Corría el año 1929 cuando Josep Gregori Furió fundó en la valenciana localidad de Alzira (La Ribera Alta) un almacén de naranjas. A partir de 1950 Gregori dejó de lado los productos agrícolas y se centró en los cacahuetes. Poco se podía imaginar aquel buen hombre que con el tiempo ese humilde almacén acabaría convirtiéndose en una de las empresas de frutos secos, aperitivos y horneados de pan más importantes de la Península Ibérica. Hablamos de Grefusa, otro caso de éxito del espíritu emprendedor valenciano.
Grefusa es uno de los grupos empresariales líderes en el sector de los frutos secos. Cerró 2015 con una facturación de 96 millones de euros y más de 600 empleados. Cada año esta empresa valenciana produce 300 millones de bolsas de productos, 17.000 toneladas de frutos secos, aperitivos y horneados de pan y lanza al mercado entre 15 y 20 novedades. A lo largo de los años Grefusa ha sabido crear marcas tan conocidas como Pipas G, El Piponazo, MisterCorn, Gublins, PapaDelta o Snatt´s, entre otros.
Aunque sigue siendo un grupo familiar, Grefusa ha sabido internacionalizarse y tiene presencia y negocios en América, África, Europa y Asia, a destacar sus factorías en Portugal y Turquía. También ha diversificado su actividad al entrar en otros sectores como el inmobiliario, las máquinas dispensadoras o la aviación civil. El holding tiene su sede central en Alzira, donde cuenta con unas instalaciones de más de 35.000 m2; una de las plantas productoras de frutos secos y aperitivos más grandes y modernas de Europa.
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