privilegi honrat, lo cual mana nostre senyor lo rey de Arago, de Mallorques, de Valencia e compte de Barcelona e d’Urgel e senyor de Monpesler, a quie Deu mantenga, otorgat a tots los moros de la vall de Uxo, los cuals rebee sots la sua fe e que poblen e poblar facen la vall de Uxo damunt nomenada e les sues alqueries e los seus termens…»

Estos documentos demuestran que en 1250 o bien ya habían aprendido el catalán hasta los moros de Valéncia o bien el monarca como en otros casos debería dirigirse a ellos en latín. No es lógico pensar que para entonces los valencianos hablasen catalán sino más bien que Jaime I, conciliador, se dirigiera a sus súbditos en su lengua: el valenciano. Y sobre todo, si de verdad los catalanes trajeron el catalán a Valéncia entonces es inexplicable que los documentos valencianos y catalanes del siglo XIII resulten tan distintos.

Fuentes consultadas:

Huici, A. Colección Diplomática de Jaime I, el Conquistador, años 1217 a 1253, tomo I. Taller tipográfico Hijos de F. Vives Mora. Valéncia, 1916.

Mourelle de Lema, Manuel. La identidad etnolingüística de Valencia. Desde la antigüedad hasta el siglo XIV. Grugalma. Madrid, 1996.

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¿Sabías que la Bíblia Parva prueba que en Valéncia se hablaba valenciano antes de Jaime I?

Sant Pere Pasqual (Valéncia, 1227-Granada, 1300) es el protagonista de la historia de hoy. Este hombre nació el Cap i Casal en 1227. Es decir, que cuando el rey Jaime I reconquistó para la cristiandad el Reino de Valéncia en 1238 él era un niño de unos once años.

Los padres de Sant Pere Pasqual eran mozárabes valencianos, protectores y patronos de la Iglesia del Santo Sepulcro. El joven Pere aprendió el valenciano que le enseñaban sus padres y que hablaban los mozárabes valencianos durante el tiempo de la dominación musulmana.

Sant Pere Pasqual fue nombrado canónigo de la Catedral de Valéncia por Jaime I, estudió teología en la Universidad de París, y posteriormente fue ordenado obispo de Jaén por el papa Bonifacio VIII. Murió mártir en Granada en el año 1300, que por entonces aún era islámica.

Sant Pere es célebre por ser el autor de diversas obras. Especialmente la Bíblia Parva (o Biblia pequeña), escrita en romance valenciano y publicada a mediados de siglo XIII: una especie de catecismo para que los cristianos defiendan su fe frente a musulmanes o judíos.

La Bíblia Parva es el primer gran libro escrito en valenciano de la historia. Además es el primer libro teológico-religioso en valenciano (mucho antes de que hubiera uno en catalán). Y por último demuestra que el valenciano ya se hablaba en Valéncia antes de Jaime I.

La obra de Sant Pere Pasqual es una de las pruebas más incontestables de que se hablaba valenciano antes de la Reconquista de 1238. Bajo el dominio de Al-Andalus, nunca llegó a desaparecer del todo el cristianismo como tampoco lo hizo el latín, que convivía con el árabe.

De hecho, escritores musulmanes, como Ibu-Albathar o Ibn-Sida, confirman la existencia de esta lengua romance prejaimina, a la que los moros denominaban «Al-Romia». Este latín con los siglos fue evolucionando hasta convertirse en la lengua valenciana.

Sant Pere Pasqual publicó su Biblia Parva a mediados del siglo XIII. Esto significa que tuvo que escribirla en su lengua natal (el valenciano, no el árabe) pues hubiera sido imposible aprender el catalán -hasta un nivel literario tan perfecto- en tan poco tiempo.

Y la escribió en valenciano porque era lo que se hablaba. ¿Qué sentido tiene escribir una Biblia para un pueblo que, según los catalanistas, era todo moro y no tenía cristianos ni mozárabes? ¿Y por qué en valenciano si, según los catalanistas, solamente se hablaba árabe?

