Estados Unidos, China y el rey Saúl.

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Siempre me ha llamado la atención la nula presencia del cristianismo en Asia. El cristianismo es, en sus distintas variantes, la fe predominante en América, Europa, África, Oceanía y Antártida. Sin embargo, la huella del Evangelio es realmente marginal en Asia, donde curiosamente se concentra el 55% de la población mundial. De hecho, solamente India y China juntas ya suman más población que todo el resto de continentes juntos, a excepción de Asia. Sin embargo, sabemos que el Evangelio se ha de predicar en todo el mundo y entonces llegará del fin (Mateo 24:14). Asia es la última frontera, el único continente que queda por tomar.

No cabe duda de que Estados Unidos de América es una gran nación y que en los últimos cien años ha hecho más por la expansión del Evangelio que cualquier otra patria: ha enviado misioneros a mil sitios, ha levantado iglesias, ha usado la tecnología para propagar el mensaje de Cristo vía TV satelital… Pero no es menos cierto que en los últimos años se ha ido secularizando más y más, que ha ido tomando decisiones, aprobando leyes y enseñando falsas doctrinas que son un desafío a Yahvé. El antaño temeroso de Dios pueblo norteamericano abandona ahora sus raíces cristianas para vivir la vida a su manera, para darle la espalda al Señor.

El camino contrario lo está andando China. En 1970 había 1.500.000 cristianos en China. Hoy hay 90 millones de creyentes, 60 millones de les cuales son protestantes y el resto católicos. Hoy un tercio de los universitarios chinos cree en Jesús; un tercio de los futuros líderes del país será cristiano. Se calcula que habrá 250 millones de cristianos en China en 2030. Si esto es así, en el futuro China se convertirá en la nación con más cristianos del mundo. En medio del dolor que trae el comunismo, el ateísmo de estado y el neoliberalismo, un pueblo con hambre de Dios que siempre vivió de espaldas a su Creador ahora se vuelve hacia Él.

Yo creo que Yahvé tiene grandes planes para China. Una China cristiana y democrática puede ser la gran herramienta para expandir el Evangelio en el último continente por tomar. Washington y Pekín andan como locos trazando sus estrategias políticas, económicas y militares para ser la gran superpotencia del siglo XXI y no se dan cuenta de que es el Señor quien concede y retira bendiciones. Si Estados Unidos persiste en su desobediencia, Dios lo desechará como hizo en su día con el rey Saúl y utilizará a otros pueblos. Quien sabe si en futuro podamos llegar a decir: «América evangelizó a sus miles y China a sus diez miles».

 

3 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. Pablo Anibaldi
    May 15, 2014 @ 18:14:20

    Querido Josue, hoy China vive el mayor «avivamiento» verdadero en el mundo, las Iglesias clandestinas se multiplican por miles, los creyentes firmes en la fe (no en las teologias de prosperidad o bendicion a toda costa) a pesar de la persecucion, siguen creciendo y multiplicandose…y al paso que van, sin duda en poco tiempo superaran en numero a cualquier otro pais occidental!

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  2. J.Ferrer
    May 15, 2014 @ 19:26:25

    ¿Te imaginas una China que en el futuro mande millones de misioneros para evangelizar Asia? Era algo impensable hace años pero probable hoy.

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  3. Greg
    Jun 06, 2014 @ 18:30:06

    Las civilizaciones fuertes nacen con el florecimiento de la religión porque fomenta los valores humanos, el respeto a la vida, la procreación… y el ocaso de las civilizaciones es exactamente justo al revés.

    Me alegro por los Chinos y que encima le echen tantos huevos a pesar de ser perseguidos por su fe, sin duda ya lo decía mi tio abuelo cuando el gigante chino despierte el mundo puede cambiar y mucho.

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