Sant Vicent Ferrer (Valéncia 1350-Vannes, 1419) fue un fraile dominico cuya figura es capital en la historia de nuestro Reino. Su postura fue clave en el Compromiso de Caspe de 1412, que resolvió el problema sucesorio de Martín el Humano, y entronizó a Fernando de Trastámara. Colaboró en la resolución del Cisma de Occidente (llegó a haber hasta tres papas a la vez) y, aunque en un principio defendió a Pedro de Luna (Benedicto XIII) más tarde apoyó a Martín V, papa con se puso punto y final al cisma en 1417. Su hermano, Fra Bonifaci Ferrer, tradujo la Biblia al valenciano. Sant Vicent es el patrón del Reino de Valéncia, a diferencia de Aragón y Cataluña, que tienen a Sant Jordi.
Sant Vicent Ferrer fue canonizado el 29 de junio de 1455 por el papa Calixto III, también valenciano. El manuscrito del proceso de canonización del santo, transcrito en 2019 al castellano, ocupa 600 folios e incluye los testimonios de 380 testigos de aquella época, entre ellos el rey Alfonso el Magnánimo. El documento fue traducido del latín al castellano en un trabajo de Adolf Robles, Vicent Forcada, Sebastià Fuster, Argimir Velasco, Alfons Esponera y Marc Antoni Coronel. El proceso recogió más de 860 milagros atribuidos a la intercesión del célebre predicador, numerosos documentos notariales y la vida cotidiana y predicaciones del santo en sus dos últimas décadas de su vida.
De entre sus 860 milagros destaca el milagro del salser (salsero), de 1359, cuando un Vicent de nueve años curó a un niño de cinco de sus llagas en el cuerpo. O el milagro del mocadoret (pañuelito) de 1385, en la Ciudad de Valéncia, cuando lanzó un pañuelo al viento y dijo que entraría en la casa de alguna familia con gran necesidad y que había que ayudarla. O cuando en 1410 hizo brotar agua de una fuente que se había secado en Llíria (Camp del Túria). Ferrer también profetizó que Alfonso de Borja llegaría a ser papa (Calixto III) y que él lo canonizaría y lo haría santo, lo cual se cumplió. Incluso después de muerto hizo milagros, como cuando salvó Agullent (Vall d’Albaida) de la peste en 1600.
Quizás su milagro más singular fue el don de lenguas. Sant Vicent Ferrer era capaz de hacerse entender en otros idiomas, a pesar de que sólo hablaba valenciano y latín. Él predicó en lengua valenciana por Europa y los naturales de cada país le entendían perfectamente como si les estuviera hablando en su propio idioma, tal y como ocurrió el día de Pentecostés cuando los apóstoles predicaron el Evangelio en su propia lengua y fueron entendidos por gentes de una veintena de nacionalidades (Hechos 2). Igualmente también está documentado que el santo predicaba en valenciano y el que era castellano le entendía en castellano, el francés le entendía en francés, el toscano en toscano, el inglés en inglés…
Tal es la profusión de milagros del santo que actualmente aún son recordados gracias los Milagros de Sant Vicent Ferrer (Milacres de Sant Vicent Ferrer en valenciano), que son representaciones teatrales infantiles que se realizan en las calles de Valéncia capital, y en lengua valenciana, en unos escenarios artesanales decorados con temática religiosa conocidos como Altares de Sant Vicent y en la que los niños interpretan con ropa de época distintos milagros realizados por el santo valenciano. Las representaciones se realizan durante las fiestas patronales del santo. La labor de la Junta Central Vicentina y Lo Rat Penat mantienen con vida esta tradición teatral infantil que se proviene de la Edad Media.
Fuentes consultadas:
–Díez Arnal, J. Personajes valencianos: San Vicente Ferrer. Blog de J. Díez Arnal.
–Ros, M/Europa Press. Sant Vicent Ferrer, en castellano. Levante-EMV. 13-4-2012.
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