Pese a esto los pancatalanistas niegan la existencia de la lengua valenciana, y la consideran un dialecto del catalán. Aducen que los guerreros analfabetos catalanes (Cataluña aún no existía) que venían con Jaime I (nacido en Motpellier) nos trajeron el catalán.

Historiadores como Antonio Ubieto y Ampar Cabanes demostraron que la influencia de los conquistadores catalanes fue mínima en número (se apunta a 660 guerreros analfabetos catalanes frente a una población de 24.000 almas sólo en la Ciudad de Valéncia).

Por lo visto estos conquistadores no eran mercenarios que venían a saquear y obtener un botín de guerra sino que venían a culturizar a una población musulmana más avanzada intelectualmente que el primitivo mundo cristiano del que provenían estos guerreros analfabetos.

La figura de Sant Pere desquicia a los integristas del catalanismo porque desmonta sus dogmas. Así Manuel Sanchis Guarner defiende que la Biblia Parva no presenta características lingüísticas valencianas. Basta con leerla para saber que esto es una burda mentira.

Otra crítica es que los textos más antiguos que se conservan son del siglo XV, por lo que no pudo ser escrito originalmente en el siglo XIII.  Pero esto es como decir que los textos aristotélicos son falsos porque no se conserva ninguno de la misma época de Aristóteles.

Pero el campeón del negacionismo es Jaume Riera i Sans, quien afirma nada menos que Sant Pere Pasqual es un personaje de ficción que en realidad nunca existió. ¡Y se queda tan pancho! ¡Oiga, pues para no existir sus huesos reposan en la Catedral de Baeza, en Jaén!

La figura de Sant Pere Pasqual ha sido objeto de diversos estudios. El más completo es el que Joan Costa i Català hizo en La Biblia Parva de Sant Pere Pasqual, un trabajo de investigación publicado por Lo Rat Penat en 1998. Recomendamos encarecidamente su lectura.

Fuentes consultadas:

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (I, II y III). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

García Sentandreu, Juan. Argumento nº9 contra la mentira de que el valenciano proviene del catalán. Blog de Juan García Sentandreu. Noviembre de 2011.

-Pedro Pascual. Wikipedia.

-Pasqual, Sant Pere. Biblia Parva. Introduccio i transcripcio de Joan Costa Catala. Lo Rat Penat. Valéncia, 1998.

Navarro, Javier. Quan el Papa Pio II ordenà traduir la Biblia Parva de la llengua valenciana a l’italià. El Periodic. 17-2-2017.

-Riera, Jaume. La invenció literària de Sant Pere Pasqual. Caplletra nº 1. Octubre de 1986.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anúbar. Zaragoza, 1979-1981.

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¿Sabías que las jarchas prueban que ya se hablaba valenciano antes de la llegada de Jaime I en 1238?

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Las jarchas son como unos pequeños poemillas (frecuentemente en lengua romance) que formaban parte o hacían de cierre final de poemas más largos llamados moaxajas (en árabe clásico o vulgar pero también en hebreo). También estaban los zéjeles que más o menos eran como moaxajas pero sin jarcha. Todos se remontan, al menos, al siglo X y son pequeñas historias de amor de poemas árabes de la Al-Andalus de los siglos XI y XII.

Lo significativo de estas jarchas es que estaban en romance, es decir un latín popular y evolucionado que con el tiempo daría paso a las lenguas románicas que hoy se hablan en España. ¿Y por qué es tan importante esto? Porque prueba que durante el dominio islámico no solamente se hablaba el árabe, sino que se conservó el latín entre la población mozárabe (cristianos subyugados por el islam), que acabó derivando en valenciano.

La totalidad de las jarchas hoy conocidas proceden de moaxajas compuestas entre los años 1000 a 1150 y constituyen un tesoro cultural y literario de indudable valor histórico y lingüístico. Los valencianos podemos alardear de ellas, pues contamos con autores musulmanes y hebreos, los cuales compusieron jarchas, cancioncillas de amor de la época. Por el contrario los catalanes no tienen ni un solo caso, que se conozca, hasta el momento.

