Gran Colombia: el sueño panamericano.

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Inmediatamente después de que el libertador Simón Bolívar lograra librar del yugo español a varias naciones latinoamericanas, se procedió a crear la Gran Colombia, que pretendía unir toda Hispanoamérica, desde México hasta Chile. Proyecto ideado por el ideólogo Francisco de Miranda cuyo gran impulsor fue Bolívar.

La Gran Colombia nace en 1821 con la unión de Nueva Granada (hoy Colombia) y Venezuela, se suma ese año Panamá (como parte de Nueva Granada); así como Quito y Guayaquil (que ahora forman Ecuador) en 1822. Se estudió incorporar el Haití español (actual República Dominicana), Bolivia y Perú, pero la cosa no fraguó.

Desde un primer momento hubo dos visiones antagónicas: la de Francisco de Paula Santander (federalismo, democracia, localismos) versus la de Bolívar (centralismo, autoritarismo, interés general). A eso se sumaron las malas comunicaciones, un excesivo centralismo y los distintos intereses de las oligarquías locales.

En 1825 el estado llegó a tener 2.500.000 habitantes y 2.500.000 km2. Era una nación multiétnica que vivía de la agricultura y el comercio y que contaba con moneda propia, el piastra. En 1828 Bolívar se erige en dictador vitalicio para dar estabilidad al país. Esto fue visto como un retorno a la monarquía y causó gran rechazo.

La Gran Colombia fue a la guerra contra Perú en 1828-1829. Ambos contendieron por el control de Guayaquil. Venezuela y Ecuador se separaron de la federación en 1830, el mismo año en que murió Simón Bolívar. La disolución efectiva del país llegó en 1830 y la formal en 1831. El sueño panamericano tan sólo duró una década.

Si toda Hispanoamérica se hubiese unido, hoy sería un estado de 11.500.000 km2 (segundo del mundo) y 400 millones de habitantes (tercero), pero no funcionó. La Gran Colombia inspiró otros proyectos federalistas como la República Federal de Centro América (1823-1841) y la Confederación Peruana-Boliviana (1836-1839).

Panamá: el canal-estado.

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Érase una vez un país a un canal pegado: Panamá. Colonia española desde el siglo XVI, pasó a formar parte de Nueva Granada en 1821, de la Gran Colombia en 1822 y luego otra vez Nueva Granada en 1831. Tras varias intentonas separatistas (1830, 1831, 1840 y 1850) finalmente se independizó de Colombia en 1903.

Desde entonces es independiente de Colombia… y dependiente de Estados Unidos. El embajador gringo es quien de verdad manda en este istmo centroamericano con salida al Caribe y al Pacífico. De infausto recuerdo son las dictaduras de Omar Torrijos y Manuel Noriega así como la invasión norteamericana de 1989.

El país tiene la economía más dinámica y exportadora de Centroamérica: cuenta con la zona libre de Colón, la más importante de América y segunda del mundo, y es un paraíso fiscal que lava el dinero negro del narcotráfico. Pese a que por allí pasan grandes fortunas, no hay reparto de riqueza y sí grandes desigualdades de clase.

Pero la historia de Panamá es, en esencia, la historia de su estratégico canal interoceánico, el único de América y segundo más importante del mundo después del de Suez. En 1881 los franceses iniciaron su construcción pero fracasaron en el intento y vendieron los derechos a Estados Unidos, que lo construyó entre 1903 y 1914.

Desde 1856 Estados Unidos ha intervenido política y militarmente en Panamá para garantizar la neutralidad del istmo y el tránsito de estadounidenses. Ya desde 1903 Washington controló el canal pero en 1999, tras 85 años de gestión americana, Panamá recibió al fin la administración del mismo, la cual ha sido exitosa.

Es un país de tránsito con blancos, negros, mulatos, indígenas e inmigrantes de mil sitios. El español es oficial pero también se hablan lenguas indígenas. El panameño es un pueblo informal, al que no le gusta trabajar y menos aún leer; sociedad inculta, indolente y sumisa, a la que no le importa ser gobernada desde fuera.

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