¿Qué dice la Biblia acerca del purgatorio?

Para la Iglesia Católica el purgatorio es un estado transitorio de purificación y expiación donde, tras la muerte, las personas que han muerto sin pecado mortal, pero que han cometido pecados leves sin haber sido perdonados o graves ya perdonados en su vida pero sin satisfacción penitencial del creyente, tienen que purificarse de esas manchas a causa de la pena temporal contraída para poder acceder a la presencia de Dios. La estancia en ese lugar es transitoria, por lo que todo aquel que entra allí tarde o temprano acabará entrando también en el cielo. Las plegarias por los muertos y las indulgencias pueden acortar la estadía de uno o varios sitios queridos que estén en ese estado. El purgatorio es dogma de fe desde 1254, fruto del primer Concilio de Lyon, en los tiempos del Papa Inocencio IV.

Ahora bien, ¿qué es lo que dice la Palabra de Dios sobre este asunto? En las más de mil páginas de la Biblia la palabra «purgatorio» no aparece mencionada ni una sola vez. Tampoco existe ningún fragmento que afirme que existe un tercer lugar, estado de conciencia o dimensión donde van a parar aquellos que no han sido suficiente malos como para ir al infierno pero tampoco suficientemente buenos como para ganarse el cielo. Ni mucho menos se afirma que el espíritu de una persona muerta vaya a ir al cielo por más rezos o donativos a la iglesia que hagamos. En ningún momento se menciona nada así. No lo menciona Dios padre, ni Dios hijo, ni los profetas, ni los evangelistas ni los apóstoles. Y sería muy presuntuoso pensar que un Papa, por sabio que sea, pueda corregir al mismísimo Dios.

Es más… si todo esto fuera posible, invalidaría el sacrificio de Jesucristo por nosotros. Cristo es enviado a la Tierra para salvarnos de nuestros pecados ya que nadie que tenga pecado puede entrar en el cielo. Si salvar el alma de un difunto fuera tan sencillo como rezar unos cuantos padrenuestros entonces ¿para qué vino Cristo al mundo? Se podía haber ahorrado ser crucificado ya que con nuestros rezos es más que suficiente para obtener  la salvación. No existe base bíblica alguna para sostener la existencia del purgatorio. De hecho, fue un invento de la Iglesia Católica Romana para convencer a la gente de que si pagaba dinero podía salvar las almas de sus familiares. El dinero recaudado se empleó para financiar  las campañas políticas y militares de los sumos pontífices de la Edad Media.

A %d blogueros les gusta esto: