¿Sabías que el ajedrez moderno es un invento valenciano?

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El ajedrez es un juego de origen indio, nacido alrededor del siglo VI. El juego primigenio era ligeramente distinto al que conocemos en la actualidad. En un principio no existía la figura de la dama, sino que al lado del rey estaba el alferza, que representaba a un guerrero y tenía un valor escaso en el tablero. Sus movimientos sólo podían ser en diagonal, avanzando una única casilla.

Pero todo esto cambió en el floreciente Reino de Valencia en su centuria dorada, el siglo XV. Apareció la dama, una mujer impactante, la segunda pieza en importancia sólo por detrás del rey. Sin duda, la figura más poderosa del juego ya que podía desplazarse en cualquier dirección.

Esta revolución que ha llegado al ajedrez de nuestros días fue obra del valenciano Francesch Vicent, nacido en Segorbe (Alto Palancia). Vicent introdujo la dama en el juego en 1475 y con posterioridad alentó su exportación a toda Europa con la escritura de un singular tratado que explicaba las normas del nuevo ajedrez y que fue impreso en Valencia el 15 de mayo de 1495.

Éste fue el primer tratado de ajedrez del mundo y fue escrito por Vicent originalmente en valenciano. Su título es El llibre dels Jochs Partits dels Schacs en nombre de 100 (Libro de los juegos y partidas de ajedrez en número de 100, en castellano). El último ejemplar conocido de esta obra se encontraba en la biblioteca de Montserrat y desapareció en el asalto de las tropas de Napoleón Bonaparte, que incendiaron el monasterio en 1811.

Todo esto se descubrió en 2005 con la publicación del libro El regreso de Francesch Vicent. Historia del nacimiento y la expansión del ajedrez moderno, que ha acabado con más de cinco siglos de hipótesis, dudas y conjeturas. El estudio -de más de 500 páginas- es obra del investigador José Antonio Garzón y cuenta con un prólogo de Anatoli Karpov. El mejor ajedrecista de todos los tiempos es un férreo defensor del origen valenciano del ajedrez moderno.

Ajedrez.

No sé cómo pueden decir que es un juego aburrido. A mí me parece apasionante del todo. Un juego. Esa es otra. Porque para mí el ajedrez es un juego, no un deporte. Yo entiendo como deporte todas esas competiciones en que debes ejercitar el cuerpo mucho más que la mente. Si no sudas, es que no es un deporte. En cualquier caso, me parece pura emoción. Es un espectáculo glorioso donde pueden competir desde jóvenes hasta ancianos pasando por ordenadores como Deep Blue. ¡A ver que deporte puede ofrecer eso! ¿Cómo pueden decir que aquella partida de 1984 entre Anatoli Karpov y Gari Kasparov que duró seis meses puede ser aburrida? ¡Que lucha de titanes por dominar los tableros del planeta! ¡Pero si la rivalidad de estos dos monstruos, de estos dos fenómenos sobrenaturales llegó incluso a causar un cisma al dividir al mundo del ajedrez en la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y la Asociación de Ajedrez Profesional (PCA)! Debes estar hecho de una pasta especial para proclamarte campeón del mundo.

El dominio de los competidores ex-soviéticos sobre el resto del mundo es aplastante. Se ve que en Europa del Este los niños en vez de jugar a la pelota en las gélidas calles llenas de nieve optan por quedarse en casa jugando al ajedrez con la calefacción… Si no, no me lo explico, la verdad. Aunque maestros los ha habido de todos sitios (Wilhelm Steinitz, Emmanuel Lasker, Mijail Botvinnik…) Se echa en falta ver de nuevo a campeones hispanos al estilo del mítico José Raúl Capablanca; ojalá que el español Alexei Shirov gane alguna vez un título mundial para su patria. Por cierto, resulta curioso que habiendo nacido el ajedrez en la India sólo el indio Viswanathan Anand haya conseguido conquistar el título de campeón mundial para su país.

El ajedrez debería impartirse como clase en las escuelas porque enseña a pensar y eso es fundamental en el desarrollo personal y profesional de cualquier individuo. Eso es mucho más útil que ir dando botes como si fueras una rana en Educación Física o hacer la voltereta; ¡todo eso no me ha servido en la vida para nada! El ajedrez tiene un gran poder; el de despertar las mentes dormidas, tal vez por eso el ayatolá Rudollah Jomeini o los Talibanes Afganos lo prohibieron. Sólo los grandes maestros pueden dominarlo. Anand cree que para descollar en el juego necesitas una gran mezcla de memoria, cálculo, disciplina e instinto; todas las cualidades que un dictador teme en los otros.

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