¿Pero hasta qué punto es esto una simple teoría o una realidad comprobada? Pues lo cierto y verdad es que existe un puñado de poetas valenciano-musulmanes que utilizaba las jarchas. En ellos se puede leer estas jarchas, escritas en árabe, y cómo acababan en versos escritos en romance, el latín evolucionado que a la larga se convertiría en el valenciano. ¿Pero cómo casa esto con la teoría catalanista de la repoblación que trajo la lengua de fuera?

Para el escritor catalanista Manuel Sanchis Guarner la población cristiana que hablaba latín habría sido exterminada por los colonos islámicos que impusieron su lengua. Solamente así se generaría un vacío demográfico y lingüístico tal que habría sido rellenado con la lengua catalana traída por unos colonos catalanes que habrían poblado masivamente el Reino de Valéncia durante la Reconquista impulsada por el monarca Jaime I.

En realidad si nos atenemos a los censos poblacionales de la época, los colonos catalanes estarían entre el 1% y el 5% del total de pobladores. Además, tal y como apunta el periodista Baltasar Bueno, en lugar de mercenarios y campesinos analfabetos deberían haber sido unos superprofesores para que sólo doscientos años después de la Reconquista el Reino de Valéncia tuviera un Siglo de Oro literario que Cataluña no ha tenido todavía hoy.

En realidad las jarchas son testimonio vivo de que se hablaba valenciano antes de Jaime I. Entre los poetas valenciano-musulmanes que utilizaban las jarchas están Ibn al Labbana, de Dénia; Ibn Labbun, señor de Morvedre; o Ibn Ruhaim, de Bocairent. En ellos se puede leer estas jarchas, escritas en árabe, y cómo acababan en versos escritos en romance, el latín evolucionado que con el tiempo se convertiría en nuestro valenciano actual.

Leed esto:

¡Ay mamá, meu al habib [el meu amat]
Vay-se e no més tornarad
Gar, ¿qué faré yo, mamá?
¿No un bezyello lleixarad?

Del poeta moro Ibn Lubbun, Señor de Morvedre, año 1070.

No me tangues, ay habib [amat meu]
No cara danyosa  [No, cor danyós]
¡Basta!
A tot home refuse…

Del poeta moro Ibn Ruhaim de Bocairent, año 1100.

Son dos jarchas en romance valenciano que se anticipan en cientos de años a la llegada de Jaime I en 1238 y la supuesta repoblación catalana que nunca existió. Pero no son las únicas. Otros autores en valenciano prejaimino fueron Abdallah  Ben Abderraman, Ibn Buclarix, Ibn Chobair, Abu Bakr Mamad de Bocairent, Ben Soliman, Aben Al Abbar… Y es que por siglos el árabe y el romance convivieron en Al-Andalus a nivel popular.

Prueba de ello es Ibn Sida, muerto en Dénia en 1066, que en su prólogo de Kitab al Muyasas se disculpa por sus incorrecciones en árabe: «¿Cómo no de hacerlas -si escribo en tiempos tan lejanos de cuando el árabe se hablaba con pureza- y teniendo que convivir familiarmente con personas que hablan romance?» Muchaid de Dénia escribió: «Lamento mucho escribir mal en árabe, es que estoy rodeado de gente que habla algarabía».

Algunos textos en valenciano de antes de 1238 son la epístola Mila in gallicantu o la epístola Planchs de Sen Esteve, ambos de finales del XII o principios del XIII o el Vocabulista in Arabico de Fray Ramon Martí, un vocabulario árabe, mozárabe valenciano y latín escrito en 1233. Sant Pere Pasqual, nacido en 1227, escribió la Bíblia Parva. Destaca también la Carta puebla de los moros de Uxó, de 1250.

Fuentes consultadas:

-Bueno, Baltasar. La lengua valenciana nació en el siglo IX, 400 años antes de Jaime I. Las Provincias. 17-8-1992.

-Bueno, Baltasar. Las jarchas, lo que les molesta a los catalanistas. Som a temps. 8-7-2018.

Culla, Joan y Puerto, Teresa. Cronologia Històrica de la Llengua Valenciana. Diputació de Valéncia. Valéncia, 2007.

García Sentandreu, Juan. Todas las pruebas contra la mentira catalanista. Las 30 pruebas contra la mentira de que la lengua valenciana proviene del catalán. Autoedición. Valéncia, 2016.

Mourelle de Lema, Manuel. La identidad etnolingüística de Valencia. Desde la antigüedad hasta el siglo XIV. Grugalma. Madrid, 1996.

-Peñarroja, Leopoldo. Cristianismo valenciano. De los orígenes al siglo XIII. Ajuntament de Valéncia. Valéncia, 2007.

-Peñarroja, Leopoldo. Cristianos bajo el Islam: los mozárabes hasta la reconquista de Valencia. Gredos. Madrid, 1993.

-Peñarroja, Leopoldo. El mozárabe de Valencia: nuevas cuestiones de fonología mozárabe. Gredos. Madrid, 1990.

-Puerto, Teresa. Lengua Valenciana antes de Jaime I. Teresa Freedom. 14-5-2012.

–Puerto, Teresa. Llengua Valenciana, una llengua suplantada. Diputació de Valéncia. Valéncia, 2006.

-Puerto, Teresa. Parla Romanç Mozárabe del Reino de Valencia. Teresa Freedom. 2-6-2008.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anubar. Zaragoza, 1979-1981.

Ulpio Trajano, Marco. Las bases acientíficas de la unidad de las Lenguas Valenciana y la Catalana. Blog Defensa de la Llengua i la Cultura Valenciana de lo Regne de Valéncia. 12-3-2015.

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¿Sabías que la supuesta repoblación catalana del Reino de Valéncia es una manipulación histórica?

A todos nos enseñaron en la escuela la falsa historia de que el rey Jaime I de Aragón conquistó el Reino de Valéncia en el siglo XIII, que expulsó a los musulmanes y que nuestra tierra fue repoblada mayoritariamente por catalanes, que trajeron su lengua y que por ello el valenciano es un dialecto del catalán. De algún modo se nos presenta la historia de un modo semejante a la conquista del Lejano Oeste americano: como si Valéncia fuera un inmenso y despoblado desierto en el cual se van asentando los nuevos colonos. Pero para ser estrictos entonces Cataluña no existía como tal sino que era una docena de condados desunidos conocidos como la Marca Hispánica. Así pues, no existían los «catalanes» en el sentido estricto de la palabra, como tampoco existían los «canadienses» en esa misma época. Por otro lado los supuestos catalanes hablaban lemosín en ese tiempo, por lo que de traer alguna lengua sería la lemosina y no la catalana.

¿Pero en realidad se produjo esa gran repoblación catalana del Reino de Valéncia? Hay cuatro grandes fuentes bibliográficas para confirmar si esto es cierto o no. El Llibre dels Fets (Libro de los Hechos), escrito por el propio rey Jaime I, donde describe el proceso de conquista. El Llibre del Repartiment (Libro del Reparto), donde los escribas del rey apuntan las donaciones de pueblos, alquerías, tierras, villas, etc. a los caballeros que ayudaron a Jaime I en su empresa militar.  Els Llibres dels Aveïnaments (Libros de los Avecindamientos), que describen con detalle los caballeros o personas que se quedaron a vivir en el Reino de Valéncia. Y por último els Furs (Fueros), que contienen las leyes por las que se regirá el nuevo reino cristiano de Valéncia como estado independiente de los demás reinos y condados de la Corona de Aragón. Ninguna de las cuatro fuentes recoge una supuesta repoblación catalana.

