¿Sabías que Elda es la cuna del calzado ibérico?

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La ciudad de la Península Ibérica con mayor industria del calzado es Elda (Vinalopó Mijà). A mediados del siglo XX se instalaron numerosas fábricas de zapatos en Elda, que atrajeron inmigrantes de todas partes de España. En la actualidad la mitad del tejido empresarial de la localidad está vinculado al calzado. Unas cuatrocientas empresas trabajan de forma directa o indirecta para el sector y se calcula que en el 60% de las familias eldenses uno o varios de sus miembros están empleados en el zapato.

En Elda, de 53000 habitantes, encontramos firmas como Unisa, Pedro García, Sara Navarro, Lodi, Magrit, To Be, Paco Herrero, Audley London, Menbur, Nacho Rivera, Rebeca Sanver, La Fábrica, Niñas al Salón, Pimientos… y muchas más. A cada paso encuentras una tienda de zapatos, que en realidad son tiendas de ofertas de las marcas más prestigiosas; existe incluso una ruta de saldos para comprar barato y hasta un Museo del Calzado, que exhibe una extensísima colección de pares de todos los tiempos.

Pero por encima de todas las demás empresas destaca Stuart Weitzman -especializada en calzado de lujo para mujer y cuyos zapatos utilizan las estrellas de Hollywood- que es el líder de la Península Ibérica en facturación con 1400 millones de euros (datos de 2015). Su capital es extranjero, concretamente estadounidense, y pertenece al Grupo Coach, pero la firma tiene centralizada su producción en Elda. Si lo que quieres es comprarte un excelente par de zapatos sin duda ésta es la ciudad ideal que debes visitar.

Fuentes consultadas:

Colino. Elda es la cuna del calzado español: conoce la ruta de sus mejores marcas. Trendencias. 22-6-2015.

 

¿Sabías que Cataluña se enriqueció en el siglo XIX a costa de empobrecer a Valencia?

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España tuvo una industrialización tardía. Entre 1840 y 1930 aproximadamente. Durante este tiempo el Estado Español desarrolló la industria (fundamentalmente textil) en Cataluña y Vizcaya. Como se tratataba de una industria ineficiente y poco competitiva, el Gobierno instauró fuertes aranceles y medidas proteccionistas para que los productos extranjeros resultaran demasiado caros y así vizcaínos y catalanes contaran con un mercado español cautivo. En el libro España contra Cataluña. Historia de un fraude de Jesús Lainz (2014), se recoge que en el año 1837 el célebre escritor francés Stendhal escribió: «Es digno de  mención que en Barcelona se predica la más pura de las virtudes, el beneficio de todos, y al mismo tiempo se quiere disfrutar de privilegios: divertida contradicción. Estos señores quieren leyes justas, con la excepción de la ley de aduanas, que debe estar hecha a su antojo. Los catalanes exigen que cada español que usa telas de algodón pague cuatro francos al año porque en el mundo hay una Cataluña. Es preciso que el español de Granada, Málaga o La Coruña no compre, por     ejemplo, los tejidos de algodón ingleses, que son excelentes y cuestan un franco la vara, y se sirva de los tejidos catalanes, muy inferiores y que cuestan tres francos la vara».

El periodista, político y escritor valenciano Vicent Blasco Ibáñez, presidente de Unión Republicana e izquierdista hasta la médula, escribió: «Valencia, que ha sido la Cenicienta del Mediterráneo, en cuyo puerto impera la más honda miseria, por culpa de Barcelona, que lo absorbe todo, que es el verdugo de Levante, que quiere convertir toda España en huevo para tragarse hasta la cascara, que envía a nuestra ciudad sus productos libremente, sin que sufran ningún impuesto a su entrada, y en cambio la pasa, la naranja y la legumbres valencianas pagan un enorme tributo municipal al entrar en Barcelona; Valencia, cuya agricultura muere por imposición del industrialismo catalán, porque catalanes y vizcainos han conseguido la confección de unos infames aranceles que nos tapian los mercados internacionales para la exportación de nuestra fruta, sometiéndonos a una pérdida anual de mas de cien millones de pesetas, que se traduce en hambre y congojas en el campo y languidez en la vida comercial de la ciudad». Es un fragmento de su artículo La lepra catalanista, publicado en El Pueblo. Diario Republicano de Valencia, 13-6-1907. ¿Será Blasco Ibáñez, como todos los que criticamos el catalanismo, otro fascista anticientífico de la extrema derecha?

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