Si Dios condena las imágenes ¿por qué entonces ordenó hacer dos querubines de oro y una serpiente de bronce?

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Pregunta de Josep Lluís Ruano.

Ibi, Reino de Valencia. España.

Cuando alguien acusa a los católicos de idolatrar imágenes, vírgenes y santos, a menudo recurren a dos pasajes de la Santa Biblia para defender su política de venerar imágenes y esculturas. En el primero Yahvé ordena a Moisés construir dos querubines de oro (Éxodo 25:18-20) y en el segundo le ordena hacer una serpiente de bronce (Números 21:4-9). ¿Por qué mandaría el Señor tal cosa? ¿Se contradice Dios a sí mismo cuando prohíbe hacer imágenes (Éxodo 20:3-5)? ¿Los querubines y la serpiente son comparables a las imágenes a las que los católicos rinden culto con mariana devoción en sus procesiones? No. Hay cinco diferencias claras.

1) Los querubines fueron hechos para uso decorativo u ornamental y la serpiente para mostrar al pueblo el poder de Dios en un caso muy concreto.
2) Ambos fueron instituidos por Dios.
3) En ningún caso funcionaron como mediadores entre Dios y su pueblo.
4) Estas figuras no fueron hechas para que la gente las adorara, las venerara, les rindiera culto e se inclinara ante ellas, porque en tal caso se convierten en ídolos, y detrás de cada ídolo se esconde un demonio.
5) Dios no prohíbe todas las esculturas e imágenes, porque si no Él mismo se contradeciría. El Señor no tiene ningún problema con una imagen (una foto, un cuadro, una escultura, una obra de arte, un dibujo, un tebeo, un film, etc) siempre que ésta sea considerada un mero objeto que no incumpla el punto anterior.

No está de más recordar el Segundo Mandamiento de la Ley de Dios que Yahvé entregó a Moisés: «No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas ni debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni las honrarás (…)» (Éxodo 20:4-5). Un mandamiento por cierto que la Iglesia Católica oculta en sus propios y manipulados Diez Mandamientos. Lo más increíble de todo esto es que la misma Biblia católica dice: «Por esto, queridos hermanos, huid de la idolatría» (1 Corintios 10:14) y Cristo dijo: «¿Por qué me llamáis «Señor, Señor» y no hacéis lo que yo digo?» (Lucas 6:46).

¿Quién fue el ángel de la muerte?

Pregunta de Mario Hidalgo.

Elda, Reino de Valencia. España.

El ángel de la muerte o ángel exterminador es un enigmático personaje del que se ha hablado mucho y del que se sabe muy poco. Con este nombre nos referimos a un ser mencionado en la Biblia que provocó una gran masacre. Hemos de aclarar que en las Sagradas Escrituras no aparece mencionado en ningún momento como «ángel de la muerte» o «ángel exterminador». Aparece de hecho mencionado como «ángel de Jehová» o «ángel del Señor» y es el protagonista directo de un macabro y luctuoso suceso.

En la Biblia aparece fugazmente citado en dos versículos. El primero reza así: «Aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. A la hora de levantarse por la mañana, todo era cuerpos de muertos» (2 Reyes 19:35). El segundo pasaje nos explica: «Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, todo era cadáveres» (Isaías 37:36).

Del ángel de la muerte no sabemos apenas nada. Tan sólo que fue enviado por Dios para acabar con el ejército del rey asirio Senaquerib. Este monarca era muy poderoso, había sometido ya a varias naciones y asediaba a Israel, de quien aseguraba que su dios (Yahvé) no sería capaz de salvarla. Israel no tenía capacidad militar para repeler el ataque de una nación tan poderosa, por ello el Señor envió un ángel para arrasar el ejército asirio. Tras esta atroz masacre, el rey asirio se retiró a su patria. Y ahí acaba todo.

No sabemos nada más del ángel de la muerte. Por no saber no sabemos ni siquiera su nombre. Es cierto que el término «ángel del Señor» o «ángel de Jehová» aparece mencionado en la Biblia otras veces, desde luego menos siniestras. Sin embargo, no podemos estar seguros de que sea el mismo personaje ya que cuando se habla de «ángel del Señor» no tiene por qué ser uno concreto. Quizás el autor se refiera con ello a «un ángel enviado por Dios» que en una ocasión puede ser uno y en otra otro distinto.

Al no especificarse su nombre no sabemos de quién se trata. Sólo que fue enviado por Dios para proteger a Israel y que mató 185.000 soldados en una noche. Fin de la historia. Es verdad que de este ser han corrido ríos de tinta y existen teorías para todos los gustos: algunos afirman que es la muerte, otros que se llama Azrael y hasta hay quien lo identifica con Cristo. Lo único cierto es que sólo sabemos lo que pone en 2 Reyes 19:35 e Isaías 37:36. Todo lo demás son meras especulaciones sin ningún fundamento bíblico.

Fuente: Biblia Reina-Valera 1995.

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