Gracias al Llibre del Repartiment sabemos que vinieron pocos catalanes a la conquista de Valéncia y gracias als Llibres dels Aveïnaments que los que se quedaron a vivir fueron todavía menos. El Llibre dels Aveïnaments, que es la única prueba documental de quien se quedó a vivir en tierras valencianas, registra: valencianos autóctonos, moros, muladíes y mozárabes (36%), castellanos (30%), turolenses (28%), zaragozanos (1’2%), catalanes (1’2%), resto de la Península (2’4%) y extranjeros (1’2%). Los colonos procedentes la Marca Hispánica (actual Cataluña) fueron muy pocos. Según els Llibres dels Aveïnaments de los siglos sucesivos (XIII, XIV, XV) entre los años 1387-1396 el porcentaje de catalanes registrados es sólo del 1’2%, entre 1401-1450 el porcentaje es de 4´23 % y en 1475 el porcentaje de catalanes es el 2´5%. Esto desmiente la tesis catalanista de la repoblación, y por ende de la importación de la lengua.

Pero si esto es así ¿por qué se sigue enseñando esta teoría en las escuelas? Porque es la base sobre la que se sostiene la mentira de que el valenciano procede del catalán. La falsa teoría de la repoblación nace en 1848, con el archivero catalán Prósper de Bofarull, que controlaba el Archivo de la Corona de Aragón (creado por los catalanes cuando la Corona de Aragón ya no existía). Él hizo una edición falseada del Llibre del Repartiment, absolutamente tendenciosa e incorrecta que sobrepasaba los límites de la falsificación. En ella consideró única y exclusivamente los asentamientos poblacionales que le interesaban y hasta se permitió el lujo de tachar los que le parecían difíciles o iban contra sus teorías. De esta edición manipulada de Bofarull nace la idea de una repoblación masiva de catalanes que coloniza el desierto valenciano. Es un drama que esta mentira mil veces repetida se siga enseñando a nuestros hijos en las escuelas hoy.

Fuentes consultadas:

Almela i Vives, Francisco. Valencia y su reino. Ediciones Mariola. Madrid, 1965.

Bueno, Baltasar. Breve historia de la lengua valenciana (suplemento). Las Provincias. Valéncia, 1999. Págs. 58, 68, 69.

Huici, Ambrosio y Cabanes, María Desamparados. Documentos de Jaime I de Aragón. Anubar. Zaragoza, 1976-1988 (3 tomos).

–Jaume I. El Llibre dels Fets. L’Oronella. Valéncia, 2001 (2 tomos).

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (3 tomos). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

Ramon i Pastor, Enric. Som uns ignorants (2ª edición). Autoedición. Valéncia, 2011.

Simó Sintonja, Vicente. ¿Valenciano o catalán? Centro de Cultura Valenciana. Valéncia, 1975. Págs. 166-181.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anubar. Zaragoza, 1979-1981.

-Ubieto, Antonio. La inmigración en la Valencia Medieval. Temas valencianos. Anubar. Valéncia, 1972.

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¿Sabías que los más grandes intelectuales catalanes han negado la unidad de valenciano y catalán?

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Algunos de los más grandes intelectuales catalanes de todos los tiempos han negado, con mayor o menor intensidad, que catalán, valenciano y balear sean una única lengua.

«El catalán y el valenciano son dos formas de una misma rama idiomática; cada una con su personalidad, y cada una con su afinidad marcada». Son palabras del catalán Guillem Díaz Plaja, crítico, profesor y escritor, académico de la Real Academia Española (RAE) y miembro del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Palabras recogidas por Vicent Ramos en su libro Pancatalanismo entre valencianos (1978).

En la misma línea se pronunció en su Geografía General del Reino de Valencia (1920-1927) el historiador, bibliógrafo, político y escritor catalán Francesc Carreras i Candi: «Nadie podrá asegurar que el valenciano y el mallorquín sean dialectos del catalán. Los tres se han desarrollado con absoluta simultaneidad de tiempo y divergencias léxicas, sin influirse mutuamente».

Y continúa Carreras i Candi: «Nuestro juicio es aceptar una distinción racional entre valenciano, catalán y mallorquín, así en lo que concierne a sus variantes lingüísticas y también a su propia procedencia».

También Alexandre Cirici encontró diferencias notables entre ambas lenguas. En 1980, incluso llega a reconocer en su ponencia en la Asamblea de Parlamentarios del Consejo de Europa sobre lenguas minoritarias que los valencianos no consideran el catalán su lengua: «En cuanto al valenciano aquí la cosa es muy pintoresca. Verás: los catalanes escribimos en valenciano o leridano. La diferencia estriba en que nosotros pronunciamos de una forma mientras que los valencianos lo hacen tal como escriben. Es una cosa curiosa el hecho de que nuestra lengua ha tenido desarrollo literario a partir del valenciano, porque era el que se utilizaba en los documentos oficiales del pasado. De todas formas los valencianos, por tradición, consideran que hablan otra lengua diferente del catalán». Cirici es estudioso y crítico del arte, docente, diseñador gráfico, publicista y político.

Según algunos filólogos, una de las causas por las que avanza la castellanización de la sociedad valenciana es porque los niños no se identifican con el dialecto barcelonés que les imparten en la asignatura de valenciano.

El catalán Miquel Batllori también era consciente de ese fuerte rechazo social: «El catalán de Barcelona que se intenta imponer en Valencia y Baleares es un dialecto infecto e infame… es totalmente anticatalán ya que en esos lugares nunca se aceptará que un dialecto tan infecto como el de Barcelona se pueda imponer como lengua nacional». Estas palabras fueron recogidas por el diario Las Provincias el 2-11-1992. Batllori fue teólogo, historiador, escritor y un gran erudito que fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de 1995.

El miembro de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), Jordi Colomina, admitió (Actes de les Jornades sobre normes i planificació lingüístiques, 1994) que hay que forzar de forma artificial a los valencianos para que hablen como en Barcelona: «Ahora creo que ha llegado la hora de actuar sobre los hábitos ortográficos de los valencianos. Ya hemos conseguido una cierta tradición valenciana de escribir el valenciano de una determinada manera desde hace unos años, y se actuó con prudencia, pues se temía que los valencianos no aceptaran determinados cambios. Yo creo que ahora es el momento de introducir más cambios. Por ejemplo, la acentuación. Tenemos que acentuar todos igual, por tanto propongo que los occidentales tenemos que aceptar la norma oriental. Dicho entre paréntesis, la morfología verbal es la única cosa que aún no podemos unificar. El momento no es bueno todavía, no podemos. Creo que puede ser en 15 o 20 años si la comunicación sigue aumentando entre los países catalanes podremos alcanzar esa unificación. Éstas son unas propuestas para que los valencianos nos adaptemos a la ‘norma barcelonesa'».

FUENTE:

Las Provincias. 2-11-1992.

-Carreras i Candi, Francesc. Geografía General del Reino de Valencia. Ed. Martin. 1920-1927.

Ferrer, Josué. Els més grans intelectuals catalans han negat l’unitat de les llengüesValéncia hui. 3-6-2007.

-Ramos, Vicent. Pancatalanismo entre valencianos. Quiles. 1978.

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¿Sabías que el mejor filólogo catalán del siglo XX defendió el idioma valenciano?

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«La individualidad de la lengua valenciana dentro de la familia de las lenguas de Oc, nadie que tenga una mediana cultura la pone en duda». Estas palabras corresponden al catalán Manuel de Montoliu i Togores, quien fue doctor en Filosofía y Letras, articulista, filólogo y escritor. Montoliu está considerado por muchos como el más destacado filólogo catalán del siglo XX.

