Malta: la perla del Mediterráneo.

© CE/EC Flag of Malta 6/12/2003

Malta es la perla del Mediterráneo. Seis pequeñas islas, de las cuales sólo tres habitadas (Malta, Gozo y Comino). 316 km2 y 400.000 almas, un paraíso en medio de aguas cristalinas que atrae cada año un turismo de calidad y selectivo. No tiene ríos, lagos o montañas, así que los malteses deben potabilizar el agua marina.

Imperios han ido y venido, pero Malta ha permanecido. El pueblo maltés es una mezcla étnica de fenicios, árabes, italianos e ingleses, colonos todos ellos que han dejado su impronta en las islas. Esta nación es pequeña en tamaño pero grande en historia, debido a su valiosa situación estratégica a medio camino entre Italia y Libia.

Inglés y maltés son idiomas oficiales y la población es bilingüe. El pueblo combina la cultura inglesa con el carácter mediterráneo. La lengua propia es el maltés,  idioma semita derivado del árabe con muchos préstamos italianos e ingleses. Es una lengua literaria desde el siglo XIX puesto que antes aún era eminentemente oral.

El 98% de los malteses es católico. La Constitución destaca la importancia del catolicismo en este estado confesional aunque se garantiza la libertad religiosa. La Iglesia Catóĺica es la dueña del 50% de propiedades agrícolas del país, donde por cierto no existe el divorcio.  Es también la nación con más templos por m2 del mundo.

La nación da nombre a una orden militar y religiosa que en la Edad Media cuidaba de los enfermos que iban a combatir a las Cruzadas. La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como Orden de Malta, es el único estado soberano del mundo sin suelo patrio.

En 1798 la Orden de Malta se rindió ante el emperador francés Napoleón Bonaparte sin ofrecer resistencia. El dominio galo duró dos años. En 1814 Reino Unido se apoderó de las islas y su colonialismo duró por más de 150 años, hasta que la república se independizó en 1974. Ingresó en la Unión Europea (UE) en 2004.

Orden de Malta: el único estado soberano sin territorio.

La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como Orden de Malta, es un estado soberano sin territorio. Nació en Jerusalén hacia 1048 y aparece en el Libro Guinnes de los records como el país más pequeño del mundo. De hecho, es la única nación sin tierra.

Es una organización que realiza obras de caridad pero que recibe trato de estado. Hace siglos también hacía la guerra (ahora ya no). Durante las cruzadas luchó contra los musulmanes para liberar Tierra Santa y llegó a ejercer su soberanía en tierras como Rodas, Malta, Trípoli, Isla de Tortuga, y San Martín y San Bartolomé.

Con el tiempo perdió su carácter bélico y su territorio, pero conservó su condición soberana. La naturaleza de la Orden de Malta está expuesta en su Constitución, en donde se estipula que es religiosa-laica, soberana, militar, caballeresca, de tradición nobiliaria, sujeta al derecho internacional y aprobada por la Santa  Sede.

La Orden de Malta, que conserva las prerrogativas de un ente independiente y soberano, tiene su propio ordenamiento jurídico, expide pasaportes, emite sellos, acuña moneda y da personalidad jurídica autónoma a sus organismos públicos. Sus miembros gozan de visado diplomático, es decir, tienen inmunidad diplomática.

Tras la conquista napoleónica de Malta, en 1834 la Orden se estableció su sede central en Roma. Allí la Orden tiene dos sedes que gozan de extraterritorialidad, mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 estados y posee el estatuto de Observador Permanente ante muchas organizaciones relevantes como Naciones Unidas.

Los 13.000 caballeros y damas que pertenecen a la Orden son católicos llamados a la vitud y caridad cristianas. Sólo se entra por invitación al interesado, que debe justificar su linaje aristocrático. Se trata de nobles, empresarios, políticos y hombres de estado acaudalados que financian las acciones humanitarias de la orden.