Hace muchos años, cuando los pescadores valencianos regresaban de faenar con sus barcas se encontraban con un problema muy serio y es que no podían acercarse a tierra firme para descargar la pesca. En muchas localidades valencianas los puertos naturales eran de escasa hondura y las barcas de los pescadores corrían el riesgo de encallar si se acercaban demasiado. Para solventar este contratiempo, unos remeros a bordo de unas embarcaciones llamadas faluchos se acercaban a recoger la pesca de las barcas, y el primero que llegaba a la lonja era el que ponía los precios del pescado, tenía mejores ventas y ganaba más.
Así nació un deporte valenciano: el remo de banco fijo del mediterráneo en su modalidad de falucho. Es una regata de barcos en la que todos los equipos luchan por llegar primero a la meta. Hay distintas categorías (juvenil, absoluto y veterano femeninos y masculinos) y la distancia es de 5.000 metros para todas las categorías (para cadetes la distancia es la mitad). Hay una virada tomando la baliza por estribor a los 2.500 metros. El falucho es una embarcación que mide 8 metros y pesa entre 370 y 400 kilos. A bordo van ocho remeros y un timonel. El timonel, el primer remero y el último van solos y el resto de miembros van por parejas.
En los años 80 Miquel Cuervo-Arango, un enamorado del remo, fue el gran impulsor de las primeras competiciones valencianas de banco fijo. Pero como la embarcación del falucho sólo existe en nuestra tierra y hacía falta una nao común para todos los deportistas del Estado (vascos, catalanes, andaluces, gallegos…) se impuso una nave llamada llaüt, originaria de Mallorca. Así, los valencianos navegan con falucho a nivel autonómico y con llaüt a nivel estatal. Este deporte cuenta con la colaboración de la Federación de Remo de la Comunitat Valenciana y tiene fuertes raíces en las comarcas del sur de nuestro Reino, donde está la mayoría de clubs.
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