Este ilustre profesor de la Universidad de Barcelona nació en esa ciudad en 1877 y también murió allí en 1961 y por tanto vivió en una época en la que no se cuestionaba desde el punto de vista de la ciencia que el valenciano fuera una lengua independiente. «Hoy los escritores catalanes ya no oponen razones científicas a la fuerte personalidad de la lengua valenciana, ni se oye con tanta frecuencia como antes alegar la clasificación  según la cual se le da el nombre de catalán a todas las lenguas occitanas de España», afirmaba Montoliu.

Montoliu era de la opinión que el catalán, el balear y el valenciano eran idiomas hermanos dentro de una gran familia de lenguas (la familia occitana) donde están incluidos también el lemosín, el provenzal, el occitano, el auvernés y un largo etcétera de idiomas hablados en el sur de Francia y con los cuales nos entendemos.

«Confieso por mi cuenta que esta clasificación, como la mayoría de ellas [la de las lenguas occitanas de España] no deja de ser convencional. El nombre que se le ha de dar a una lengua es siempre un problema difícil, y llega a ser imposible su solución cuando se trata de agrupaciones de lenguas y de dialectos. Las discusiones sobre si debe llamarse provenzal o lemosina la lengua medieval de los trovadores; italiano o toscano, la lengua italiana; castellano o español la lengua oficial de España, están todavía en el orden del día».

Manuel de Montoliu es uno de los cerebros más insignes de la pasada centuria y, a diferencia de los actuales intelectuales catalanes, siempre fue respetuoso con la voluntad del pueblo valenciano:

«La costumbre de llamar valenciana a la lengua popular de Valencia, la vemos seguida constantemente por los escritores valencianos de los siglos XIV y XV. Lo más sensato y prudente es aceptar sin discusión esta costumbre que perdura hasta el presente. Aunque parezca una paradoja, quiero aclarar que el elogio que escribió Cervantes de la lengua valenciana, tiene para mí más importancia y más peso que la opinión de tres o cuatro sabios. ¡Salve, pues, dulce lengua valenciana!».

Es ésta la manifestación más contundente de Montoliu hacia la lengua nacional de los valencianos. El más importante filólogo del siglo XX consideró que el valenciano era una lengua independiente dentro de la familia de lenguas de Oc. Todas estas declaraciones vienen recogidas en el libro La llengua valenciana, en perill de Francesc de Borja Cremades, publicado en 1982.

FUENTE:

-De Borja Cremades, Francesc. La llengua valenciana, en perill. Grup d’Acció Valencianista. 1982.

Ferrer, Josué. El millor filòlec català del segle XX defengué l’idioma valencià. Valéncia hui. 25-3-2007.

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¿Sabías que la RACV es una institución centenaria que vela por la lengua y cultura valencianas?

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La Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) es una institución centenaria encargada de velar por la lengua y cultura valencianas. A lo largo de su siglo de existencia por ella ha pasado la flor y nata de la intelectualidad valenciana y quizás resultaría injusto destacar el  nombre de algunos académicos en detrimento del de otros. Sus orígenes históricos se remontan al 15 de enero de 1915 cuando de la mano del entonces presidente de la Diputación de Valencia, Josep Martínez Aloy, y del diputado Joan Pérez Lucia, se fundó lo que en aquel tiempo recibió la denominación de Centro de Cultura Valenciana. El Ayuntamiento de Valencia pronto se sumó a este proyecto y apoyó a la nueva entidad. Así, ya en 1917, el consistorio le cedió para su uso el Salón del Consolat de Mar de la Lonja de la Seda de Valencia (edificio gótico declarado Patrimonio de la Humanidad). En este ilustre salón se celebran hoy los actos más solemnes de la RACV.

La prestigiosa entidad académica ha experimentado varias reestructuraciones a lo largo del tiempo, extendiendo con los años su trabajo científico a nuevas áreas de estudio. De esta manera, en la segunda mitad del siglo XX el Centro de Cultura Valenciana se presentaba como centro valenciano de investigación en diversas áreas en las que contaba con profesionales de reconocido prestigio: Lengua y Literatura; Etnografía y Folklore; Historia y Arqueología; Prehistoria y Antropología; Ciencias Naturales; Geografía del Reino de Valencia; Filología Valenciana; Conferencia Club; Cronistas del Reino de Valencia y Protectores de las Cruces y de los Ermitorios del Reino de Valencia. En el año 1946 el Centro ingresó en el Patronato José María Quadrado, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Este patronato se transformó después en la actual Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL).

