Granada comprende la isla homónima y las Granadinas del sur. Originalmente llamada Concepción pasó a su nombre actual por su parecido con Sierra Nevada, Granada, España. Por allí han pasado arawaks, caribes, españoles, franceses y británicos. Y por supuesto, muchos esclavos africanos para cultivar la caña de azúcar.
Este país se independizó de Reino Unido en 1974 y en 1979 llegó al poder Maurice Bishop, quien trajo el comunismo y se acercó a Cuba y la Unión Soviética. En 1983 Bishop fue ejecutado tras un golpe de estado y seis días más tarde Estados Unidos invadió la isla y puso fin a la amenaza de la hoz y el martillo.
El comunismo fue abortado pero pronto pasó a ser sustituido por una suerte nacionalismo que reivindica las raíces africanas de la patria. La lucha por el reconocimiento de los derechos de los esclavos se constata en el resurgimiento general del orgullo negro y la práctica común de poner nombres africanos a los niños.
Aunque independiente, Granada sigue siendo un reino e Isabel II de Inglaterra quien ostenta la corona. No se puede descartar que en el futuro se convierta en una república, habida cuenta de la creciente desafección hacia Londres. La población trabaja en la agricultura y el turismo y en líneas generales vive en la pobreza.
Ésta es una sociedad multicultural en la que se mezcla lo africano con lo británico y lo francés, lo católico con lo anglicano. Como pueblo que es de orígenes predominantemente africanos, los granadinos son de sangre caliente y les apasiona cantar, bailar y escuchar música al son del calipso, la salsa, el reggae o el limbo.
Granada es el segundo estado más pequeño de América, así que difícilmente puede atesorar una gran historia. No obstante, ha tenido algunos hijos ilustres como el atleta Kirani James, campeón mundial y olímpico de 400 metros, o el pintor naïf Canute Caliste, famoso por sus llamativos cuadros de sirenas y veleros.
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