Poblado originalmente por los nativos caribe, este archipiélago fue descubierto por los españoles en el siglo XV. El explorador Cristóbal Colón llamó San Vicente a la isla principal por haberla descubierto en el día de ese santo, y Granadinas a las demás (no confundir con la isla de Granada), en honor a la ciudad andaluza de Granada.
Los caribe impidieron la colonización europea hasta el siglo XVIII. Esclavos negros africanos procedentes de otras islas buscaron refugio en San Vicente y se cruzaron con los nativos, dando lugar a mestizos. Finalmente fue tomado por los colonos franceses primero, y por los británicos después, quienes esclavizaron a los locales.
El 27 de octubre de 1969 la colonia se convirtió en un Estado libre asociado al Reino Unido. Fue sólo un alto en el camino. Ya que el mismo día pero diez años después, San Vicente y las Granadinas proclamaron su independencia definitiva. La forma de gobierno es la monarquía y la jefa de Estado es la reina Isabel II de Inglaterra.
La economía del país es agrícola y por tanto la población es pobre. A eso se suma que las erupciones volcánicas, los huracanes y otros desastres naturales lastiman las islas cada cierto tiempo. El turismo, así como la ingeniería fiscal, están en un estadio incipiente pero llamadas a ser las principales fuentes de ingresos en el futuro.
De las poco más de cien mil almas que pueblan el lugar, la mayoría corresponde a negros, aunque también hay bastantes mestizos. El inglés es el idioma oficial aunque la gente prefiere hablar en criollo. Casi toda la población es cristiana, con anglicanos, metodistas y católicos a la cabeza. La población vive tranquila y en paz.
La mezcla étnica de San Vicente y las Granadinas tiene su reflejo en la cultura, una mezcla de elementos indígenas, africanos, hindúes y británicos. Este mestizaje queda patente en las constumbres, gastronomía, lengua, música y deporte (destacan el fútbol y el críquet). Los ritmos musicales preferidos son el reggae y el calipso.
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