El funcionamiento y las actividades del Centro fueron aumentando y su prestigio también. En 1978, con el visto bueno de la Diputación, fue rebautizada como Academia de Cultura Valenciana, denominación que expresaba mejor la esencia y espíritu que había tomado la entidad. En 1986, la Academia fue aceptada dentro del Instituto de España como Academia asociada, junto con otras academias del Estado.  En 1991 el Rey de España Juan Carlos I de Borbón le concedió el título de Real, de tal manera que a partir de aquel momento pasaba a ser reconocida y bautizada como Real Academia de Cultura Valenciana (RACV). La RACV tiene el reconocimiento y recibe subvenciones públicas del Ayuntamiento de Valencia, la Diputación de Valencia y la Generalitat Valenciana y mantiene convenios de colaboración con la Universidad CEU Cardenal Herrera, la Universidad Politécnica de Valencia y la Escuela Internacional de Protocolo de Valencia.

Ante la ausencia de un modelo ortográfico oficial que normativizara la lengua valenciana, la RACV dictaminó, en 1981,  unas normas conocidas por el apelativo de Normas de El Puig, debido a que fueron firmadas en el Monasterio de El Puig ante numerosas entidades e intelectuales. Estas normas tuvieron reconocimiento oficial, al ser publicada en ellas en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) la primera edición del Estatuto de Autonomía (1982) y ser empleadas por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana en la enseñanza del valenciano en las escuelas. También fueron usadas por las Diputaciones y los Ayuntamientos. Estos trabajos de investigación sobre la lengua valenciana hicieron que la entidad científica pasara a contar con un enorme arraigo popular por su encendida defensa y recuperación de la auténtica lengua valenciana,  frente a los continuos intentos de anexión lingüística y cultural del imperialismo catalán.

FUENTE: Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).

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¿Sabías que en valenciano se dice «la fi de semana» y no «el cap de setmana»?

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Una muestra clara del mal llamado proceso de normalización lingüística (en realidad proceso de sustitución lingüística) que pretende sustituir todas las palabras típicas valencianas por otras catalanas es la inoculación del barbarismo cap de setmana (fin de semana, en catalán) que está suplantando al término valenciano fi de semana (fin de semana), según denuncia el profesor Manuel Gimeno.

Emplear cap de setmana en valenciano para referirse al sábado y domingo es una aberración total. Cap significa «cabeza» o «principio» en valenciano. Por ejemplo, la expresión Cap d’any quiere decir «primer día del año» o «principio del año», por eso la usamos en la noche del 31 de diciembre al 1 de enero, porque la nit de cap d’any es la «noche de principio de año» o la «primera noche del año».

Fi, en cambio, significa «fin» en nuestro idioma. La fi de semana es la expresión correcta para referirse al sábado y domingo, que son, efectivamente, los últimos días de la semana. Emplear el término cap de setmana (principio de semana) que referirnos al final de semana es delirante, y tan sólo se sostiene porque es muy usado en Cataluña y los políticos antivalencianos pretenden que lo sea también en Valencia.

Decir cap de setmana en valenciano sólo tendría sentido si empleáramos el calendario judío, en el que, en efecto, el domingo es el primer día de la semana. Pero mientras nos guiemos por el calendario occidental, la forma correcta para referirnos a los últimos días de la semana (sábado y domingo) será fi de semana. Defender lo contrario es un ataque al idioma valenciano, a la lógica y al sentido común.

 

Fuentes consultadas:

– Gimeno, Manuel. Del fi de semana al «cap de setmana», en poc de temps. Plataforma Jovenil Valencianista.

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